𝐘... ¿𝐐𝐔𝐈𝐄́𝐍 𝐏𝐄𝐑𝐃𝐈𝐎́? | 𝐉.𝐉𝐊

[09]

Un nuevo día y Jeon Jungkook se levantó más temprano de lo normal, aun se sentía muy mal por lo que había ocurrido con Lisa, el la quería, lo que había comenzado con un plan termino como una hermosa relación, Jungkook la extrañaba. 

Se dio una ducha rápida y busco un atuendo casual para estar relajado, no pensaba hacer nada durante del día, aun no era momento de ir a trabajar a la empresa de su padre. Al terminarse de cambiar bajo a la cocina pues pensó que Kim ya estaría ahí.

—Buenos días, señor Jeon —saludó Kyo con una pequeña reverencia.

—Buenos días Kyo —respondió con una sonrisa.— ¿Kim no se ha despertado? 

—No, la señorita Kim sigue durmiendo —soltó un suspiro.— Estaba muy cansada y necesitaba descansar de más, al parecer hoy no irá a su empresa.

—Pero ella siempre se levanta a esta hora, ¿Por qué hoy no es así? —preguntó Jungkook mientras se servía un vaso de jugo.

—A excepción de hoy —respondió Kyo mientras tomaba un trozo de melón para comenzar a picarlo al igual que las demás frutas.— Debe ser por el golpe que se dio ayer por la noche.

—¿Con qué se golpeo? —Jungkook miraba a la chica.

—Al parecer se golpeo con el borde del último escalón —Kyo levantó la mirada para ver a Jungkook.— No sé cuanto tiempo estuvo en el suelo, yo la encontré inconsciente cuando me levante a beber agua.

—¿Estaba en el suelo? ¿Inconsciente? 

—Si —dijo la chica mientras acomodaba todo en una bandeja.— Con permiso, iré a subirle el desayuno a la señorita Kim.

—Ve Kyo y gracias —Jungkook vio a la chica salir de la cocina y el salió al jardín algo enojado consigo mismo.— ¡Eres un idiota, Jeon! 

Kyo subió las escaleras para poder llevarle el desayuno a Kim quien se encontraba en su habitación, al entrar a la habitación Kyo pudo darse cuenta de que la castaña seguía durmiendo, ella dejo la bandeja sobre el escritorio y se acerco a la cama de la menor.

—Señorita Kim, es hora de levantarse, tiene que desayunar algo —dijo Kyo moviendo un poco a la chica.

—No quiero —levantó su sabana y se cubrió toda pero al hacerlo su cabeza dolió y tuvo que levantarse rápidamente.— Iré al baño.

Kim se levantó e ingresó directamente al baño en donde se lavo la cara y se cepillo los dientes, estaba demasiado cansada y sin contar el dolor de su cabeza, regreso a su cama y Kyo le acerco la bandeja para que pudiera desayunar.

—Disfrute su desayuno —dijo Kyo con una sonrisa.

—No era necesario subirlo, pude haber bajado —respondió la castaña.— Muchas gracias Kyo.

La chica salió de la habitación y Kim se dispuso a desayunar con algo de lentitud, tenía pensado en no salir de su casa pues no quería hacer nada ese día. Al terminar su desayuno se metió a bañar y se puso un atuendo ligero, después tomo un lápiz y su cuaderno de hojas blancas y se sentó el la pequeña sala del balcón para empezar a dibujar, quería diseñar un vestido único.


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[...]


—Por favor Yoongi —suplicó el pelinegro.— ¿Qué cosas le gustan a Kim? Quiero que ella no siga molesta conmigo, se supone que quiero ser un buen esposo para ella.

Yoongi estaba algo sorprendido por el cambio de actitud del chico pero no quería decir nada ya que no quería que el pelinegro se retractara.

—Calma, te diré que es lo que le gusta.

—Gracias —respondió Jeon con una sonrisa.— Te escucho.

—Sabes que Kim no es amante de lo material, ella se conforma con el mínimo y pequeño detalle que le des... le gustan las rosas, le encantan los chocolates aunque los coma muy poco y nunca le lleves fresas, ella es realmente alérgica a esa fruta —Yoongi miro al pelinegro.— Solo llévale una rosa y con eso la haces feliz.

—Si que tienes derecho a tener el puesto del mejor amigo —murmuró Jungkook.

—Ambos conocemos cosas de Kim, éramos amigos desde pequeños, pero tu fuiste quien se alejo antes de que sus padres la llevaran a New York —dijo Yoongi cruzando sus brazos.

—Era solo un niño enojado, me tenían que entender en esa parte —Jungkook sonrió y se levantó de la silla.— Muchas gracias por la información, Yoongi.

—No fue nada, Jeon Jungkook. 

El pelinegro salió de aquel estudio y se dirigió a una florería en donde compró un ramo de tulipanes amarillos, el había preguntado su significado y desde luego que le encanto lo que significaban, al llegar a la casa le pregunto a Kyo en donde estaba su esposa a lo que ella le respondió que estaba en la alberca.

Jungkook al salir al jardín pudo ver a la chica sentada en la orilla de la alberca, tenía sus pies sumergidos en el agua mientras tarareaba una canción. El se acerco a la chica y suspiro cerca de ella para después quitarse los zapatos y sentarse a su lado. Minutos pasaron hasta que decidió hablar.

—Perdón Kim...

Kim solo miraba el agua, realmente estaba confundida por la actitud del chico.

—¿Qué es lo que quieres ganar con eso? —preguntó la castaña sin mirarlo.

—Quiero... —volteo a ver a la castaña y esta volteo a verlo a el.— Quiero que nos llevemos bien.

—¿Enserio? —preguntó incrédula.

—Si —respondió el chico y tomo el ramo de tulipanes.— ¿Sabías que los tulipanes amarillos representan la amistad? 

—Lo sé, también se que el tulipán es un símbolo del amante perfecto, la pasión y el romanticismo, es una flor increíblemente romántica, un gran símbolo del amor sincero.

El pelinegro se sintió pequeño, la señora de la florería no le había dicho nada de eso, incluso se atrevía a decir que Kim sabía un poco más que la señora.

—Yo no sabía eso —confesó Jungkook y la castaña solo pudo reír.

—Me lo imaginé. 

Jungkook miro nuevamente a Kim y sin más se aventó a la alberca, Kim solo sonrió al ver esto y el chico al salir puso sus dos manos en la orilla acorralando las piernas de la castaña.

—Reconozco que tu no tenías la culpa de mi enojo anoche, ¿Sabes? —la chica solo escuchaba las palabras emitidas de Jungkook.— Me arrepiento de haberte empujado y no darme cuenta del golpe que te diste, fui un idiota contigo... ¿Quieres empezar de cero, Kim? 

—Entiendo tu enojo, Jungkook —respondió Kim mirando al chico.— Pero aun así no debiste de reaccionar de esa manera, no fue correcto, en fin... empecemos de cero, Jungkook.

—Bien, ahora, ven aquí. 

El pelinegro jalo a la chica a la alberca haciendo que la castaña riera, ambos estando completamente dentro del agua empezaron a salpicarse. Y es ahí en donde los dos chicos enemigos empezaron una amistad, estaban empezando por algo y eso era realmente benéfico para ambas partes.