Ashley
Estaba un poco molesta por el anuncio del chico de la radio, pero no iba a dejar que nada afectara mi humor, esto se convertiría en una guerra pues no pienso darme por vencida sin saber su identidad.
El resto del día paso volando sin nada nuevo, solo alumnos en la cafetería, horarios con turnos interminables, chicas llenándose de maquillaje en los baños, deportistas centrados en su trabajo y yo como siempre libro en mano en cada descanso que tenía.
Acabado el horario de clases me reúno con mis amigas en el estacionamiento para irnos hacia la casa. Mia llega hablando muy emocionada con un chico y se despide de este con un sonoro beso en la mejilla y Olivia viene cargada de libros.
— En serio, mi día no pudo ser peor — protesta Olivia— llevo la mañana cargando estos libros para al final darme cuenta de que todos eran equivocados y que no me tocaban en el día de hoy.
Mia y yo nos miramos y nos fue imposible contener la carcajada, Olivia siempre estaba despistada, no prestaba mucha atención cuando ordenaba sus horarios y siempre acababa olvidando algo de las clases.
—Chicas y que tal si nos vamos de compras y luego a por un helado— propone Mia emocionada tratando de calmar un poco el mal genio que traía Olivia.
—Esta vez no podré ir con ustedes chicas— contesto un poco apenada.
—Ni esta ni la anterior Ash, que eso lo que pasa contigo, nunca quieres salir con nosotras y te pasas la mayoría del tiempo en tu habitación— reprocha una Mia enfadada
—Recuerdan cuando les dije que mis padres estaban discutiendo esta mañana porque yo nunca salía de casa y que no me relacionaba con nadie a parte de ustedes—explico y ambas asienten con la cabeza— pues resulta que les prometí a ambos que iría a una nueva cafetería-librería que abrieron cerca de la casa y que trataría de relacionarme con las personas y no puedo romper mi promesa.
Ambas resoplan y se despiden de mí, camino hacia mi casa para tomar un baño y cambiarme de ropa. Al llegar no había nadie, solo el gato de la vecina que se había colado por la ventana de la sala, es un gato regordete de color amarillo y con una mancha negra en su ojo derecho, paso por su lado y voy hacia la cocina en el refrigerador está pegado el folleto de la cafeteria-libreria, allí dice que es un lugar excelente para jóvenes lectores y un lugar donde podrán distraerse sin necesidad de más nada. Tomo el folleto y voy hacia mi cuarto para bañarme y cambiarme de ropa, después de una larga ducha de la cual salgo sin ganas pues adoro pasarme horas en el baño, abro mi escaparate para buscar algo de ropa, tomo unos jeans rotos en las rodillas de color negro, un suéter tejido de color blanco, cojo las viejas converses que me acompañan a todos lados.
ESTÁS LEYENDO
Hey, Chico de los Audífonos
Teen FictionDicen que en el amor y la guerra todo se vale, entonces...¿ se vale enamorarse del enemigo? Esta guerra se extiende sobre la escuela Millenium Brooklin High School. Dos chicos, polos opuestos, una guerra por ganar y de trofeo, popularidad. ¿ podrán...