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—¿Crees que ya es tiempo, Jungkook? —preguntó Yoongi mirando al pelinegro.

—Ya paso un mes entero, ya espere mucho tiempo, ¿No lo creen? —dice el chico revisando algunos papeles.

—Lo entendemos... pero, ¿Hoy? —preguntó Tae mientras tomaba asiento.— ¿No estarás muy ocupado? 

—Taehyung —Jungkook levantó su vista para ver a su cuñado.— Si se trata de Kim, tengo todo el tiempo del mundo.

—Lo entendemos y claro que te ayudaremos —habló Jimin con una ligera sonrisa.— Pero antes, yo quiero saber que es lo que pasara con Lisa.

Los demás chicos voltearon a ver al rubio, estaban algo sorprendidos con las palabras dichas por el chico, se suponía que el tema de Lisa era un pasado total.

—Lisa fue una gran chica, pero ya no existe más en mi vida... ella misma terminó nuestra relación sin dejarme decidir a mi —Jungkook levantó su vista al rubio.— Y fue lo mejor, ¿Sabes? 

—¿Crees que Kim sienta lo mismo por ti? —todos voltearon a ver a Soobin por su pregunta.

—¿Por qué preguntas eso? —el peli naranja le dio un ligero golpe en el brazo.— No hay que pensar negativo.

—Siendo sincero, eso es lo que me da miedo —respondió Jungkook dejando de lado los papeles de la empresa.— Me da miedo que Kim no sienta nada por mi, tengo miedo de que solo me diga que me ve como un amigo.

—Tranquilo Jeon —dijo Taehyung tratando de sonar relajado.— Todo saldrá bien, no pienses en nada malo.

—Espero que así sea —respondió el chico con una media sonrisa.

Los demás chicos estaban ahí para ayudarlo, el quería hacerle algo único a su esposa para confesarle lo que sentía, aunque tenía miedo el lo haría, no le importaba si el resultado era negativo, el estaba seguro de si mismo.


                                              𝐘... ¿𝐐𝐔𝐈𝐄́𝐍 𝐏𝐄𝐑𝐃𝐈𝐎́? | 𝐉.𝐉𝐊

[...]


Kim se encontraba dibujando, estaba agregando algunos detalles más a su boceto pues quería que le diseño en físico luciera increíble, ella realmente quería que su trabajo se hiciera reconocido, ella no quería ser reconocida por ser la hija de alguien importante.

La castaña estaba bebiendo un sorbo de batido cuando en eso entraron sus dos amigas algo agitadas, era como si hubieran corrido un maratón.

—¿Les pasa algo? —preguntó Kim al verlas.

—Si, querida amiga —respondió Ji-Eun tratando de controlar su respiración.— Te necesitamos, tienes que venir con nosotras. 

—Es una misión muy importante, te necesitamos a ti para poder resolverla —dijo Diane mirando a la castaña quien no les estaba entendiendo nada.

—¿Okey? —murmuró.— Agentes, lamento informarles que esta chica no tiene tiempo para ello, necesita terminar un boceto para hacer el diseño en físico.

—¡Por dios! —exclamó Ji-Eun.— ¿Podrías dejar de pensar en el trabajo por un momento? 

Kim levantó la mirada y suspiró ligeramente negando, ella no podía dejar de trabajar por un momento, ella necesitaba terminar el pedido.

—Solo te robaremos el resto de la tarde y de la noche, ¿Vienes? —dijo Diane mirando a su amiga quien no la miraba.— Por favor, agente Rotschilld.

—¿Por qué tanta prisa? —levantó su mirada.— Podemos ir mañana o el fin de semana-

—No tendremos tiempo para ese entonces —interrumpió Ji mientras cruzaba sus brazos.— Kim, vamos ya, por favor.

—¡Genial! —las dos chicas miraron a la castaña.— Ustedes dos ganan. 

La castaña se levantó de su asiento para aguardar todas sus cosas, pues siempre que salía a algún lugar ella tenía que dejar su escritorio impecable, si, así de organizada era ella. 

—Andando chicas —dijo Ji-Eun con una sonrisa.

—Ustedes dos están bastante raras —confesó Kim.

—Solo cumplimos nuestra misión —habló Diane con una sonrisa. 

Ji-Eun y Diane hicieron que la castaña subiera al auto, Kim seguía con la idea en la mente en la que sus dos amigas estaban algo raras pues su actitud nunca era así. Diane manejaba con rumbo a un mall, tenían en mente hacer una obra de arte con Kim.

—¿Y que les parece este? —dijo Kim con un suspiró al final.

—No me gusta, es un poco opaco —confesó Diane. 

—Siguiente. 

Kim ya se estaba aburriendo de que sus amigas no eligieran, nada les agradaba y eso era algo estresante para ella. Había perdido la cuenta, ya no recordaba a cuantas tiendas habían ingresado solo para medirse ropa que no iban a comprar. 

—Si este nos les gusta, juro que las dejo aquí y me voy —sentenció Kim mientras les mostraba el vestido que tenía puesto.

—¡Me encanta! —sonrió Ji-Eun.

—Tengo los zapatos correctos Kim. 

Mientras dos chicas entretenían a una castaña, cinco chicos estaban muy concentrados en la decoración de un lugar, Jungkook quería que todo saliera bien y Kim le correspondiera, era lo que más deseaba. 


[...]


Ji-Eun y Diane no paraban de halagar a su amiga, Kim estaba algo apenada pues no estaba acostumbrada a recibir cumplidos. Para ella era nuevo, todo lo que pasaba a su alrededor era completamente nuevo, ella conocía al mundo de diferente manera. 

