Experimentó

VII

—Tiene un útero— dijo All For One como si se tratase de una cosa simple y sin gracia, como si no fuera muy importante que un "hombre" tiene un útero, como si fuera lo más casual que un chico tenga útero

—No te creo— comento Tomura desafiando con la mirada a su padre, el castaño y el peli-negro hicieron lo mismo, desafiaron y acusaron con la mirada al señor Shigaraki— Cuéntame

—Sabes muy bien que tú "madre" quería tener hijos— el peli-blanco se sentía un poco nervioso por hablar con el tema de su difunto esposo, Kurogiri, y las miradas que le lanzaban los tres hombres no ayudaban en nada

—Si lo sé, ¿Eso que tiene que ver?— pregunto el peli-celeste alzando una ceja, señal de que no entendía por qué metía en el tema a su "madre"

—El señor que la mato— al mencionar aquellas palabras AFO sentía como su sangre comenzaba a hervir— Tuvo un hijo con Inko, desde el primer día en que ella llego aquí le di una pastilla de color blanca que fue elaborada en el laboratorio, esa pastilla tenía el propósito de atacar el sistema nervioso central junto con los otros sistemas del cuerpo del niño que estaba por nacer. Al principio no funcionó, cuando dejábamos en ocasiones a Inko inconsciente le realizamos pruebas a ella y a su hijo. Un día en un examen nos dimos cuenta que estábamos matando al niño.— explico unas cosas que eran fundamentales contar para que todos entendieran, pero a inicios de su explicación fue interrumpido

—¿Eso que tiene que ver? No entiendo, señor— dijo el de ojos turquesas, esperando o más bien exigiendo una respuesta más clara ya que este tema lo estaba confundiendo más de lo que le estaba aclarando

—Si no entiendes, cállate— le respondió el castaño a Dabi— Déjalo terminar— ordenó Kai alzando su mano para darle un leve golpe en la cabeza a su amigo peli-negro

—¡Oye!— le gritó el de ojos turquesas enojado por el golpe, estaba listo para regresar el golpe, pero fue detenido por la voz del hijo de All For One

—¡Dejen de pelear!— exclamó enojado el peli-celeste al ver al par de idiotas que tenía por amigos— Continúa, padre— observó al peli-blanco un poco más relajado

—Como decía antes de la interrupción— retomó AFO la explicación del pequeño experimento— Al darnos cuenta de que estaba muriendo dentro de Inko decidimos agregar una pastilla de color negro, la cual apenas era un prototipo. Con aquella pastilla llevábamos trabajando por más de dos meses, "mutación", la pastilla era para un experimento de mutación en un animal; pero, era dársela al niño o dejar que muriera. Decidimos los científicos y yo que debíamos correr riesgos, para que él experimento M viviera. Al tercer mes de embarazo de la señora Inko comenzamos a obligar la a qué todos los días se tomará la pastilla de color negro y blanca— Concluyó AFO su pequeña explicación sobre el chico peli-verde.

Los tres alfas estaban más que sorprendidos, no sabían que decir o que hacer. Fue impactante el saber que el niño consumía pastillas de mutación desde antes de nacer. El castaño fue el primero en salir de su pequeño shock temporal

—La pastilla de color blanco, ¿Que era?— pregunto curioso Kai, viendo a los ojos del mayor

—Buscamos por todo el mundo a las mujeres alfas puras que tuvieran fuertes feromonas, pero que a la vez fueran tenues y dulces, de todas esas mujeres obtuvimos medula ósea y espinal, de cada una. Y así crear la pastilla "systems", la pastilla de color blanco.— respondió el peli-blanco, mientras subía la mirada al techo, recordando todo lo que le habían hecho con aquel pequeño niño durante los 16 largos años que tenía Izuku, más los meses de embarazo— Pero, nos dimos cuenta de un error. Todas las feromonas que ocupamos al crear aquellas pastillas, eran de mujeres, eso afecto todo el sistema del experimento M. El al ser un hombre tiene un olor más fuerte que el de las hembras, y meter más de un olor de hembra en su mecanismo le afecto, a tal grado de que Inko tuviera una alerta de aborto. Pero, podíamos hacer que se viera como un accidente, Inko se golpeó el estómago y así fue como nos dimos cuenta que el niño estaba muriendo dentro de ella, a causa de las pastillas blancas, nos dimos cuenta de nuestro error al ver a una mujer en el suelo llena de sangre, sin el conocimiento, todos la dábamos por muerta al verla en el suelo de su cuarto— inconscientemente comenzaron a salir pequeñas y finas lágrimas de los ojos del mayor, eran lágrimas de rabia, pero también de dolor y temor al recordar aquella situación, donde el fue quien se encontró a Inko casi muerta en aquel frío y húmedo cuarto.