Segunda ronda

59 6 7
                                    

-Así que... ¿Podrías venir a la fiesta el domingo? Creo que sería bueno que acudieramos todos, sería perfecto para conocernos.

-Creo que voy a pasar, gracias.

Mike, que resultaba ser el nombre de mi placador, había pensado en invitar a su lujosa casa a todos los de fotografía, como una pequeña fiesta de bienvenida. Sinceramente, sabiendo que Sasha no podía acudir debido a que los domingos cuidaba a los hijos de su vecina, yo no tenía ninguna razón por la que asistir.

-Vamos, Christy...

-Christina, mejor. -le corto rápidamente. "Christy es sólo para amigos".

-Bueno, Christina, -entona mi nombre pausadamente y eleva las cejas, esperando mi aprobación. Asiento desganada para que termine lo antes posible- te dejo mi número por si cambias de idea. -saca un rotulador y me coge la mano.

-¡Eh! ¿Qué cojones haces?-Empieza a escribirlo en mi mano.

-Así lo llevarás contigo.-me guiña un ojo burlón-además, si te lo hubiera escrito en papel, en la primera papelera que te hubieras cruzado lo habrías tirado... ¿Me equivoco?

-Vete a la mier...

Mi voz cada vez se hace más hueca y no puedo terminar la frase. Detrás de Mike, veo a un chico de vaqueros y camisa blanca, mangas remangadas hasta los codos y primeros botones del cuello abiertos. Manos en los bolsillos, apoyado en una pared frente a la clase de informática. Pelo marrón carbonizado que contrasta con su piel clara... El chico se gira, y confirmo su identidad.

El tío de ojos esmeralda... ¡ESTÁ AQUI!

Por un momento me transformo en una estatua de piedra. Oigo palabras huecas de Mike, pero no logro procesarlas; mis ojos están clavados en el chico, a unos ocho metros de mí, pero mi vista no comprende aquello que ve; mis pies se encuentran anclados al suelo, mi cuerpo ha doblado su peso, siente la gravedad que me tira hacia abajo, que me inmoviliza.

Una chica rubia me abraza histérica, me habla sobre un tal Lier. Está eufórica, o lo parece, porque sólo soy capaz de captar movimientos rápidos, nerviosos, pequeños gritos agudos; mientras mis ojos siguen buscando cruzarse con los esmeralda.

La rubia para. Me dice algo. Me da una bofetada. Y la estatua de piedra se rompe.

-¿¡Qué coño...!? ¡¡Christy!! -consigo girar confundida la cabeza hacia Wendy, al fin la reconozco- ¡Mierda, Christy, que susto me has dado! ¿Qué te pasa? No sabía si te había dado algo, un ataque o....

-E-estoy bien... -hablo como si fuera la primera vez que lo intento. Me mira, ella también ha notado que mis palabras suenan extrañas- estoy bien- repito para tranquilizarla.

-Dios... Últimamente estás muy rara...-su gesto preocupado se mantiene por unos segundos, mientras que sus ojos buscan por mi rostro algún signo de tormento. Le dedico una leve sonrisa y eso le hace cambiar su expresión- Supongo que sí estás bien. ¿Sabes? Necesito comprarme algo de ropa, podemos aprovechar e ir al centro comercial.

-Me parece bien- intento que mi atención se mantenga en ella, si miro hacia el chico seguramente se daría cuenta y me ametrallaría a preguntas que ni siquiera yo podría responder.- aunque tendrá que ser un poco más tarde, tengo que ocuparme de un asunto...

-Ah, tranquila, entonces a las... ¿cinco?-asiento- ¡Hasta las cinco...!

Sonrío, y con la mano me retiro un mechón de pelo que me caía en la cara, Christy ve el número de teléfono.

Mierda. Mierda. Mira mi mano, me mira a mí y vuelve a mirar a mi mano. Joder, ya lo ha malinterpretado. Vuelve de nuevo a enfocarse en mi rostro, yo desvío un poco la mirada, como si no pasara nada, para que sobreentienda que el número no significa nada. Ocurre lo contrario.

Una grandiosa sonrisa se posa en sus labios, se inclina un poco hacia abajo, y sus brazos encuadran un ángulo de setenta grados con los puños apretados. Estos son los gestos propios de ella antes de una explosión de euforia. Y ayá viene...

-¡¡¡CACHO PERRA!!!-y explotó, llevándose consigo decenas de personas sorprendidas y otras decenas giradas hacia nosotras- ¡Un número de teléfono!! ¡¡¡Y EN LA MANO!!! Ya pensé que llegaría este momento... ¡¡Por fin, un chico en tu vida!!

-Christy, te equiv....

-¡Tienes que contarme todo! ¿Por eso estabas rara, no? ¡¡AAAH!! ¡Y el asunto debía de ser ese chico!

Durante varios largos minutos, Christy sigue gritando cada pregunta que me formula, asi que decido permanecer callada hasta que se quede afónica y explicarle el malentendido.

Desvío una milésima de segundo la mirada hacia el chico de ojos esmeralda. Christy está berrenando y mirando a todos lados excepto a mí, así que no se da cuenta.

Solamente una milésima. Y mi vista se cruza con la de él. Se está riendo. Se está riendo de mí.

Oh, esa sonrisa se le va a borrar de la cara. Ya lo creo que sí...

***
Perdón por el retraso (en los dos sentidos ._.)

1) Potter, ahí está la apuesta!
2) siento la espera de aquellos que estén leyendo mi pequeño proyecto, pero estos días.... Ejem... Vamos, que estaba vaga;) espero que el retorno de Christy y el chico de ojos esmeralda no os decepcione.... Aún quedan muchos cabos sueltos, pero tranquis, con el tiempo iremos conociendo al chico misterioso y la vida oculta de Christy...

Un saludo!
***

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: May 20, 2015 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

La CárcelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora