cuatro: un beso más.

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La fiesta sorpresa para Elizabeth era esta misma tarde, ella estaba confusa debido a que todos evitaban hablarle excepto su mejor amiga y King.

– ¿Estarán molestos conmigo? —El castaño mira su rostro que transmitía tristeza.

– No creo, es tu cumpleaños, no pueden estar molestos contigo —Contesta el chico. – Puede que estén ocupados, tranquila se acordaran.

– ¿Y Diane?, ¿a dónde fue? —Interroga curiosa.

– Ni idea, a lo mejor un problema con su proyecto —Miente sonriendole leve.

– Dijo que la veamos en el parque —Comenta revisando su mensajes. – ¿Vamos?

King asiente para después seguirle, la chica estaba sonriendo por fin y eso alegraba al castaño, platicando de cosas triviales llegaron al parque donde una castaña esperaba con una sonrisa y un pedazo de tela.

La albina esta confusa y le comentan que es una sorpresa, un regalo sorpresa para ella, emocionada deja vendarse los ojos, el dúo la guía hasta un edificio no muy lejos del lugar.

Abren la puerta, la castaña le quita la venda a su amiga y ella mira rara el lugar que estaba demasiado oscuro.

– ¡Sorpresa! —Gritan todos cuando la luz se prende.

– Chicos.. —Los mira con una sonrisa.

– Vamos a festejar —La castaña agarra de la mano a la albina guiándola hasta la mesa de dulces.

– King —Sonríe un pelirrojo. – Me dejaron invitar a alguien y mira.

– Hola, harlequin —Saluda una cabellera verde.

– Helbram —Abraza al chico.

– ¿Podemos hablar? —Pregunta dándole un vaso de refresco. – Tengo que contarte algo.

– Esta bien —Contesta apuntándole hacia unas sillas.

El par camina hacia el lugar indicado por el castaño, tomaron asiento, mientras la castaña deja a su amiga con sus hermanas quienes le estaban dando su regalo.

– Capitán —Llama la atención del rubio.

– Diane, ¿pasa algo? —Le mira sonriente.

– Tengo una duda, ¿por qué besaste a King? —Meliodas se sorprende.

– ¿Cómo... —No termino y bajo la mirada para soltar un suspiro. – Ban, hizo una apuesta, fue por una apuesta, pero... No lo recuerda, así que no puedo reclamarle el dinero y es mejor que no lo haga, se burlara de King.

– Buen punto, pero dime ¿por qué tan rojo? —Ríe pero recibe un pequeño golpe por parte de su amigo. – Perdón.

– Diane, King no quiere que nadie se entere, aparte eso nunca paso —El rubio se aleja de la chica para ir con su mejor amigo.

– Pero hay algo raro —Lo sigue con una sonrisa. – Meliodas, ¿Te..

– Capi~, conocí a unas chicas, y podrías acompañarnos —Ban le sonríe al rubio, quien ríe.

– No me interrumpas —Se queja la castaña.

– Diane, hablamos luego, ¿esta bien? —Sonríe el rubio.

– Pero Meliodas —Un puchero se dibuja en su rostro.

La castaña se dirige con su amiga molesta.

– ¿Qué pasa? —Pregunta curiosa. – Te noto rara.

– ¿Qué pasaría si Meliodas saliera con King? —Cuestiona, la albina saluda a las personas que llegaban.

﹫por una apuesta. 	﹟melingDonde viven las historias. Descúbrelo ahora