Otro auténtico día de mierda... Aún es mi primera semana, y tengo la sensación de que han pasado meses.
A Rick me lo había topado numerosas veces en los pasillos, pero gracias a Dios, Wen conseguía alejarme de sus asquerosas insinuaciones.
-Mmm.... ¡MMM! -Wen está sentada enfrente de mí, comiendo un muffin de chocolate- esto... ¡¡ESTO ESTÁ DE PUTA MADRE!!
Casi todos los que se encontraban en la cafetería dejaron sus conversaciones para girar sus cabezas y posar sus miradas sobre nosotras. Wen no debía haberse dado cuenta, porque seguía emitiendo gemidos vacunos a la vez que engullía la pequeña porción que le faltaba para terminar. Por mi parte, bajé la cabeza hacia mi croissant aún sin tocar, esperando a que todos volvieran a sus respectivas tareas.
-Joder, Wen... Acabas de tener un orgasmo con un muffin, ¿no sabes que la gente te estaba mirando? -logré decir cuando al fin la atención de todos los que se encontraban en la cafetería desapareció.- La próxima vez me levantaré y te dejaré más intimidad con tu dulce...
-Shh... No le hagas caso, -le hablaba al envoltorio donde anteriormente se encontraba el muffin- tú ya sabes que contigo me lo paso bien, nadie nos separará, ni siquiera esa bruja sin sentimientos que no entiende nuestro amor...-levanta la cabeza y me mira divertida, y yo le replicó con una sonrisa sarcástica a más no poder.
-Yo me voy ya, es mi primera clase de fotografía y no pienso llegar tarde.
-Uy... ¿Christy con prisas para acudir a una clase? Eso no es propio de tí, querida... -Su voz finjida de madre sabelotodo desencadena mi risa.
-Sabes mejor que nadie que la fotografía es mi droga, no podría vivir sin ella...
-Mmm... Y veo que la filosofía tambien es uno de tus fuertes... "La fotografía es mi droga"-dijo imitandome.- muy... poetico.
-Tú eres y serás siempre mi inspiración, oh mi Lord- me despido de ella con una penosa reverencia y salgo disparada hacia la sala de fotografía.
Antes de originarse el choque, percibí a un cuerpo abalanzarse sobre mí desde un pasillo a mi derecha.
-¿Qué mierdas....?- quise apartarme, pero me pilló con mal pie y no pude aguantar semejante embestida.
Acabamos tanto yo, como la persona que me arrolló en los suelos.
-Joder... Perdona.-el chico que me había placado empezaba a levantarse un tanto dolido, y al quedar sentado poso sus manos en los ojos para después girar su rostro hacia mí.- Eh, ¿estás bien?
El pelo carbón cubría su frente al estar inclinado hacia delante. Lo tenía desordenado y brillante, sus ojos chocolates me miraban mientras yo también me reponía.
-Mm... He estado mejor en otras ocasiones... -Me di un rápido masaje en mi tobillo derecho, al caer me lo había torcido, pero no me dolía mucho.-aunque estoy bien, gracias.
-Bien.-fue casi un susurro acompañado de una media sonrisa. Estuve varios segundos mirando aquel perfecto gesto, hasta que me dí cuenta de que seguíamos sentados en el suelo.
-¡Vaya!, tengo clase de fotografía.-me levanto de un brinco, olvidando lo de mi tobillo, que al apoyarlo un pinchazo atraviesa mi cuerpo. Suelto un pequeño quejido, no quiero que piense que me ha hecho daño.-Adiós.
Salgo cojeando de su lado, intentando disimularlo lo máximo posible. Parece que no me sigue, me siento aliviada, aunque tampoco me giro para comprobarlo. Me arrepiento de no haberlo hecho cuando un fuerte abrazo rodea mi cintura y tira un poco de mí para acabar apoyada sobre un torso musculoso. "Joder, y tanto que musculoso..." Pienso al girar la cabeza y quedar de bruces con la camiseta gris que vestía el morenazo.
-No intentes escapar de mi haciéndote la fuerte...-una vez más, su media sonrisa vuelve al ataque, algo que reconocí como su técnica "baja bragas"-Además, yo también voy a fotografía, puedo cargarte hasta allí.
No me dio tiempo a negarme. En menos de un segundo pasa un brazo por mi espalda y otro por mis piernas, subiendo éstas y haciéndome levantar del suelo.
-¿¡Pero qué haces, subnormal!? ¡¡Bájame ahora!!
-Esa boca, princesa.-Para y me mira a los ojos, pero no me baja- tendrías que agradecer mi ayuda, en vez de insultarme...-retoma su camino.
Sé que no ganaré, resoplo indignada y dejo que me lleve mientras la gente se nos queda mirando por los pasillos. Mi vergüenza aumenta por segundos, además de mi enfado con el chico.
Al fin llegamos a la sala de fotografía, me baja al suelo con mucho cuidado y me vuelve a rodear por la cintura, pero me aparto bruscamente de su agarre.
-Creo que puedo sostenerme sola, gracias- digo sarcásticamente. Él me mira sorprendido. Seguramente porque su técnica de "caballero" y su sonrisa de lado "quita bragas" no funcionó conmigo. Al pensarlo una sonrisa de superioridad se posa en mi rostro, me giro triunfante y abro la puerta.
-Oh, y aquí están los que faltaban...-Una mujer de perfil agradable nos recibe con un gesto de mano. Era bajita, pero delgada. Aparentaba unos 25 años, con gafas y el pelo recogido en un moño rubio un tanto desaliñado. Tenía mechas negras que le daban un toque juvenil, aparte de divertido. Una camisa azul ancha y unos vaqueros beis era su vestuario. Su voz era dulce y pausada. No se por qué, pero al instante me calló bien. -Podéis sentaros en aquellas mesas de allí. -nos señala con la cabeza el final de la clase.
Es pequeña, muy pequeña, y un tanto oscura. Hay cuadros con fotos por todas partes. Personas, animales y paisajes decoran las paredes. Hay espacio suficiente para veinte mesas, pero solamente trece están ocupadas. No es monótona, miles de colores se extienden. Bolas de luces colgadas por el techo, las sillas de diferentes formas y tonos, diversas plantas con brotes, algunas ya con flores... Es la aula más agradable a la que he entrado. "Estoy en mi mundo", pienso animada.
Las mesas se disponen de dos en dos, decido sentarme al lado de una chica, el tío que me cargó no tiene otra opción que sentarse solo.
-Hola.-le digo mientras aparto la silla.
-Buenas...-su voz es cansada, pero se gira y me dedica una leve sonrisa como saludo.-Me llamo Shasa, ¿y tú eres...?
-Christina, aunque me puedes llamar Christy.
-Entonces... Un placer, Christy.-aunque sea una sonrisa casi imperceptible, es bonita. Su piel es de color, pero de tono café. Tiene unos ojos profundos, negros como hoyos y el pelo muy rizado, cortado por la barbilla. Presiento que nos llevaremos bien.
-Igualmente.-le respondo agradablemente.
Giro la cabeza un segundo para fijarme en mi arrollador. Por sorpresa, él ya me estaba mirando, mis ojos cruzaron al segundo con los suyos. Él aprovecha el momento para realizar su media sonrisa "quita bragas". Ruedo los ojos y resoplo murmurando.
"Idiota..."
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La Cárcel
Teen Fiction"Comienzo el Instituto y al primer día ya me desmorono. Clases jodidamente aburridas, tíos más imbéciles de lo que recordaba, profesores pesados que no se rendirán hasta conseguir tu número... Y es que la Cárcel, mi Instituto, se llama así por algo...