Vivo con cara de puño 24/7, esa misma cara cuando estas aburrido, cansado o enojado. Bueno, yo vivo con esa cara todo el día, todos lo dias de mi vida. Muchos al verme piensan que soy amargado, otros dicen que es la pubertad y que solo es parte de la adolescencia. Pero hasta donde sé, he tenido esta cara desde que tengo memoria. Mi madre dice que no sonreía mucho cuando era un niño, era alguien tímido y estaba mejor solo, mi personalidad no cambió mucho en los últimos 17 años.
No tengo amigos, la soledad me protege y me mantiene encerrado en una burbuja que nadie se atreve a romper o interrumpir. ¿Por qué? La gente me tiene miedo y los adultos me ignoran.
- Mamá ya te dije que estaré bien - bueno no todos. Mi madre es.... mi madre. Es super protectora y siempre intenta sacarme una sonrisa, no lo ha logrado. Lo ha intentado por 17 años y sus planes no funcionan. De verdad daría una sonrisa por ella a la fuerza pero va en contra de mis principios y estilo de vida que he tenido siempre.
- ¿Seguro que no quieres que te lleve a la escuela? - preguntó mi madre intentando convencerme.
- ¿Y que me vean llegar junto a mi mamá? No gracias - tome mi mochila y la colgué sobre mi hombro. Ella se rindió y me dejo ir.
Tomé mi patineta y recorrí las calles del pueblo en camino a la escuela, todo en la mañana estaba tranquilo, había pocas personas que siempre estaban apuradas por llegar a quien sabe donde. Era un pueblo pequeño por lo que todo estaba cerca o a pocas cuadras. Es ese tipo de pueblo donde solo hay una escuela, una biblioteca, una cafetería y a su alrededor había un bosque; allí pasaba la mayor parte de mi tiempo, escuchando música o leyendo que tomaba prestado de la biblioteca. Mi madre me permitía ir siempre y cuando regresara tarde a casa o me alejara mucho.
Mi hermana menor Jessica siempre quería ir conmigo, ella tenía dos años menos que yo y creía que todo lo que yo hacía era cool y ella quería seguir mis pasos.
- ¡Que no! - le volví a repetir - no puedes venir conmigo Jessica, soy mayor que tú y necesito estar solo - le di la espalda y empecé a moverme.
- Pero siempre estas solo - me reprocho - solo por hoy -
- Vete - la fulmine con la mirada y ella rodó los ojos.
- Bien. Pero mañana iré contigo -
- ¡No! - grite finalmente antes de irme lejos.
La primera clase era Sciencia, con el Profesor Han, no era una materia complicada y era muy bueno en ello, mis compañeros a veces me pedían ayuda pero yo negaba y los echaba diciendo que no ayudaría a nadie.
- Mejor hubieras estudiado - les decía siempre provocando una mueca de disgusto en sus caras. Siempre me iba bien en los exámenes y ninguna materia era un problema para mi. No era superdotado, solo prestaba atención en las clases y estudiaba cuando un profesor planificaba algún examen o trabajo. La única "materia" en la que no me iba bien era Convivencia Social, no era realmente una materia porque no había exámenes, ni trabajos y la profesora estaba algo... loca.
- Muy bien alumnos - clase de Convivencia Social, debería ser ilegal - hoy tenemos algunos alumnos nuevos - empezo a decir la profesora. Estábamos todos sentados en el suelo porque la profesora no se dignaba a poner bancos ni sillas - así que nos presentaremos con nuestro nombre completo y algo que nos gusta - rodé los ojos y escuche a mis 18 compañeros dar sus nombres y algo que les gustaba, siempre era lo mismo: a mi me gustan las fiestas, hay a mi me gusta la playa, a mi me gusta salir de noche. Estúpidos adolescentes, siempre con lo mismo.
Cuando toco mi turno dí un suspiro y volví a rodar los ojos, me incorpore y dije:
- Me llamo Ashton D Muller. Y me gusta el silencio - dije con voz neutral.
- ¿La D que significa? - me di cuenta de que no debía haber dicho eso. Yo y mi bocota.
Me encogí de hombros y la profesora insistió con la mirada.
- No lo diré - decidí tratando de sonar firme pero no grosero - no es relevante -
- ¿Que dijiste que te gustaba? - preguntó la mujer ignorando mi comentario.
- El silencio - volví a decir. Ella asintió impresionada por mi respuesta diferente.
- Muy bien. Ahora haremos un juego - ahg, ¿cuando termina esto? lo detesto. Necesito una silla, el suelo es incomodo.
- ¿Puedo tomar una silla? - pregunté interrumpiendo.
- Quédese sentado como todos los demás - me prohibió intentando seguir con la clase, pero yo seguí.
- Necesito la silla por favor - todos me miraban para que dejara de interrumpir pero yo de verdad necesitaba una silla.
- Bien puedes ir por una - me dejo al fin. Seguro dijo que si para librarse de mí.
Recorrí el pasillo e intentaba buscar un aula vacía. Bingo, 4B. Entre sin miedo y tome la primera que encontré, fije que estaba en buen estado y me fuí. Cuando volví no encontré a nadie.
- ¿¡Que carajos!? - mierda, ¿me había abandonado? mire a mis alrededores pero no vi a nadie. Hasta que el director salió de un aula leyendo un expediente.
- ¡Director! - llame su atención haciendo que subiera la cabeza - ¿sabe dónde está el aula 2B? - señale mi salon con el dedo y él vio que estaba vacía.
- No lo se. Tal vez afuera. ¿Estabas con la señorita Raymonds? - yo asentí - ah sí, acababan de irse al parque -
Me fui indignado y deje la silla en la mitad del pasillo. Y si, definitivamente estaban afuera.
- ¡¡Ashton aquí!! - una chica alzó la mano.
- ¡Ya lo se. No soy ciego! - le gite enojado haciendo que ella volteara.
- ¿Y la silla? - preguntó la profesora como si se burlara de mi.
Como dije. La profesora estaba loca.
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Ashton Muller - No soy un príncipe.
Non-FictionSi alguien busca un príncipe, aquí no es. Si buscas un cuento de hadas, no es el lugar. Bienvenido a la historia de Ashton Muller.