mariposa

uno

一

que aburrimiento.

a pesar de que el laburo no estába tan mal, me la pasaba aburrida.

le mandé mensaje a mi vieja y apagué el celular. agarré una botella de agua, de la heladera, y tomé un poco.

me iba a sentar cuando tocan el timbre, que avisaba de un nuevo cliente. me puse el barbijo y abrí la ventanita.

-sí, decime -intenté poner mi mejor cara de amabilidad.

-¿las gaseosas cuánto están? —preguntó una voz ronca que le erisaria la piel a cualquiera, no era el caso.

empecé a nombras los nombres con sus precios, los cuales ya sabía de memoria.

-dame una Fanta y... -se dio vuelta y ahí vi que estaba con más pibes-. ¿van a querer algo más?

-y sí para comer -escuché decir a uno, después no entendí nada porque empezaron hablar todos juntos.

en eso fui y agarré la bebida.

-agregame unos Don Satur, uno de cada uno, un agua y... -llevó su mano derecha a la nuca como si quiera recordar algo.

-unos cigarrillos de veinte, Marlboro -intervino unos de los que estaba con el pibe.

tomé los paquetes de las galletitas con los cigarrillos y volví.

-¿algo más? -pregunté y se miraron entre ellos.

-no, nada más. ¿cuánto sería?

-sí y tu... -hablaron dos al mismo tiempo, al segundo que habló le toparon la boca antes de que terminara.

-no les bola, es un boludo -noté como sonrió, por debajo del tapa-boca, el primer chico con el que hablé.

asentí y sonreí. volví a dirigirme a él para decir cuanto era.

-¿lo llevan así o..?

-así está bien -habló el que había pedido los cigarrillos.

tampoco le había prestado atención, pero cuando levanté la vista me tuve que quedar callada, literalmente. no se veía mucho de su rostro por el barbijo, sólo sus ojos que me miraban directamente, eran un mar, sus cejas y con una parte de su nariz, la cuál no llegaba a cubrir el barbijo.

salí de mi trance y asentí. entre todos juntaron la plata y él me la entregó, la agarré y les dí lo que habían comprado.

-gracias -asentí por tercera vez y cerré la ventanita.

guardé la plata en la caja para volverme a sentar. suspiré, ¿qué fue eso? no tenía ni la menor idea.

revisé el celular, contesté mensajes y llamé a mi vieja. el resto de la tarde pasó tranquilo. me fui cuando cambiaba el turno de la tarde-noche con otro pibe, me despedí y volví a mi casa.

en el medio del camino se detuvo un auto y él sale alguien. me paré y lo miré, él estaba serio.

-te dije que me esperaras -se quejó Franco, uno de mis amigos-. no quiero que vuelvas sola.

-te estabas tardando -sin ganas de discutir subí al auto y cerré la puerta.

-igualmente, tenes que esperar -hizo lo mismo y empezó a manejar.

-listo, déjalo ahí -me recoste en el asiento, acomodandome el buzo. sí, buzo en pleno verano.

-está bien, ¿y cómo te fue? -preguntó y me encogi de hombros.

-bien, como siempre -lo miré, no había mucho que decir de mi día. asintió-. ¿y el tuyo?

-tranca, mi vieja apurandome para que de los exámenes, no sabes un dolor de cabeza -dramatizo y reímos.

Franco estaba entre dos carreras y no sabía cuál elegir, no creía que la mejor opción fuera apurarlo.

-ya te vas a decidir por alguna, tranqui -puse mi mano izquierda sobre su hombro en forma de apoyo.

-y lo sé, pero me jode -así seguimos hasta llegar a mi casa.

llegamos y mi mamá lo invitó a cenar, él aceptó gustoso.

(¡!)

buenas, ¿cómo están? espero que muy bien.
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y tomen agua <3