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En el reino de Konohagakure, lo dirige el rey Madara Uchiha junto a su hermano, el Príncipe Izuna Uchiha, el reino es completamente lleno de paz y armonía. Donde viven miles de personas y criaturas extrañas donde no se esconden, viven brujas, hechiceros que trabajan directamente para el rey. Sirenas, tritones. Vampiros e incluso duendes.
En el bosque fácilmente se pueden encontrar los dragones, unicornios, el ave fénix, fauno, incluso el minotauro que muchos antes pesaban que era una simple leyenda.
Es un reino donde todos pueden convivir sin importar su forma de ser físicamente, pues en los demás reinos muchas veces son dividos por raza e incluso hasta sexo.
Pero hay una casa no muy alejada del pueblo, donde vive el hechicero real y un brujo; Sasori y Deidara. Mientras que Sasori es el hechicero del rey, Deidara por su parte es un brujo, pero no hace brujería negra, si no más bien utiliza su don de brujería para remedios medicinales que suele vender.
Y es muy difícil —Nadie lo sabe más las personas que lo viven—, que un hechicero y un brujo no suelen llevarse muy bien. Los hechiceros suelen usar una varita mágica y un libro donde está todos los trucos de magia, así fácilmente hace sus hechizos. En cambio los brujos tienen que leer miles de libros y tener un conocimiento completo por meses y años para ser profesionales —Incluso su trabajo para un hechizo puede durar horas—, cosa que hace que el peli-rojo y el rubio peleen todos los días.
Ellos dos se pusieron de acuerdo para vivir juntos porque Sasori le quemó la casa a Deidara después de un hechizo mal hecho por su parte, ahora el rubio está ahorrando dinero en la casa de Sasori para comprar un nuevo hogar.
Aún así, pelean, pelean y pelean.
—Que desorden —murmura Sasori, viendo la cocina con muchas especias, hojas extrañas, lágrimas de animales raros y más cosas que prefiere no mencionar.
En eso, vió a Dediara llegar a la cocina a seguir con un medicamento que tiene encargado para al día siguiente, lo ignoró por completo desde la mañana.
—Necesito más albahaca —habla Deidara solo, comenzando a buscar por todos los rincones de la cocina.
—¿Para que quieres albahaca? —preguntó el peli-rojo, ordenando un poco más el lugar—. Es muy temprano, ¿Sabes?
—Sí, lo sé por eso mismo lo haré ahorita para no tener nada que hacer más tarde —Dediara otra vez ignoró a Sasori—, lo ordenaré.
Sasori frunció el ceño y se puso a buscar algo de desayuno.
—Eres insoportable.
—Ya lo sé.
Y ahí, Sasori paró en seco, por primera vez le hace una ofensa directa a Deidara y este le responde como si nada, casi siempre se lo dice de forma indirecta y el rubio se enoja mucho por ello, pero esta vez es diferente.
