10.Capítulo

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Que bien se sentía levantarse tarde esos días del finde semana que tanto añoraba, por fin estaban de vuelta.

Era sábado y para variar tenía otro examen el lunes esta vez de Lengua, vaya rollo era tener que contar las sílabas. Que yo recuerde las contábamos desde párvulitos. En fin las universidades y los diferentes temas que se trabajan en ella quien los entiende.

De la misma que me levanté fui a comerme un Donut que tenia desde hace días en la despensa. No tenía ganas de ponerme ha hacer tortitas solo me apetecía sentarme en el sofá a ver la televisión. O por por lo menos intentarlo por que tenía un examen de Lengua y me lo tenia que preparar con antelación para sacar la mayor nota posible.

Pasé todo la maldita tarde estudiando para el dichoso exámen. Tanto que se me había olvidado prepararme algo de cena.

Como último recurso me quedaba ir a la pizzeria aprovechando que hacía una noche cálida. Y de paso salía un poco de casa que tampoco era bueno no salir a la calle en todo el día.

Pasé unos cuantos pasos de peatones y vi la pizzeria.

Vᴀʏᴀ ɴᴏ ʟᴀ ʀᴇᴄᴏʀᴅᴀʙᴀ ᴛᴀɴ ɪᴍᴘᴏɴᴇɴᴛᴇ.

Crucé la puerta y lo primero que oí fueron los gritos de uno de los trabajadores exigiendo no se que a otro trabajador. Cada cinco segundos soltaba cada uno una palabrota más fuerte, cosa que hacía que ambos se enfureciesen más.

Vᴀᴍᴏs ǫᴜe ɴᴏ ᴍᴇ ᴀᴄʟᴀʀᴏ ɴɪ ʏᴏ.

Por fin reaccioné y fui a dar un paso con la idea de interrumpirlos y que me hiciesen caso, pero alguien se me adelantó. Me quedé de piedra al escuchar cerrarse una puerta de golpe que retumbó por todo el local.

Mᴇɴᴏs ᴍᴀʟ ǫᴜᴇ sᴏʏ ʟᴀ ᴜɴɪᴄᴀ ᴄʟɪᴇɴᴛᴀ ᴘᴏʀ ǫᴜᴇ sɪɴᴏ ʟᴀ ɢᴇɴᴛᴇ sᴇ ᴘɪʀᴀʀɪᴀ ᴀ sᴜs ᴄᴀsᴀs ᴄᴏᴍᴏ ᴜɴᴀ ᴍᴇᴄʜᴀ.

‐ ¿Pero se puede saber que cojones estáis haciendo panda de idiotas?

Oʜ ɴᴏ, ᴏʜ ɴᴏ ᴘᴏʀ ғᴀᴠᴏʀ ǫᴜᴇ ᴇsᴛᴏ sᴇᴀ ᴜɴ sᴜᴇɴ̃ᴏ ʏ ǫᴜᴇ ᴀʟɢᴜɪᴇɴ ᴍᴇ ᴅᴇsᴘɪᴇʀᴛᴇ ʏᴀ.

La persona que acababa de soltar todas esas palabras sucias y la que se encontraba a aproximadamente 3 metros de distancia de mi era nada más y nada menos que el hombre que me hizo gemir fuertemente en aquella fiesta que Diego organizó.

Los dos pararon en seco su charla y clavaron los ojos en Demian. Al instante uno de ellos habló.

- Ee hola jefecito ¿Qué tal van las cosas por el almacén?-Dijo este llevándose una mirada confusa de parte de el otro trabajador.

- ¿Jefecito? Te recuerdo que no soy el jefe, y mucho menos el jefecito. Si recuerdas el "jefecito" se dislocó el hombro por lo que se cogío la baja y a mi me a dejado al cargo de vosotros dos. -Argumentó bastante cabreado- Y no contento con eso tengo que tragar también vuestras estúpidas discusiones. Vamos a ver, ¿No tenéis algo mejor de que discutir siempre tenéis que discutir por lo mismo? Acaso no os queda puto claro lo que tenéis que hacer, estoy empezando a pensar de que soy inentendibles. Todo el tiempo me la paso explicándos lo que tenéis que hacer y no pienso repetirlo más. Lástima que no soy el "jefecito" por que vosotros serias los primeros en buscar otro trabajo.

- Bueno haber tampoco hay que ser tan radicales, creo yo. -Dijo el otro que hasta ahora se habia mantenido callado.

- Pues a veces hay que serlo por que sino no espabila nadie. -Dijo firmemente.

- Oyee chicos ¿Sabéis que tenemos clientela no? -Dijo el otro mirándome fijamente.

- Pero que di... -Demian no terminó la frase por que se quedo atontado mirándome, cosa que hizo ruborizarme.

El hombre del que YO me enamoréDonde viven las historias. Descúbrelo ahora