🌿🍃|Capitulo - 24°|~🌺

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Pov. Narradora.

Ojos lilas iluminados por la tenue luz de la luna, reflejando una mirada perdida por parte de nuestro protagonista. La suave brisa movía los mechones celestes en un vaivén lento, poseía una respiración lenta viendo el paisaje ante él, un jardín grande con árboles, arbustos y flores de colores, lugar iluminado por las luces que decoraban aquel jardín.

Un suspiro salió de su boca, pensando y aclarando sus sentimientos ante sus dos pretendientes, que luchaban en destacar sus pros y contras en cada ocasión o cuando veían la oportunidad. Le molestaba y lo hacían sentir incómodo, pues nadie hacia eso para él o por él. Ahora no sabía cómo actuar ante la situaciones que esos dos le ponían.

Fijando su mirada serena en la luna esperando... ¿una respuesta?, algo que lo haga sentir cómodo con todo este ajetreo que se ha vuelto muy monótono.
Sus facciones cambiaron a una más melancólica, recordando el poco tiempo que estuvo con ellos. Cómo lo animaban, velaban por él, y se preocupaban en aquellos días nublados. Ojalá esos días volvieran a ser soleados para él; lo único que podía hacer ahora era seguir.

Un nudo se presentó en su garganta, recordar el pasado no era buena, mucho menos atarse a él, ahogando aquel malestar con su orgullo no se permitiría llorar recordando el pasado y todo por lo que pasó.

¿Señorito Lui?— una voz suave se presentó asustando al pequeño ocultando su mal y fingiendo estar bien.

¿Qué sucede?— su voz sonó entrecortada, descubriendo que no estaba bien. Un pequeño sollozo casi inaudible escapó de su ser.

Sabe que no es bueno ocultar sus emociones y hacerse el fuerte, señorito Lui— se acercó hasta él y se puso a la misma altura acariciando su mejilla, levantando su rostro viendo esos ojos lilas cristalizados, en cualquier momento podría quebrar en llanto era lo menos que quería en esos momentos.

El ambiente se tenso al igual que su cuerpo, no se permitirá derrumbarse otra vez por un manojo de emociones, con todas sus fuerzas impedía que esas gotas pesadas y saladas salieran de sus ojos que siempre tenían un brillo opaco.

La sirvienta solo lo veía aguantando el llanto, si lo hacía estaría deprimido por un largo tiempo estando en su habitación tratando de recuperarse; ignorando hasta su salud, como paso hace ya un tiempo atrás.

Mientras...

En otro lado de la mansión, Free y Shu estaban en un pequeño problema con los empleados del lugar. Para resumir, ambos habían sido llamados y guiados por un sirviente que los llevo al comedor simplemente querían ver quién podía cocinar, todo bien hasta ese momento, el albino estaba siendo avalado por los cocineros por sus conocimientos culinarios. Ignorando la presencia del rubio que hervía de envidia hasta había doblando un tenedor con su mano. ¿Qué haría?. . .

Nada bueno, de seguro. En fin.

Por querer llamar la atención intento, si se le puede llamar así, hacer un platillo que Christina le había enseñado, mala idea. Ahora la cocina era un desastre con manchas de comida, uno que otro plato roto, todos estaban manchados de comida y miradas asesinas dirigidas a ambos.

Shu le dio un golpe a Free en la cabeza por la estupidez que había hecho, no se debe mezclar aceite con agua, mucho menos si el aceite está caliente. Por algo algunos no se acercan a la cocina, ambos estaban limpiando el desastre que había provocado el rubio, este veía como el albino limpiaba su propio desastre ¿Lo estaba ayudando?, Por lo general él se encarga de sus problemas sin importar el que; silencio abrumador inundaba la habitación, una presencia rompió aquel ambiente que empezaba hacer ya muy pesado, unos ojos lilas veían el lugar hecha un desastre como si hubiera pasado una estampida de animales.

Niño Consentido (Free×Lui×Shu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora