🔹 Cuidado, el pequeño necesita de mucha atención🔹
Una vida secreta lleva el Rey del Beyblade. Ser el más fuerte, el más despiadado, el más orgulloso. Ser el mejor de todos los bleyder's. No es una tarea fácil...
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Un grupo de chicos para ser exactos siete, tenían acorralado al Shirosagi. El objetivo del grupo era claro no dejar escapar a su presa.
Cómo un grupo de leonés persiguiendo a una gacela. Era claro quien era quien; el peli-celeste estaba en serios problemas pero le era en vano escapar uno de ellos, lo tenía sujetado de sus brazos y al ser bajito no le ayudaba.
Sin aviso alguno los golpes comenzaron a caer, primero su abdomen y vientre. El oji-lila escupía sangré Yel dolor comenzaba a afectarlo. Quien lo tenía sujetado lo soltó en breve para luego tomarlo y lanzarlo contra la pared.
Lui sintió el golpe y la fría pared, con sus brazos sostenía su estómago y luchaba por recuperar su respiración.
— Aún no. . .— chasqueo los dedos y dos chicos tomaron a Lui de sus brazos nuevamente.
Lo llevaron a un callejón que estaba cerca del lugar y lo estamparon contra el pavimento de cara al piso.
Lo que seguía ya no era parte de la pelea.
— Bueno. . Llorarás por las malas— se acercó al peli-celeste y se bajó el cierre de su pantalón.
— ¡Whaoow!, ¿Harás eso enserio?— dijo sorprendido uno de los chicos.
— ¿¡Hay algún problema?!—
— Eso no estaba en los planes—
— Alguien más lo podía notar y sabes dónde terminaríamos—
— ¡Ya silencio!— dijo molesto subiendo se el cierre.— Lo haremos de otra forma—
Al terminar de hablar los siete se pusieron en acuerdo. Cuatro de ellos se fueron dejando a los tres más "fuertes".
Uno lo sostenía como en un principio, sujetando lo de los brazos colocándolos detrás del oji-lila. Luego uno de dos chicos le dio un golpe en la cabeza, causando que su nariz sangré. Siguieron así durante un largo rato, su cara estaba llena de moretones, sus marcas muy noticias en sus brazos, y su abdomen por más que no se viera también poseía moretones y una que otra herida algo grave. Y para culminar ese encuentro le tiraron basura encima. Los tres se fueron como si nada hubiera pasado, pero Lui. . . Era otro caso. Con la poca fuerza que le faltaba se levantó y busco su mochila entre la basura, al tenerla salió del callejón y camino unas cuadras para luego caer inconsciente en la acera con pequeños brotes de agua saliendo de sus ojos cerrados.
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En el hospital, Shu se encontraba algo angustiado pues hace poco uno de los doctores quien le daba seguimiento a sus síntomas; le había dicho que pronto le daría los resultados.
