¿Cómo describir la nefasta sensación de querer encarcelar a un criminal y no poder hacerlo? Bien no podría describirlo mejor que cierto joven quien se encontraba escuchando palabras sin sentido para él, logrando que su pequeña migraña mañanera llegara a escalar nuevos niveles de estrés que creía imposibles.
- Entonces... ¿Nos estás diciendo que este documento es cien por ciento legítimo? - se podía sentir la molestia palpable de esa pregunta salir de los labios del rubio, quien miraba a la joven azabache sonreír con cierta pena al no poder responder de una mejor manera
- Así parece ser, Sr Bakugou - soltando un suspiro leve, hace un ademán con su mano izquierda mientras mostraba su decepción al no poder ser de más utilidad - Además, aunque llegara a buscar un hueco, uno pequeño... Tomaría al menos unos días
Con un rubio frustrado quien se mantenía insatisfecho por esa respuesta, su compañero sólo podía sonreír levemente en dirección a su amiga, agradeciendo desde sus adentros el tiempo que se había tomado por atenderlos
- No te preocupes, Yaoyorozu, agradecemos tu tiempo y el que nos hayas recibido - queriendo levantarse de la silla, se detiene al ver a la joven llamarlo con la mano de forma amistosa, no entendiendo del todo hasta observar que el cenizo se levantaba para caminar en dirección a la puerta
- No te lo robes mucho tiempo, tenemos cosas que hacer, Yaoyorozu - comentó con tanta confianza como si fueran amigos de muchos años, dejando más confundido al bicolor - Vamos, puedes quedarte afuera mientras ellos hablan ¿no?
Ahora dirigiéndose al azabache que se encontraba en el umbral de la puerta, sale sin desear hacer contacto visual con éste y dejar a los presentes en la habitación, escuchando a la joven agradecerle desde lejos
- Entonces esperaré afuera - mostrando una sonrisa, se retira para dejar al bicolor con la azabache, terminando por buscar con sutileza al rubio, encontrando a éste sentado en un sillón marrón no muy lejos de la puerta, siguiendo su camino hasta el otro y compartir el mueble ofrecido por esa basta área de empleados
Dichos jóvenes solo mantenían un sepulcral silencio mientras eran acompañados por sonidos de personas viniendo y yendo de un lugar a otro, escuchando computadoras como tecleos incesantes por todo el lugar, esto hasta que el azabache decidió terminar ese "encantador" momento
- ¿No están muy relajados? Aparte, ¿qué con verificar la autenticidad del documento firmado por Enji Todoroki? - Aunque el rubio sabía que todo lo dicho era de forma burlesca, no podía evitar seguirle el juego, queriendo callar a ese hombre con aires de grandeza y despreocupación
- Eso es algo que no te incumbe, sólo estás aquí para ver por la seguridad del idiota - volviendo su vista donde el más alto, muestra una de sus acostumbradas sonrisas socarronas que molestarían a cualquiera - Además, como nosotros procedamos con nuestro trabajo es algo que no podrías entender ni aunque te lo explicaran con manzanas
El rubio siempre era así, ya que si tenía la oportunidad de callar a las personas, lo haría sin rechistar, dejando ver un poco de su particular personalidad que muchas personas etiquetaban como molesta, siendo algo que el azabache vió más interesante como divertida
- Créeme cuando te digo que puedo entender muchas cosas, Sr po-li-cí-a
Pronunció las últimas palabras con suma lentitud, acompañado de una sonrisa indescifrable mientras observaba al rubio, quien había borrado su sonrisa para ser reemplazada por una leve mueca llena de disgusto
- Pero, si puedo aprender de una persona de su... "categoría" - haciendo unas comillas con sus dedos, no puede evitar divertirse en sus adentros por la expresión de molestia que llegaba a mostrar el joven frente a él - no me negaría a que usted, Sr policía, me explicara -
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¿Qué se siente ser amado...? (SeroBaku)
RandomLa vida es un azar del destino, puedes crecer con amor y calidez pero, también en un mundo cruel y aterrador. Aclaraciones: - AU -Violencia -Temas delicados *Personajes pertenecen a Kohei Horikoshi.