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Jin: soy dectetive –soltó el alfa mirando a su gran futura familia– no soy capaz de ser infiel a Kookie

Ahora entendían todo. Sus padres siguieron juntos por qué el Omega sabía lo que era su prometido y sabía las consecuencias.

JK: pero ustedes necesitan regresar –solto nervioso, su padre lo mataría por no hacer algo al respecto–

Su-Ji: no te preocupes por lo que dirá el idiota de tu padre –Jungkook miro a su padre del futuro confundido–  lo llame a de nuestro tiempo, vera como sacarnos de aquí

Jin y Jungkook se miraron entre sí, para después negar.

Antes que alguien más hablara, un rayo apareció en la sala de aquella casa, así asustado a todos menos al Omega más grande de allí.

En un abrir y cerrar de ojos, se encontraban en una sala enorme.

Su-Ji: maldito chismosos, esto no es justo –solto un chillido, sabiendo dónde se encontraba–

*Magia: no es un final feliz       ¿JiMin murió?*

JK: papá apúrate –solto molesto el Omega al ver cómo su padre aún se ponía lo último de aquel exagerado traje de rey–

Jin: no es por ser metiche y nada de eso –solto mirando a su suegro que se estaba poniendo un collar exageradamente brilloso– ¿Pero es necesario ponerse su traje?

Hyung: lo es –solto sin mucha importancia, así ganándose un gruñido de su único hijo vivo– ya voy hijo –dejo de ponerse mejor las cosas antes de ver a su hijo enojado–

Sin más se fueron al salón sagrado del reino.

Al llegar al salón, entraron y cerraron la puerta, para prevenir que alguien más entrara, dos guardias cuidaban la entrada por adentro y por afuera.

Jin: ¿Cómo se supone que vamos a llamar a los seres de los medallones? –pregunto el segundo alfa mientras veía como padre e hijo estaban en medio de aquel gran salón–

Hyung alzó los hombros a lo dicho de su yerno, Jungkook al ver el acto de su padre abrió los ojos sorprendido.

Entonces ¿Quien demonios les hablaría a los seres que estaban en aquellos medallones?

JK: no, no –llevo su mano hacia su cara, así golpeando está en un acto de hipocresía– papá, se supone que tu los llamarías

Hyung paso saliva nervioso, en realidad él no sabía cómo se utilizaban aquellos medallones, jamás supo, solo su lindo esposo.

Jin soltó un suspiro pesado y se acercó a su suegro y a su hermoso esposo.

Jin: debemos de hallar la manera Kookie –miro a su esposo, este hizo un puchero al no saber que hacer– se ve que cada medallón tiene una figura o símbolo diferente

JK: tratas de decir que los símbolos podrían ayudarnos –mas que una pregunta sonó una afirmación, volteo a verlo y vio como su esposo asentía– ¿Me ayudarías?~ –le hizo una sonrisa inocente a su esposo y este sonrió asintiendo–

Hyung miraba la escena con una sonrisa, cómo le hubiera gustado que su hijo mayor fuera feliz como su hijo menor, pero la vida es así. Sin más se alejó y dejo que ambos esposos hicieran su trabajo.

Jungkook y Jin tomaron los medallones y se los colocaron en sus cuellos, así juntando sus manos y mirándose a los ojos con una sonrisa.

Soltaron un suspiro y se consentraron en imaginar y sentir los símbolos de los medallones.

Desde la puerta Hyung miraba como aquellos medallones se iluminaban en los cuellos de aquella pareja. Sin duda alguna, ellos dos, eran los elegidos de portar cada medallón.

Ellos eran tan puros como su amor, desde el primer día que se volvieron a ver y sentir.
Sin duda alguna, Hyung había comprobado por milésima vez, que Seok Jin amaba, amaría y seguiría amando a su hijo menor, sin importar que, ellos han seguido juntos y esperaba que en otras vidas siguieran juntos, no exactamente como pareja, sino también como amigos o como hermanos.

Ellos sin duda alguna, han demostrado que todo en la vida se soluciona hablando y no cometiendo estupideces.

Magia: no es un final feliz       ¿JiMin murió?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora