"Capítulo 25"

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Ya habían pasado algunas semanas luego de ese sueño, no le dije nada a Jungkook tengo demasiado miedo de lo que pueda pasar.

Jungkook está demasiado ocupado estos días solo veo que está encerrado en la oficina o hablando con los del consejo, no ha pasado nada aparte del incidente de los vidrios en el castillo, los ataques pararon en las provincias lo cual hace que esté un poco más tranquilo.

— Traje un poco de fresas.

Aviso Jimin llevando un plato en la mano, miraba a Jisso escribir una carta a su enamorado gobernador eso me hacía feliz, verla tan emocionada cuando recibía las cartas, era un sentimiento lindo.

Acepto las fresas con gusto mientras las como, desde que probé las fresas no he parado de comerlas son lo más delicioso del mundo.

— ¿Sabes dónde está mi alfa?

Le pregunto a Jimin quien voltea a verme rápidamente.

— Lo vi en la cocina, ¿Iremos a visitarlo?

Negué levantándome sacudiendo mis ropas, comenzando a caminar para la salida.

— Iré solo, quiero darle una sorpresa, no lo he visto en todo el día.

Ellos dos asintieron, Jimin se acercó a Jisso para ver qué estaba escribiendo. Salí de la habitación dirigiéndose a la cocina, llegando escucho unas voces me acerco un poco más para escuchar y me doy cuenta que es Jungkook con la cocinera.

— Si tiene que ser hoy ya todo está preparado.

La cocinera asintió apuntando en una hoja, Jungkook la miraba mientras seguía diciendo unas cosas inaudibles, me acerco un poco más pero la cocinera me ve.

— Buenas tardes joven.

Saluda en una reverencia la cocinera, Jungkook se voltea asustado.

— No sabía que estabas aquí.

Dijo sonriendo con miedo.

— ¿Qué estabas haciendo?. Estás muy nervioso.

Dije viéndolo con sigilo, él se acercó con una sonrisa torcida tomándome de la cintura dándome un beso largo que gustoso acepte.

— Nada pequeño, solo estaba hablando unas cosas con la cocinera que quería saber, ¿Qué haces aquí?¿Tienes hambre?

Me pregunto rozando mi vientre, haciéndome olvidar lo de hace un momento los dos quedándonos viendo a mi ya más grande que antes.

— Solo te sentí muy ansioso y quería saber como estabas.

Me da un beso en la frente comenzando a caminar fuera de la cocina como si tratara de evitar que viera algo dentro de la cocina, seguimos charlando hasta que entramos a su oficina el se sienta en su silla grande haciendo que yo me acerque a él y me sitúe en unas de sus piernas.

— Pequeño, ¿Quieres pasar la noche conmigo hoy?

Lo miro un poco sorprendido por lo que acaba de decir pero al momento que veo que se ríe hace que sonría igual.

— No es lo que crees, no creo que podamos por el bebe, solo quería cenar hoy contigo.

Sonrió y me acerco a su cuello depositando un pequeño beso.

— Si quiero, ¿Cuando debo estar listo? quiero ponerme lindo.

El vio su reloj y luego volteando a verme.

— A las ocho podemos cenar si quieres.

Asentí mientras él me tomaba de la cintura, antes que me besara volteo a ver a su reloj y me doy cuenta que son las siete y media solo tenía media hora para arreglarme. me paro de inmediato el me ve extraño.

— Mira la hora que es, ¿Por qué lo dices hasta ahora?

El se comenzó a reír haciendo un ademán que volviera con él.

— No, tengo que ir a vestirme, nos vemos.

Digo saliendo de la oficina dirigiéndome a mí habitación, llegando abro la puerta de golpe haciendo que Jimin y Jisso se asustarán. Camino a mi armario viendo que ponerme.

— ¿Te podemos ayudar?

Pregunto Jisso acercándose.

— Si, estoy buscando algo que ponerme esta noche.

Ellos asintieron rapidamente llevandome un vestido hermoso, la primera caoa tenía pequeños diamantes incrustados haciendo que brille mucho, la parte de abajo era de color gris, completamente lisa.

— Es hermoso.

Comentó acercándose al vestido tocando delicadamente.

— Su majestad lo envio esta mañana, dio la orden que no lo vieras hasta qué quieres vestirte para esta noche.

Asiento sin saber porque tanto secreto por lo de esta noche.

— ¿Saben que está planeando?

Ellos se negaron rápidamente viéndose cómplices, me acerco a ellos señalando acusadoramente.

— ¡Ustedes saben!, ¿Por qué no me lo dicen?

Ellos se ven y luego me voltean a ver.

— Nos dieron órdenes de no decírselo.

Dijo Jimin viéndome a los ojos mientras se acercaba a comenzar a peinarme mi cabello.

—  Pero te aseguramos que no es nada malo, te gustará.

Dijo Jisso haciendo que Jimin se detenga y la mire enojado.

— No hables más Jisso, trae el vestido se lo pondremos falta poco para que se hora.

Ellos me desvistieron poniendome el vestido que marcaba mi vientre haciéndome sonreír por lo lindo que sería tener a mi bebe en mis brazos.

Luego de un rato se escuchó como alguien tocaba la puerta, estaba un guardia esperándome.

—  Su majestad me envió para encaminarlo a donde él lo espera.

Asiento comenzando a seguirlo, me doy cuenta que nos estamos dirigiendo al jardín.

— Aquí es.

Dijo el guardia retirándose.

Me encuentro en un lugar hermoso, está lleno de rosas moradas, hay velas en todo el lugar, hay una mesa y dos sillas en medio de todo eso me emociono al ver todo lo lindo.

Siento una mano tomando la mía haciendo que voltee.

Y lo veo.

Perfectamente vestido.

— Buenas noches, mi omega.












No puedo seguir con esto, la conciencia me esta matando.

Dijo la voz desesperada.

— Pare de moverse que está haciéndome enojar.

Le digo viéndolo, tomando mi copa de vino.

— Pero no podré vivir con la conciencia que fui parte de la muerte de un omega y un cachorro. Tengo que advertirles.

Dijo dirigiéndose a la puerta, pero una flecha le atravesó la garganta.

— Sabía que eras débil pero me servias, no puedo dejar que nadie sepa lo que estoy haciendo y quienes son los involucrados.








Me voy lentamente luego de dejar esto, adiós.

© Chicadegafas

𝑴𝒚 𝑶𝒎𝒆𝒈𝒂 𝑲𝒐𝒐𝒌𝒗 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora