Capítulo 33

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Louis

Sábado 28 de Septiembre, 2014.

Ajusto torpemente la corbata negra a la medida correcta alrededor de mi cuello, los nervios no me permiten mover las manos de manera adecuada.

Veo la delgada cicatriz en mi cuello y recuerdo aquel día en el que intente terminar con todo. Apenas desperté del coma me di cuenta de que Harry era lo único que podría mantenerme en pie y que pase lo que pase nunca me dejará solo.

-¿Listo, cariño? -pregunta mi madre asomándose por la puerta.

Su vestido azul marino con lentejuela brilla haciéndola lucir fascinante.

-Creo que sí -respondo acercándome a ella-. Jamás creí que este momento llegaría.
-Yo estaba segura de que así sería, y no sabes lo feliz que estoy por ti, mi bebé.

El apoyo incondicional que mi madre me ha brindado es una de las razones por las que sigo aquí. De no ser por ella yo jamás habría salido adelante; es mi ángel.

-Gracias por todo, mamá -digo dándole un abrazo y un beso en la frente.
-Tú y Harry merecen ser felices, así que siempre luchen por su amor, porque a partir de ahora será todo de lo que depende su felicidad.

Asiento con una sonrisa y dejo salir un suspiro. Tiene razón, hemos luchado demasiado por mantener nuestra felicidad, así que por ningún motivo podemos parar.

-Ve por él, Louis, y no lo dejes ir nunca.









Veo el enorme jardín perfectamente decorado. Tan bello como Harry prometió que estaría, tan hermoso como lo imaginé.

Todos nuestros familiares y amigos están aquí, incluso Liam y Niall.

Todos nos miran, pero yo solo puedo mirar lo hermoso que se ve Harry con su traje negro y su cabello perfectamente bien peinado; y esa sonrisa, esa hermosa sonrisa que adorna su bello rostro y que ilumina mi vida eliminando todo lo negativo de ésta.

Llego con mi madre junto a él y Anne, dónde con una sonrisa Anne me entrega la mano de hijo y mi madre le entrega mi mano a Harry.

Entrelazamos nuestros dedos y nos giramos frente al abogado. El hombre habla y habla tanta basura innecesaria leyendo papeles una y otra vez, yo lo único que quiero es que me diga dónde firmar para por fin contraer matrimonio con el hombre de mi vida.

Miro a Harry, quien está atento a cada palabra del abogado y no puedo evitar preguntarme; ¿Esto en realidad está sucediendo? ¿Harry es real? Porque no lo parece, nada de esto parece estar pasando, porque Harry es un ser increíble en todos los sentidos de la palabra y el que se esté casando conmigo me parece imposible de creer.

Cuando me pasan cosas buenas parece que estoy soñando, porque después pasan cosas malas que me hacen despertar y todo lo bueno acaba.

Harry es lo único que no se ha ido nunca, cuando se fue una vez volvió, y ahora sé que nada nos puede separar porque ya no tengo miedo.

Inconscientemente firmo el papel que me estira el abogado y miro a Harry con una sonrisa cuando él también lo hace.

-Por la ley que me otorga la ciudad de Nueva York, los declaro oficialmente casados -dice el hombre entregándonos el acta de matrimonio.

Todos comienzan a aplaudir y por fin salgo de mis pensamientos para mirar de frente a mi ahora esposo y sonreír ampliamente.

-¡Estamos casados, Lou! -exclama emocionado.
-¡Estamos casados, Hazz! ¡Lo estamos!

Lo tomo del cuello mientras él coloca ambas manos en mi cintura y me atrae hacia su cuerpo para besarme dulcemente.

Había probado muchas veces los labios de mi novio, pero saber que tengo los labios de mi esposo por el resto de mi vida es una sensación inexplicable.

-Te amo, Harry -susurro con mi frente pegada a la suya-. Te amo como nunca, como a nadie.
-Te amo, Lou. Te amo como siempre, como a nadie.

Otro beso, un abrazo y su aroma penetrado en mi mente para siempre. Es lo que necesito a diario para estar bien.












01:00a.m.

Recibimos felicitaciones de todos nuestros amigos, los paparazzis tomaron miles de fotografías que ahora están por todas las redes y Harry tuvo que apagar su celular por todos los mensajes con buenos deseos de sus fans, esto ha sido increíble.

Tomamos el vuelo a Madrid que Anne y mi madre nos tenían preparado para nuestra luna de miel, es un detalle muy lindo de su parte.

-Haremos el amor por primera vez como esposos -susurro admirando la habitación hermosamente decorada para la ocasión.
-Por supuesto que sí, mi amor -responde alejándose un poco de mí-. Pero primero tengo que darte tu regalo de bodas.

Lo miro alejarse y sacar algo de la pequeña maleta.

-¡¿Cómo?! -exclamo confundido- ¡¿O sea qué tú no eres mi regalo?!

Lo escucho reír y me resigno a qué tendré que esperar un poco o tal vez mucho más. Así que me quito la corbata y el saco antes de sentarme en la orilla de la cama.

Aplasto unas cuantas rosas y apenas me doy cuenta me pongo de pie rápidamente, no quiero estropearlo.

-Sí, pero tengo algo más -dice acercándose de nuevo a mí.
-Pues yo lo siento por ti porque tu único regalo para esta noche era mi pequeño cuerpo sobre...
-¡Louis! -exclama riendo.

Ríe muy fuerte y sonrío satisfecho al ver que lo hice reír.

-Ya, está bien -digo un poco más serio y recibo los dos pequeños sobres blancos que me entrega- ¿Qué es esto?
-Un pequeño regalo.

Intento abrirlo pero me detiene.

-¡No los abras ahora!
-¿Por qué no?
-Son para después.
-Oh, ya entiendo -digo seductor-, son globos para seguir con la fiesta más tarde, muy bien pensado, Styles.

Se da un pequeño golpe en la frente y vuelve a reír.

-¿Quieres calmar tu calentura un instante? -pregunta divertido.
-Quisiera, pero en serio no puedo -digo de igual manera-, alguien espera ansioso por mi marido, y ese alguien no tiene uso de razón, por ende no obedece lo que le digo.

Me da un beso en la frente y sonríe ante mis tonterías. En serio que solo él sabe cómo lidiarme.

-Esta bien, pero abrirás esos sobres cuando yo te diga, prometelo.
-Te lo prometo, bebé -aseguro con una sonrisa y los coloco en el buró-, gracias.

Lo beso tiernamente y poco a poco mi lengua comienza a penetrar su boca y viceversa. Mis emociones y nivel de éxtasis están al límite.

-Ahora eres mi esposo, Lou -susurra en mi boca.
-Ahora soy tu esposo, Hazz.

Le quito el saco mientras él desabrocha mi camisa con desesperación sin dejar de besarme.

-Quiero estar contigo toda mi vida, siempre, Louis -jadea en mi cuello.

Mi respiración se entrecorta cada vez más pero tomo la fuerza suficiente para responder.

-Te quiero conmigo cada día de mi vida, siempre conmigo, Harry.

Cuando menos me doy cuenta ya estamos completamente desnudos. Haciendo el amor, entregándonos en alma y cuerpo porque para eso es un matrimonio; para hacer el amor en todos los sentidos de la palabra.

Cada roce de su piel con mi piel, cada caricia, su sudor con el mío, yo dentro de él y él dentro de mí, su lengua danzando con la mía al ritmo de nuestros cuerpos y nuestros gemidos como sinfonía; la lujuria y el amor son cosas que los seres humanos a veces no sabemos conjugar.

Sus labios recorren cada centímetro de mi piel, así como él exploró cada parte de mi alma, haciéndome el amor cómo nadie lo ha hecho.

Admiro su cuerpo sudado moviéndose arriba y abajo sobre el mío, entrando y saliendo de mí. Saboreo sus labios y relamo los míos cada vez que deja pequeños restos de saliva.

Miro sus verdes y penetrantes ojos recordando lo que me provocaron ese par de esmeraldas la primera vez que los ví y puedo asegurar que es exactamente lo mismo que estoy sintiendo ahora.

Harry y yo somos para siempre, lo estamos logrando.

Always In My Heart ≈Yours Sincerely, Harry≈ [2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora