Cuando Jiang Fengmian decidió comer por primera vez en mucho tiempo, fue gracias a la compañía de su hija, Jiang Yanli se aferró al poco valor que poseía últimamente y decidió visitar a su padre luego de muchos años. Jiang Fengmian se había mantenido recluso en su propia casa luego de que la desgracia tocará a su puerta, fue despojado de todo, su título noble, su posición real y su riqueza; se convirtió en un paria de la sociedad, sin embargo, nada de esto importó, lo que en verdad marcó su vida fue la muerte de su hijo Jiang Chen. Se podría decir que la culpa y el dolor jugaron un papel muy poderoso en esta decisión, porque siendo sincero consigo mismo, Jiang Fengmian se culpaba de la muerte de su hijo, consideraba su ausencia y la poca confianza que tenía con él, el detonante de toda la desgracia, en ocasiones se preguntaba ¿qué hubiese pasado si Jiang Chen le hubiese comentado todo a él? Y muchas veces se encontró con que tenía respuestas demasiado opuestas, realmente no recordaba cuales habían sido las primeras, si las de odio y rechazo por el error de su hijo o las de arrepentimiento por ser un padre miserable, para Jiang Fengmian eso se volvió irrelevante con el paso del tiempo, nunca volvió a saber nada del mundo exterior, incluso su relación matrimonial con Madame Yu acabó, ambos en extremos distantes y alejados cada vez más de ellos mismos. El líder Jiang no podía decir que odiaba a su esposa, porque esa era una mentira, pero tampoco podía decir que la amaba como en antaño, sus sentimientos simplemente se habían enfriado y solo quedaba una coraza que por dentro se encontraba vacía.
En cambió con su hija la situación era completamente diferente, Jiang Fengmian amaba a su pequeña sirenita, la había mimado durante mucho, le vio crecer saludable y hermosamente, hasta convertirse en una sirena digna de la realeza, él sabía lo mucho que su pequeña había sufrido con la muerte de su hermano, ellos compartían un lazo inquebrantable, pero que lastimosamente ni siquiera ese lazo influyó en que su hijo confiara lo suficiente como para comentarle su situación a su hija, o bueno eso era lo que él sabía, la realidad es que Jiang Yanli también cargaba con sus culpas, debido a sus imprudentes comentarios. Cualquiera que viera al actual Clan Jiang sabría que no son ni serán lo que fueron en antaño, poderosos, llenos de gloria e indomables, el actual Clan Jiang solo se mantenía a flote por el temple de su líder, Madame Yu, quién había ido en contra de todo y todos con tal de recuperar algo del orgullo perdido, incluso de ser odiada y despreciada por su familia.
-¿Cómo has estado, padre? -inquirió Yanli, mientras tomaba una taza de te, ambos se encontraban compartiendo una mesa, con algunos alimentos encima de ella.
-Bien hija, veo que sigues igual de hermosa que siempre. -comento.
Yanli asintió, y por un segundo se detuvo analizar a su padre, pese a todo los años que habían pasado sin verse, él no había cambiado mucho, mantenía su porte gallardo y valeroso, piel clara, músculos fuertes, su aleta la recordaba igual, grande y poderosa, de un intenso color morados, para sorpresa de Yanli su cabello había vuelto a crecer, ya no tan largo, pero si se veía majestuoso y se hallaba adornado por un intrincado diseño de trenzas. Un ligero malestar golpeo su corazón al recordar como en su dolor, su padre había tomado su espada y había cortado su larga melena azabache, fue el último despojo de su persona antes de ser repudiado. Agito ligeramente la cabeza, ocasionando que las perlas que adornaban su cabello tintinearan, al desear escapar de esos pensamientos. El pasado, era solo eso, pasado, pero aún podía hacer daño.
-Gracias, padre, -contesto, y se centró de nuevo en su bebida, en un momento tan cotidiano como este, Yanli se asombraba de lo que era capaz el poder de las Sirenas.
Largos minutos de silencio se extendieron entre ellos, haciendo más profunda y notoria la brecha que se había creado, hace mucho tiempo, Yanli podía haberse acercado a su padre y hablar por horas con él, sobre los helechos marinos, historias perdidas en el tiempo y más, pero todo eso se perdió. Su familia había muerto el mismo día que su hermano lo hizo, una parte de todos ellos se fue detrás de él. Tomando una inspiración larga, y dejando su taza en la mesa, Jiang Fengmian, se atrevió a posar sus ojos sobre los de su hija, después de años, sentía que era el momento de empezar a reconectarse con una parte perdida de él.
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SIREN
RomanceLa casa Lan, es una de las más prestigiosas en el ámbito de la medicina experimental, desde tiempos remotos sus antecesores han sido hombres de ciencia, dedicados únicamente a encontrar la verdad de las cosas por medio de la lógica. Lan Wangji es u...