"Capítulo 31"

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Hoy era el día.

Mi bebe será presentada a su pueblo.

Jimin y Jisso me están arreglando para salir, en unos minutos saldré junto a mi alfa y bebe. Tocan la puerta, es la señora Hye, nos avisa que el rey ya esta listo para salir, solo me esperan a mi y mi bebe.

Jisso me susurra que ya estoy listo, asiento hacia la señora Hye y la sigo. Llegamos a donde Jungkook me espera con una sonrisa, me acerco a él y me recibe con un beso.

— Hola pequeña princesita.

Saluda Jungkook tomando a la bebe de mis brazos, besándola por toda la cara haciendo que soltara risitas.

— No estés nervioso si quieres solo yo hablaré, tú puedes estar a mi lado, pero es tu decisión.

Me sugiere al ver mi temblor en mis manos.

— Si creo que es lo mejor, aun no tengo práctica al hablar con las personas.

Acepto, mientras él me toma las manos para por fin salir de donde se encuentran todos los habitantes de la capital del reino.

— Buenos días, los he convocado porque mi omega ha dado a luz a mi hija, la primera heredera del trono.

Todos aplauden y se regocijan de felicidad. Bajamos para poder saludar a los ciudadanos y ellos nos regalan cosas, comida, ropa, alguna joya.

Sin notarlo el tiempo pasó y llegó la hora de tener que regresar al castillo.

Volvimos al castillo tranquilos, cuando entramos habían personas corriendo pero antes que pudiéramos decir algo nos tomaron de los brazos metiéndonos a un pasadizo secreto. Era Hoseok el que nos había metido al carruaje y nos veía con preocupación.

— Atacaron el castillo, creyeron al terminar el discurso ustedes volvierian  al castillo así que los buscaban pero no solo a ustedes si no también a la bebe. Cuando vi por la ventana que volvían tomé sus pertenencias más importantes y las empaqué. Hay un carruaje esperándolos afuera con todo lo necesario guardias y el destino es la casa de Namjoon ellos los guiarán junto a Yoongi.

Nos explica rápidamente guiándonos entre los pasadizos, asustado tomó la mano de Jungkook, él me mira y me abraza comenzando a caminar.

— Todo estará bien.

Me aseguro mientras seguíamos nuestro camino.

— ¿Otra cosa que debemos de saber?

Cuestiona Jungkook a Hoseok.

— Los guardias van con estrictas órdenes a matar a quienes se les interponga en el camino, yo los alcanzaré luego, me quedaré luchando por el castillo mi prioridad ahora es que ustedes puedan escapar y su hermano…

Se queda un momento en silencio y ve dudoso a Jungkook.

— ¿Qué pasó con mi hermano?

Alza la voz, Jungkook.

— Él estaba en el castillo durante el ataque pero el decidió quedarse para poder distraerlos y que ustedes pudieran irse en paz.

Veo el rostro de Jungkook se vuelve en uno preocupante por lo que le pueda pasar a su hermano.

— Te ordeno que protejas a mi hermano.

Con voz demandante habla Jungkook, Hoseok asiente.

— Prometí a la corona proteger con mi vida a la familia real y si tengo que dar mi vida para hacerlo así será mi rey.

Dijo Hoseok, justo cuando terminó de decir eso nos topamos con una puerta, Hoseok abrió la puerta y vimos la parte trasera del castillo donde habían cinco carruajes. Los guardias se pusieron en posición de ataque cuando nos vieron, pero cuando cayeron en quienes éramos hicieron una reverencia.

— Suban a este.

Nos señala Hoseok y nos abre la puerta. Antes que podamos entrar una voz nos detiene sale de uno de los carruajes, Jimin sale corriendo con una manta dando la para Soyeon le doy las gracias, él vuelve a subirse a uno de los carruajes, nosotros hacemos lo mismo, me alegra que él esté bien y que pueda viajar con nosotros.

En el carruaje hay abrigos y ropa cómoda. Me sonrojo al notar que debo cambiarme enfrente a mi alfa, innumerables veces nos hemos visto sin ninguna ropa pero me da vergüenza, me tapo los ojos cuando veo que el comienza a quitarse la camisa, pero antes que pueda terminar alguien toca la puerta.

— Tomen, esto es para usted mi rey, por favor vayan con cuidado.

Es Hoseok, nos da unas mantas, almohadas, un moisés pequeño para que podamos tener ahí a Soyeon y la espada de Jungkook.

— Lo haremos, igual cuidate tu.

Él asiente, cierra la puerta, podemos escuchar como da las órdenes para que podamos emprender el viaje.

— Cariño, te he visto muchas veces sin ropa, no tengas vergüenza alguna, no podrás viajar con ropa tan incómoda.

Me señala como estoy, asiento, con cuidado dejó a Soyeon en el moisés y le pongo su manta y nos disponemos a cambiarnos, dejamos la ropa a un lado y nos vemos un momento y me abraza, sin decir nada y así comienza esta pesadilla.






— ¡Señor! Ellos no se encuentran aquí, no está el omega ni el bebe.

Informa uno de los guerreros que me acompañaron. Tiró el vaso al piso enojado.

— ¿Dónde podrían estar?

Nos quedamos unos minutos en silencio, hasta que se me ocurre algo.

— Interroga a todos y si no cooperan mátalos.









Si hay algún problema no duden en avisarme

©ChicaDeGafas

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