Capítulo 13. Casa

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Dos días despues regresé a casa, me sentía una chica completamente diferente a la que salió de ahí hace unos cuantos meses. Cuantas cosas me habían sucedido desde entonces.

En cuanto mamá me miró llegar salió corriendo hasta la entrada del pórtico.

-Mi niña has vuelto, expresó con una mezcla de alegría y cierta tristeza en su voz.

-Estoy acá, Madre, contesté mientras la abrazaba.

Mi mamá era el ser humano que más amaba en el mundo, a pesar de que muchas veces no teníamos la misma forma de ver las cosas. La amaba incondicionalmente. Era una mujer decidida, de gran carácter, el ser humano mas amoroso y honesto que conocía.

-¿Has venido sola?, preguntó mirando de reojo hacia el coche.

-Si mamá he venido sola, Jude vendrá después

-Ah, entonces si vendrá. Replicó con un poco de apatía.

-Sí, lo hará. Ya lo nuestro es oficial.

-Entiendo, pero bueno vamos, entra a tu casa, no sabes cuánto te hemos extrañado.

- Y yo a ustedes, mamá.

Entramos a casa y miles de emociones me invadieron, ahora que no sería más la Traductora del Real Madrid, no sabía qué hacer. Si me quedaría en casa o si volvería a Madrid. Estar en Madrid significaba estar con Jude. Y solo pensar en que si me quedaba en casa no le vería, mi corazón se arrugaba.

En casa nada había cambiado, mi habitación seguía intacta. Así que ingresé a ella y me tumbé en mi cama. Elegí una buena playlist de Rock y me dejé llevar por la música. Pensé en cuanto había cambiado, aquella chica tímida, reprimida y reservada, ahora estaba libre, feliz, viviendo y disfrutando sanamente de su sexualidad.

Amando a un chico increíble y siendo amada por este. Jude era un hombre excepcional. Tenía el corazón más grande del mundo, siempre se preocupaba por los demás, ya fueran sus conocidos o no. Ayudaba a quien más lo necesitaba, daba parte de su tiempo y su dinero para contribuir con causas benéficas. Era atento, cariñoso, respetuoso, amoroso, sincero, caballeroso, inteligente, humilde, divertido, sexy y comprensivo. Así podría llevarme horas y horas hablando de él. No tenia duda alguna que estaba completamente enamorada de él. Ahora lo me preocupaba era que mi familia pudiera ver en él todo esto, en especial mamá.

En cuanto mi padre llegó de trabajar supe que era el momento de hablar con él y contarle sobre mi relación con Jude. No tenía ni la menor idea de que le diría, o de cómo iniciar esa conversación. Nunca había tenido novio así que esa era mi primera experiencia en presentarle a mi padre un chico, y quizás eso era algo normal pero yo me sentía aterrada. ¿Y si papá reaccionaba igual a mi madre? ¿Y si reaccionaba peor? ¿Valdría la pena poner en riesgo mi relación con mis padres por un chico?

Caminé nerviosamente por la habitación mientras comía mis uñas, hasta que escuché que papá se quedó solo en la cocina. Así que tomé una larga y profunda respiración y me dirigí a la cocina. Papá se encontraba tomando un poco de refresco, en cuanto me miró y sonrió ampliamente.

-Valeria, que alegría verte de nuevo, ven dale un abrazo a este viejo.

-Padre, me alegro de verte, contesté mientras le abrazaba.

- Te hemos extrañado mucho.

-Lo sé Padre, yo os he echado mucho más de menos. Pa, debo contarte algo-dije mientras mi corazón aumentaba sus palpitaciones y mis manos sudaban sin parar.

-Cuéntame

-Pues resulta que durante todo este tiempo que he estado en Madrid, mi vida ha sufrido muchos cambios, buenos cambios

La Traductora del Madrid. Jude BellinghamDonde viven las historias. Descúbrelo ahora