Ashley
Estaba temblando del miedo, todo había sucedido demasiado rápido, con solo una llamada telefónica me han destrozado, una de mis mejores amigas está ingresada en el hospital pues había tenido un accidente cuando iba camino al dentista con sus padres y la otra se encontraba a mis pies llorando destrozada. Lo más triste de la situación es avisarle a su hermano, intento comunicarme varias veces con él y no obtengo respuesta.
Ya había pasado algún tiempo y ningún médico salía a dar noticias de mi amiga o de sus padres, estaba desesperada, ya Olivia había tomado unos calmantes que nos había dado una enfermera pues nos había visto en muy mal estado, yo decidí no tomar ninguno para poder enfrentar la situación.
Siento mi teléfono vibrando, al mirar la pantalla me sale la imagen de Ethan, tome varias respiraciones antes de contestar, parece que estaba en el entrenamiento de fútbol pues se escuchaba al entrenador dándole ordenes al equipo.
>>Hola, Ashley<<
>> Tu hermana y tus padres tuvieron un accidente, ven al hospital central. <<
Fue lo único que alcance a decir antes de que el teléfono se me apagara por falta de batería. Luego de unos minutos ya Olivia se había calmado un poco debido al efecto de los calmantes, los médicos nos habían dicho que los padres de Mía estaban fuera de peligro, pero Mía tenía que pasar por una cirugía pues se había roto algunas costillas y uno de sus riñones estaba colapsando.
Sentí unos gritos desesperados en la salida del elevador, era Ethan que preguntaba por sus padres y su hermana, las enfermeras trataban de explicarle, pero él no quería escuchar, en un lapso de segundos encontró mi mirada y corrió en mi dirección, al llegar lo vi tan destrozado y acabe abrazándolo, al principio se sintió un poco raro, pero luego todo fue comodidad.
Su cuerpo era demasiado para mí, abdomen marcado que se podía sentir sobre la fina tela de su camiseta de deporte, brazos bien definidos, piel totalmente sudada y fría, su aroma era único, es cierto que estaba sudado, pero era un olor agradable, como a colonia de esas dulces que se quedan impregnadas en tu nariz, cabello despeinado y mirada triste, era todo un problema.
Nos separamos un poco y ya nos encontrábamos llorando, él es muy unido a su hermana y sé que le duele que este así, le explique todo lo que los médicos dijeron y el solo me escuchaba atentamente sin decir nada, de un momento a otro se desparramo en el piso con las rodillas pegadas a su pecho y la cabeza metida entre ellas, estaba llorando de nuevo, que podía hacer yo para parar eso, lo único que se me ocurrió fue agacharme a su lado y pasarle la mano por la cabeza despeinando un poco su cabello y luego por la espalda dando pequeñas palmaditas para intentar calmarlo.
Los médicos salieron y nos dijeron que la operación de Mia había salido bien pero que estaba sedada, que podíamos ir a descansar que ellos la cuidarían hasta que volvamos, trate de convencer a Ethan para que se fuera pero no tuve mucho éxito, luego de un rato decidió que lo mejor era ir a dormir un poco y que estaría en el hospital temprano.
Tome su mano y nos dirigimos hacia el coche, fue raro, pero se sintió bien, le dije que fuéramos a su casa para poder ayudarlo con algunas cosas para llevar al hospital que harían feliz a Mía cuando se despertara.
Al llegar a la casa, él fue hacia la cocina y yo pedí permiso para ir al cuarto de Mía, subí las escaleras y pase un rato pensando si era buena idea entrar al cuarto de Mía yo sola, decidí esperar un poco a ver si Ethan subía pero al parecer tampoco estaba preparado, abrí la puerta y me encontré su cuarto bastante ordenado como siempre, la pared llena de fotos de nosotras y alguna de su grupo favorito y de sus familiares, me acerque, en una de las fotos estaba con su hermano, ambos sonreían, eran muy unidos, eran como gemelos, si uno faltaba el otro pasaba el tiempo medio triste, se derramo una lágrima por mi mejilla y fue atrapada por el dedo de Ethan, no sé en qué momento había llegado a la habitación, solo se quedó en silencio mientras que yo miraba las otras fotos que faltaban.
Buscamos algunos peluches de su hermana, su colcha favorita y su ordenador, los pusimos todos en una maletica y agregamos alguna de las fotos con sus familiares y amigos, le dije a Ethan que entrara a bañarse que yo acabaría de ordenar la maleta, peleando salió de la habitación y fue para la suya, yo llame a mis padres y les encargue que me trajeran unas flores y algunos bombones para llevar para el hospital.
Bajé para la cocina a preparar algo para poder comer, al final me decidí por hacer unos espaguetis para ambos, Ethan bajo en pijama sin pulóver, le ofrecí un plato con espaguetis y en un momento se los termino, estaba hambriento.
—Al parecer estabas hambriento
—Al acabar el entrenamiento no pude comer nada, la verdad es que, si estaba hambriento, gracias.
—De nada, creo que mejor me voy, descansa un poco por favor.
—Por qué no te quedas, esta casa es demasiado grande, así vamos los dos juntos para el hospital mañana.
—No creo que sea buena idea, no quiero incomodarte.
—No me incomodas, puedes dormir en el cuarto de mi hermana.
—Está bien, deja llamar a mis padres.
Puedo jurar que lo vi sonreír por un momento, fregué los platos y fui para la habitación de Mia, en el camino me despedí de Ethan y le desee buenas noches.
Era de madrugada y aun no podía dormir, me levante y tome del estante de Mía un libro para leer, cuando ya estaba leyendo sentí unos gritos de la habitación de Ethan, solté el libro y fui hasta allá, al legar estaba dormido totalmente sudado, había tenido una pesadilla, le toque el hombro con cuidado y abrió los ojos un poco asustado, no dijo palabra alguna y solo me abrazo.
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No podía seguir torturándolos, aqui tienen el capitulo para que no me maten y poder dormir en paz... Los quiero
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Hey, Chico de los Audífonos
Teen FictionDicen que en el amor y la guerra todo se vale, entonces...¿ se vale enamorarse del enemigo? Esta guerra se extiende sobre la escuela Millenium Brooklin High School. Dos chicos, polos opuestos, una guerra por ganar y de trofeo, popularidad. ¿ podrán...