La camioneta de Diane se detuvo frente a una casa muy linda, era digna de que una pareja pasaran unas divertidas y amorosas vacaciones. Kim las miro por el retrovisor y ellas hicieron exactamente lo mismo, las tres rieron y al mismo tiempo bajaron del auto. 

—Hemos llegado a tu destino, Kim —dijo Ji-Eun al mirar a su amiga con una mueca de confusión en el rostro.

—Esta es tu noche Kim, disfrútala —sonrió Diane al mirar la entrada decorada.

Sin esperar respuesta de la castaña, ambas chicas se subieron al auto y se fueron sin decirle nada a su amiga quien se quedó completamente en blanco.

—¡No! ¡Esperen! —gritó, pero fue completamente en vano.— ¿Qué se supone que estoy haciendo en este lugar? 

Miro aquel camino marcado y con pétalos y sin más comenzó a seguirlo con nerviosismo, sus manos temblaban, vio a su alrededor y una sonrisa se le escapó rápidamente. 

—Me da gusto ver que Ji-Eun y Diane lograran sacarte de tu estudio —al escuchar esa voz Kim no pudo evitar voltear a ver el lugar en donde apenas había entrado.

—¿Qué es todo esto? —preguntó al verlo completamente vestido de traje.

—Es una pequeña cena, ¿Quieres aceptar mi invitación? 

—Creo que ya no puedo rechazarla. 

Jungkook río negando levemente y caminó hacía Kim para tomar su mano y llevarla al jardín en donde estaba su cena lista. Todo estaba adornado al gusto de la chica y con eso sintió su corazón latir lo más rápido, definitivamente le agradaba esa sensación.

—Kim, esto es para ti —habló el pelinegro dejando una cajita pequeña de forro azul frente a ella.

—¿Para mi? —el solo asintió y Kim abrió aquella cajita. Al abrirla pudo ver un collar con una luna como dije, sin poder evitarlo ella sonrió en grande.— Es demasiado hermoso, muchas gracias Jungkook. 

El chico sonrió por ver feliz a su chica, ambos empezaron a cenar cómodamente bajo las luces que adornaban el lugar y la luz natural de la hermosa luna llena. Jungkook estaba nervioso y eso lo podía notar Kim, ella lo conocía perfectamente.

—¿Te sucede algo? —preguntó la castaña.

—No me pasa nada —le regalo una sonrisa y se levantó de su silla.— Kim, tengo algo que decirte... y es algo demasiado importante para mi.

Ella dejo la servilleta sobre la mesa y volteo a ver al pelinegro para prestarle toda su atención.

—Habla, te escucho —dijo mirándolo. 

—Quiero decirte que cual es el motivo de esto —suspiró y ella lo miro con más curiosidad.— Yo- Durante todo este tiempo que ha pasado te has vuelto la persona más importante de mi vida, al principio no me gustaba, pero poco después amaba la sensación que me provocaba —Jeon bajo la mirada para después mirar a Kim directamente a los ojos.— Cada segundo de mi tiempo que he pasado contigo es valioso. Lo que trato de decirte es que estoy enamorándome de ti, en cada segundo logras cautivarme más y yo solo quiero saber si sientes lo mismo...

La castaña no podía creer lo que había escuchado, seguía procesando cada palabra que había dicho aquel chico. Ella nunca imaginó que iba a enamorarse del chico que más odiaba en la vida, era un tanto raro.

—Jungkook —llamó y se levantó para quedar frente al chico.— Mentiría si dijera que no siento lo mismo, estoy enamorándome de ti y no entiendo el porque... intenté convencerme de que esto era pasajero, pero no fue así —el pelinegro la miraba sin siquiera parpadear.— Nunca creí que diría esto, pero... estoy enamorándome de ti, Jeon Jungkook.

El pelinegro al escucha esas cuatro palabras acompañadas de su nombre no pudo evitar sentir el latir de su corazón que era inmensamente rápido y eso definitivamente nunca le había pasado con nadie más, era impresionante lo que Kim había logrado en él.

—No me rompas el corazón, Rotschilld...

—Eso debería decirlo yo, Jeon...

Jungkook no tenía nada más que decir, lo que ahora quedaba era demostrar su amor hacía la chica. Se acerco a ella y tomo con suavidad su mentón para unir sus labios en un beso, por fin sentían sus labios acariciarse entre si. El bajo sus manos a la cintura de la chica y la cargó haciendo que ella enrollara sus piernas al rededor de el, Jeon sin pedir nada se encamino al interior de la casa, a la habitación principal.

Estando ahí dejo a Kim sobre la cama mientras el estaba encima de ella besando su cuello y dejando leves caricias. Ambos se deshicieron de sus prendas y ahora estaban completamente desnudos. La castaña sujeto el cuello del chico mientras este acariciaba la entrada de la chica con la punta de su miembro torturándola un poco. 

—Te necesito tanto, Kim —susurró el pelinegro.

Kim gimió al sentir que Jungkook había entrado en ella por completo, podía sentir el calor mutuo. Jeon tenía una pequeña sonrisa en el rostro al escuchar jadear y suplicar por más a su esposa, le gustaba también esta versión de Kim. 

Joder, el si que la había deseado... 

 






𝐘... ¿𝐐𝐔𝐈𝐄́𝐍 𝐏𝐄𝐑𝐃𝐈𝐎́? | 𝐉.𝐉𝐊Donde viven las historias. Descúbrelo ahora