capitulo # 31

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Seguimos en el pasado

Narra el Sr. Sam el que cuida de zen

Era una costumbre que pescara cuando el arroyo estaba creciendo, ya que la corriente los arrastra, pero esta vez no en contra ningún pez

-creo que va a llover- dije mirando el cielo-lo mejor será que vuelva mañana- dije recogiendo la caña de pescar, pero un fuerte quejido me detiene

-pero que...- dije sin poder creerlo, corrí hasta donde provenía el ruido y me sorprendí con lo que veía, un niño arrastrado por la corriente, intentando sujetarse de una rama.

-es un niño, mierda, - dije y me lance al arrollo intentando alcanzarlo, cuando ya tenía al niño en mis manos, intente sujetarme de una roca para que la corriente no me siguiera arrastrando, cuando llegue a la orilla del arroyo puse al niño en el suelo y revise que siguiera respirando, era un chico con pelo gris y un cuerpo delgado traía una chaqueta que parecía ser de alguien más porque le quedaba extremadamente grande, pero no traía nada mas de ropa, tenía algunos moretones.

-CHICO!!!, PEQUEÑO DEPIERTA- dije chocando mis manos con sus mejillas, puse mi oreja en su pecho para revisar que estuviera respirando.

-NO RESPIRA, MIERDA- dije y rápidamente, aprete su pecho intentando hacer que respirara le hice respiración de boca a boca, hasta que el pequeño respondió y empezó a respirar.

-gracias a dios- dije aliviado tirándome a su lado agitato- pequeño te encuentras bien

El niño no respondió, per su piel empezó a brillar y ya no era un niño, era un lobo.

-pero...- dije asustado alejándome- que mierda, el chico me miraba confundido, su cuerpo no dejaba de cambiar, en segundos era humano y en otros era un lobo, el pequeño parecía desesperado y comenzó a llorar

-ok. ok calma clama, no sé qué seas, pero creo que funcionara si te calmas, respira profundo y piensa en una sola cosa- dije intentando calmarlo con el movimiento de mis manos- el pequeño asintió e hizo todo lo que le dije, hasta que quedo completamente como un humano y callo rendido sobre mis rodillas.

-QUE NO... ahora que hago- dije viendo al pequeño dormido en mi regazo.

Después de haberlo pensado un tiempo tome mis cosas y al pequeño en manos para llevarlo a mi casa, no era pesado se veía de unos 8 o 7 años, pero que clase de brujería le hicieron al pobre chico para que tenga espasmos de trasformación, me preguntaba mientras entraba a casa, cuando llegue cambie al chico por un pijama que era de mi hijo cuando estaba pequeño, lo recosté en la habitación de mi hijo y espere hasta que despertara.

-no puede ser, son las 12 de la noche y no despierta, sé que no está muerto ya que revisé su pulso, pero sí que tiene un sueño profundo- dije viendo al chico recostado sobre la cama

-tiene algo de fiebre, como no tenerla estaba a la deriva sin nada que lo cubriera- dije saliendo de la habitación, prepare algo de medicina y un trapo húmedo para poner sobre su frente, me quede todo lo que quedaba de noche asesorándome que al chico no se le subiera la fiebre, no hacia esto hace más de 17 años, era extraño volver a hacer con un desconocido que aparentemente se trasforma en lobo.

En la mañana me desperté no supe cuando me quede dormido al borde de la cama, con el pequeño sujetando mi mano, la quite muy despacio para no despertarlo y me dirijo a la cocina para prepárale algo, creo que cuando despierte tendrá mucha hambre, después de eso tome una ducha y me cambia para ir a revisar al pequeño invitado.

-veo que ya despiertas- dije viendo al chico sentado sobre la cama

-sr. Ki...m- dijo mirándome confundido

-lamento no serlo pequeño, - dije acercándome- cómo te llamas

-m... me. llamo zen- dijo mirándome atentamente-

-mucho gusto zen, me llamo Sam- dije sonriente mientras le estiraba mi mano y el me miraba con miedo y sin entender mi acción

-bueno, pequeño zen ven come algo- le dije y el me siguió rápidamente- debes de tener hambre – dije y el asintió frenéticamente, le serví su plato y el chico empezó a comer con muchas ganas- clama despacio no te atragantes

-sr.... Sr. Sam- dijo mirándome-como... llegue... llegue. aquí- pregunto

-pues, estabas nadando por el arroyo y te encontré, cuando te saque empezaste a transformarte en un lobo- dije no muy convencido de mis propias palabras.

-ENCERIO- dijo entusiasmado- alfil. puedo hacer- dijo mirando sus manos e hizo un gesto de concentración hasta que el pequeño que tenía frente mío se había convertido en un lobo cachorro.

-PERO. que Mier- dije asustado parándome de la mesa- si era cierto voy a dejar de beber

El pequeño se volvió trasformar en humano y me miro sonriente

-no. quise asustarlo- dijo triste-

-clama pequeño no me asustas, solo me- dije mirándolo- me sorprendes- dije sonriente y el pequeño volvió a comer después de haberle dado mi aprobación

-y tus padres- dije intentando saber un poco mas

-murieron... hace mucho- dijo triste- y el sr... Kim... también- dijo con los ojos llorosos

-clama, quien es el señor Kim eh? - dije mientras lo miraba

-el cuidaba de mí, pero una mujer mala mitad zorro lo mato- dijo llorando

-calma pequeño puede que este aun en la montaña, iré abusarlo con la policía- dije acariciando su cabeza

-sr. Sam- dijo llorando- me he quedado solo- dijo mirándome

En ese momento tome la decisión que cambiaria mi vida, cuidaría al pequeño lobo que puede trasformase en humano algo que no logro entender, pero puedo asimilar, no podía dejarlo a merced de la policía un pequeño que se trasforma raramente en lobo, pueden llegar a explotarlo o peor experimentar con él.

-yo te cuidare, está bien pequeño- dije sonriente, después en la tarde fui con la policía al lugar donde me había señalado zen y desde donde se había separado del tal sr. Kim, después de unas horas de búsqueda encontraron el cuerpo sin vida de un hombre en la mitad de la carretera, después de unos estudios decía que fue mandado para proteger el páramo seguro algunos vándalos de otro país intentaron pasar y el hombre salió consecuente de eso, eso no me convencía ya que zen me dijo que una mujer lo había lastimado y como no creerle a un niño mitad lobo.

Pasaron los días y los meses, crie a zen como si fuera mi hijo mi única familia, mi casa era nuevamente un hogar desde la muerte de mi hijo y su esposa, mi casa volvía a ser alegre teniendo pisadas tanto de humano como de lobo llenas de lodo por toda mi sala, le enseñe a zen como leer y como escribir pero aparentemente ya sabía bastante me había mencionado que el sr. Kim le leía y le explicaba algunas cosas, también de que utilizara el cuarto de mi hijo y todas su pertenencias, zen me conto su historia y yo le conté la mía consideraba a zen mi propio hijo y la única compañía que me quedaba.

el protector de pelaje blancoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora