𝑴𝒚 𝑶𝒎𝒆𝒈𝒂 𝑲𝒐𝒐𝒌𝒗

"Capítulo 13"

No podía creerlo era la persona que ví en la imagen de la sala que me mostró Jungkook.

Es el hermano de Jungkook...

Trate de recordar cómo se llamaba pero recordé que Jungkook jamás me lo dijo.

- ¿Disculpa está bien?

Pregunto aquel hombre, estaba sorprendido.

- Si... estoy bien.

Dije en tono bajo. El asintió y paso al lado mío y se fue.

Me quedé parado unos momentos sin saber que hacer, verlo a él era ver la imagen de Jungkook y me di cuenta de cuando lo extrañaba.

Comenze a caminar de nuevo a casa, entre ví a mi madre jugar con Daniel mientras sonreían, sonreí yo también ví en la mesa una carta conocía bien esa escritura. Me acerque feliz a la carta deje las manzanas ahí y abrí las carta.

- Hola hijo, ¿como estás?

Mi madre me sonrió.

- Bien, el mercado estaba muy llenó.

Ella solamente asintió mientras, yo comenze a leer la carta.

Hola querido.

Solo quería mandarte está carta para invitarte a tomar té con nosotros tenemos la tarde libre, nos gustaría a Jisso y a mi que nos acompañaras. Cómo ya sabrás no podemos salir del palacio hasta que sea nuestro día libre, lo tomaremos en la sala de las cocineras si no te molesta claro. Espero verte hoy a las 5 pm aquí en el palacio te estaremos esperando.

Con amor, Jimin.

Sonreí por la carta claro que estaría encantado de asistir a la reunión.

- Madre, ¿Qué hora es?

Ella me miró y luego vio a la pared.

- las 4 cariño.

Me sonrió, yo rápidamente me dirigí a mi habitación y me puse mis mejor ropa, no sabía por qué lo hacía pero mi Omega tenía un presentimiento. Salí de mi habitación corriendo y Vi la pared eran las 4:15 debía apurarme el camino al palacio era demasiado largo.

- Mamá volveré en la noche, no te preocupes por mi estaré con unos amigos.

Ella me vio dudoso.

- ¿A dónde irás?

Le sonrei.

- con unos amigos.

Sonreí ella solo asintio sonriente.

- espero que te diviertas cariño, vuelve pronto.

Solo asenti, le di un beso en la mejilla y me despedí.

Mire el castillo se miraba demasiado lejos suspiré y sonreí.

- Será un camino largo.

Mientras caminaba ví a los aldeanos, todos tan ocupados en sus vidas, también ví como algunos tenían problemas peores a los demás pensaba en cómo ayudarlos, quería poder ayudarlos.

Pasaron alrededor de más de 30 minutos caminando cuando por fin llegué al palacio, me acerque a las puertas medianas que estaban en la esquina del palacio era donde entraban los empleados.

Le sonrei a los guardias los cuales me reconocieron y me dejaron pasar rápidamente. Lo cual me sorprendió demasiado no me hicieron ningún interrogatorio o a que venía.

Que raro.

Me dirigí a la cocina de los empleados, le sonreí algunos que me reconocieron, también ví como algunos murmuraban sobre que hacía yo ahí pero no les tome importancia.