CAPITULO DOS: LEGACIES.

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ENERO 23.

NOTA ÚNICA.

El día de hoy amanecí confundido. Después de una larga noche, muchos recuerdos fugaces llegan a mi mente, no se si son parte de los sueños que desde hace tiempo estoy teniendo o simplemente son invenciones de una mente demasiado imaginativa. De igual forma la sensación de nostalgia y tristeza que me dejo la noche no lo puedo eliminar de mi cuerpo. Otra vez observe malva, y tornasoles, una hermosa piel y un canto tan atrayente que mis sentidos se rindieron ante tal melodía. Abrace con premura el mar, mientras me sumergía lentamente en un fondo oscuro, pero que a cada segundo brillaba más. Era simplemente magnifico. Después vislumbre un movimiento, una aleta tan preciosa, que me corto la respiración. Eso fue todo antes de que me despertara sobresaltado. Incluso el reloj aun no marcaba las cinco de la mañana, sin poder conciliar el sueño me dedique a escribir mis vagos recuerdos. Analizando cada momento, cada sensación. Fue tan vivido, que por un segundo creí ya no estar en mi habitación.

Termine de redactar todo a las cinco y media, hoy sería un día sumamente importante, mi hermano menor cumplía años, y como todos los años mi tío estaba encargándose de llevar a cabo la fiesta de cumpleaños. Aunque era una mera formalidad, bien era sabido que a Lan Wangji no le gustaba mucho ese tipo de eventos. Sin embargo, yo tenía un regalo para él. Algo que sin duda iba a recibir gustoso. A veces me pregunto que pensara Wangji si se llega a enterar de todo esto. Mi hermano siempre ha sido muy racional y compuesto, no cree en cuentos de hadas, dudo mucho que algún día pueda decirle si quiera todo esto que estoy haciendo y lo mucho que he avanzado...

-TOMADO DEL DIARIO DE L.X: Capitulo 4: "PROPIO: EL SUEÑO DE LA NIÑEZ."


Definitivamente su padre lo iba a matar, aunque la verdad no le asustaba para nada la furia que pudiera despertar en el pequeño tritón. Wen Ning era su padre, o bueno decía serlo, él nunca se había encargado de clarificar el origen de su nacimiento, y mucho menos hablaba al respecto, por lo tanto, Wei Wuxian no tenía la completa certeza de si en realidad el joven tritón era su padre. Cualquiera pensaría que era una locura, empezando porque el pequeño no aparentaba más de veinte años, pero Wuxian sabía bien que eso solo era una mera apariencia ficticia, la realidad era que su padre tenía más de cien años, pese a que no lo aparentaba. Los tritones con sangre noble solían vivir mucho más que un tritón promedio, ese era un conocimiento que tenía gracias a sus muchas escapadas, debido a que todo lo que estaba ligado a él era un misterio, Wuxian se había tomado la tarea de arriesgarse más allá del sitio en donde ambos residían y se había acercado a Tzaria, el reino de las sirenas del cual provenía su padre. Poco a poco y con cierta curiosidad a flor de piel, había empezado a escuchar cosas sobre todo y nada. La vida de las sirenas y los tritones en Tzaria era completamente diferente a como él la había imaginado. Todos eran aburridos, a su parecer. Más de una vez se vio envuelto en un aprieto, pero había uno particularmente sombrío que recordaba con claridad. Wuxian no se asustaba, él lo tenía claro. Con excepción de esa única vez, en donde se encontró con un tritón tan grande y alto como una roca. Poseía un largo cabello negro atado en una alta coleta, un cuerpo solido y bastante musculoso, nada más al estar ante su presencia, Wuxian sabía que era un hombre de temer. Su aleta poseía escamas negras con unas leves iridiscencias en color oro, se veía lo suficientemente fuerte como para nadar en contra de un río embravecido y salir victorioso, definitivamente un tritón de guerra. Cuando sus miradas se encontraron un escalofrío hizo un recorrido desde la punta de su cabello hasta la ultima escama de su cola. Una mirada de muerte. El tritón le lanzó una ultima mirada antes de apartarlo y seguir con su camino. Había tenido más de una pesadilla después de ese encuentro. Esto nunca se lo había dicho a su padre, Wuxian sabía que Wen Ning tenía conocimiento de sus escapadas, pero no sabía hasta que punto se había expuesto su pequeño hijo.

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