Llegada Inesperada (Adrinette)

Cena (2/3)

La noche avanzaba a pasos lentos mientras las dos familias continuaban con su incómoda charla.

-Bueno Sabine, Tom- el rubio tomo la palabra tras un pequeño silencio -debemos empezar a organizar lo que nos viene por delante, tanto los gastos del bebé y el futuro de nuestros hijos-

-De hecho Gabriel, mi esposo y yo hemos pensado mucho en enseñarle nuestro oficio a Adrien- comento emocionada la mujer asiática.

El ojiverde sintió sus ojos relucir al pensar en aprender a preparar cada delicioso manjar que realizaba la familia de su compañera y miro emocionado a su padre.

-Eso no- la sala entro en un incómodo silencio mientras en Agreste mayor arreglaba sus anteojos- Adrien trabajara en la empresa mientras sigue modelando mis marcas, no puedo tirar por la borda su carrera-

-Pero padre, puedo intentar hacer las dos cosas y así aprenderé algo aparte de modelar-

-Dije que no!- sentenció el ojiazul.

-Gabriel debemos pensar en los muchachos, son muy jóvenes aún- tomo la palabra el panadero- puede tomarlo como hobbie y así crear más oportunidades para el-

-Dejemos de hablar de Adrien, quiero saber todo lo que saben hasta el momento del bebé-

La tensión en el ambiente era fuerte.

La pequeña Dupain-Cheng empezó a jugar con su comida sintiendo como su estómago se removía al haber probado un par de bocados, sintió frustración pues no lograba comer con normalidad debido a aquellas constantes náuseas.

-Marinette-

Dió un pequeño brinco cayendo en cuenta que la mirada de todos los presentes se centraba en ella y sintió sus mejillas enrojecer.

-Cuentale al señor Agreste del bebé-

-Oh claro pues...- rasco su nuca soltando un risa nerviosa -el bebé está bien el ... tiene 10 semanas de vida-

-10 semanas?- el rubio reviso su tablet y regreso la mirada a su hijo -fuiste al viaje con tu salón hace 10 semanas no es así?-

El esgrimista se levantó de su asiento algo nervioso retrocediendo a la salida mientras buscaba las palabras adecuadas.

-Yo emm...- sobó su nuca buscando escapatoria -Oh! Gorilla me está llamando, debo ir con el-

Corrió afuera de la habitación siendo seguido por Nathalie mientras escuchaba a su padre llamarlo en repetidas ocasiones, la azabache contuvo una carcajada siendo regañada por su madre.

Minutos después

-Marinette seguirá viviendo con ustedes no es así?- pregunto el rubio mayor arreglando su cabello tras perseguir a su hijo por la mansión.

-Claro, no vamos a abandonar a nuestra hija en este momento- comento la asiática mayor.

-Muy bien, eso se puede resolver- susurro viendo su tableta -entonces en un mes quedaría la fecha de la boda, les parece bien?-

-La que?!- preguntaron todos los presentes algo exaltados.

-La boda- los dos jóvenes se miraron algo nerviosos -no puedo permitir que se manche más nuestro apellido, tenemos muchas marcas patrocinadoras y la carrera de Adrien está en ascenso-

-No Gabriel ellos no van a casarse ahora, son muy jovenes- reprochó Tom.

-Pense que todos estábamos de acuerdo en que seguirían sus vidas con esta nueva responsabilidad- intervino Sabine.

-Claro que lo estamos por eso ellos deben casarse-

-Eso si que no voy a permitir, son niños- continuo el castaño.

-Pero no fueron niños para acostarse cierto?- se levantó de su asiento Gabriel algo exaltado.

-Fue un error pero lo van a asumir- imitó su acción el panadero.

-Claro que lo asumirán por eso ante la sociedad deben casarse-

-En que año estamos? En la época media?- ríe con sarcasmo -es la actualidad Gabriel serán padres solteros-

Ambos adultos se miraban con furia desde el extremo de la mesa ignorando por completo los regaños de las mujeres a su lado. Los dos jóvenes se miraron con temor pensando en algo que decir.

-Podemos opinar?- soltó el ojiverde.

-No!- gritaron al unisono los adultos.

Ambos jóvenes se miraban angustiados sin saber que hacer para detener a sus padres

-Gabriel, ya basta con esta pelea, los chicos no se casarán y punto-

-Tom tenemos que enseñarles las consecuencias que conllevan sus decisiones, decidieron acostarse pues ahora tendrán que casarse-

El hombre robusto estaba a punto de perder los estribos, respiro profundo y apretó con fuerza la cuchara que tenía en su mano. Una idea algo infantil se cruzó por su mente pero decidió usar su sentido común.

Ya era un adulto, no podía guiarse por sus impulsos y dejar de lado la cordura que mantenía hasta el momento.

-Esta bien, tenemos que considerar mejor las opciones para nuestros hijos- soltó el rubio -no haremos la boda-

-Wow Gabriel, al fin comprendes ...- el diseñador le interrumpio.

-No haremos la boda el mes que viene, la haremos en 3 meses así ustedes tienen tiempo de pensarlo mejor...-

¿Cordura? ¿Que era eso? Para Tom aquella palabra había quedado en el olvido tras lanzar la primera cucharada de guiso que se encontraba en su plato impactando directamente en los anteojos del rubio.

-Creo que he dicho que no habrá boda Gabriel- susurro el hombre irguiendo su espalda.

El diseñador limpio su rostro y sin esperar más tiempo imitó el acto del adulto frente a el dando como resultado una pelea de comida.

Adrien y Marinette contenían sus carcajadas mientras se escabullian debajo de la mesa para así esquivar la comida que volaba por el salón.

Por otro lado, las mujeres de la habitación cansadas con aquella situación infantil habían abandonado el lugar para tomar un café.

-Mari, esto se salió de control- susurro el ojiverde.

-Lo se, pero debes admitir que es algo divertido- el esgrimista le dió la razón.

-Quieres ir a un lugar más silencioso?-

La azabache sonrió con ternura y tomo la mano del rubio, salieron de su escondite con dificultad y escaparon del salón casi siendo alcanzados por unos cuantos proyectiles de comida.

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Hey!

Disculpen la demora, estuve sin mucha inspiración.

Que les pareció el capítulo de hoy? Espero lo hayan disfrutado!

Gracias por leer!