Pov. Narradora.
El viento soplaba suavemente, moviendo aquellos mechones blancos y livianos del muchacho. Al compás del viento estaba la melena celeste del niño, cielo y nubes, ambos de alguna manera se complementaban. Rojo y azul, fuego y hielo.
Ambos estaban estáticos en su lugar sin imitir un sonido, sus respiraciones lentas y sus emociones como un huracán. Lila y rojo. Cualquiera que pasará y los viera pensarían que se están matando con la mirada, analizando las habilidades del contrario. Pero eso no era así. Kurenai estaba sorprendido por unas palabras dichas por el Dragón Dorado, no sabía cómo reaccionar ante tal hecho, en su pecho ya hacía su corazón latiendo a mil por hora, en su estómago las mariposas revoloteando, y en su rostro pálido un tenue carmín en sus polumos. Su mente un desastre que ordenar y aclarar, pensamientos inapropiados surcaron su ser, caos hay en su cabeza. Para el contrario los nervios lo carcomian por dentro; por más frío y despiadado que parezca, su interior era el más inocente y suave del mundo, su coraza de frialdad iba derritiendo se con el calor de ambos chicos, pero. . . ¿Estaba bien?.
Sabía de sobra que el Kurenai quería su perdón y posiblemente su amistad, por más daño que le causó siendo Ojo Rojo, ¿Su corazón podría perdonar lo?, En cambio De La Hoya no había hecho nada para lastimarlo, exactamente, su ser desapegado y misterioso le parecían curioso, no había conocido a nadie como él, pero haberle dado el acceso a su privacidad le ponían sus nervios de punta, ¿Ese es el camino correcto a su corazón?.
Con ambos aparecían preguntas pero algo le decía que tenía que arriesgarse y jugar este juego tan obsesivo y apasionado llamado, Amor~.— Lui. . .— pronunció su nombre, y las mariposas revoloteaban en su estómago con mayor intensidad. ¿Habrá hecho lo correcto?.
— ¿Qué sucede?— observando con temor de lo que podría decir, su confianza le pasaba una mala jugada.
— ¿Para que es esto?— le mostró aquel control, será ironía, burla o no lo sabía, ¿Cuál sería?
Y lo más importante, él le respondería y si lo hace ¿Cómo se lo explicaría?.
— ¡Acaso no lo sabes!— defensiva, ese lado agresivo ante las personas que preguntan de su vida o lo obvio.
— ¡No, no lo sé!, Y ¿Por qué Free me lo entregó?— sabía pregunta.
— ¡Ese vago hace lo que se le de la regalada gana!, A mí no me estés metiendo en tus incógnitas—
— ¿Que haz hecho con él?— ya tranquilo hizo una pregunta referida a la "amistad" que tenía con el rubio.
— ¡E-eso no t-te incumbe!— su voz sonó temblorosa y el carmín apareció en su rostro helado, no quería hablar de lo sucedido con el rubio. Si lo ve como algo malo, ¿Se alejaría?.— Lo que suceda entre nosotros se queda ente nosotros—
Insistiendo no lograría nada, así que mejor solo acompañaría al pelí-celeste hasta su hogar y luego el tomaría su propio camino. Lo mejor que podría hacer para el bien de los tres sería alejarse un tiempo y reponer su energía, en obvio que algo paso entre ellos y probablemente Shirosagi no tenga el valor de decirlo o entenderlo, así que esperaría hasta tener todo tranquilo. Además también tiene que mejorar, Beyblade y su salud, no quiere tener problemas a futuro con sigo mismo. El tiempo probablemente lo dirá.
Al llegar a la mansión del Shirosagi entro con el asegurándose que él estuviera bien. Un par de mucamas los atendieron, tal como sucedió con Free, hicieron que el albino se quedará por esa noche para que no le pasará nada, ahora poniendo su estado de salud, Shu no le quedó de otra que quedarse y convivir un poco más con Lui y tal vez averiguar: ¿Cómo Free se acercó tanto al Shirosagi de la noche a la mañana?, ¿Conviviendo?.
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Niño Consentido (Free×Lui×Shu)
Hayran Kurgu🔹 Cuidado, el pequeño necesita de mucha atención🔹 Una vida secreta lleva el Rey del Beyblade. Ser el más fuerte, el más despiadado, el más orgulloso. Ser el mejor de todos los bleyder's. No es una tarea fácil... 人*•°.·°·❤️~人«*•.°💙•°.*»人💛·.·°•°*~...