No faltaba mucho para que el primer día de la semana en la escuela tuviera un fin, y pese a que Lara disfrutaba aprender, a veces se sentía abrumada y un poco nerviosa cuando la ponían a prueba. Con agua y con jabón se limpió las manos, y repasando todo lo que había visto en esa clase de Literatura, se las secó y observó su reflejo. No le gustaba usar lentes de contacto cada vez que salía de casa, no le agradaba la idea de que su paz mental se viera interrumpida por un chico que afirmaba cosas locas y aborrecía el hecho de ser muy indecisa en esos momentos frágiles. Por esta razón había decidido caminar más de la cuenta e ir al baño de la segunda planta.
Tomó aire, lo soltó y cuando se disponía a salir de los cubículos, un dolor sorpresivo en su nuca la hizo jadear. Se adentra de nuevo al espacio oscuro, y gimiendo por el dolor que empieza a crecer en su cuello, va hacia uno de los lavamanos y observa, angustiada, que sus lentes ya no están. Procede a buscarlos con desesperación, y aunque sus venas empiezan a iluminar otra vez, no les presta atención y sigue dando vueltas hasta dar con su disfraz. Los levanta del suelo, y no previniendo lo que sucedería después, gritó cuando su cuerpo logró elevarse unos metros.
Pataleo en el aire, y siendo víctima de una fuerza sobrehumana, se dobló y unos escalofríos recorrieron su cuerpo al escuchar la misma voz que les había gritado a Joen y a sus amigos.
—Tranquila.
—Déjame en paz, por favor— sollozó ella.
—No quiero hacerte daño.
—No sé quién eres, solo déjame tranquila.
—¿Joen aún no te lo ha dicho? Vaya, pensé que era inteligente.
—¿Qué quieres de mí?
—Conocerte, Lara.
—Yo no quiero, y estoy agradecida de que Joen no me haya llevado junto a ti.
Una comezón interminable hizo que apretara sus manos, y viendo a sus amigos de forma suplicante, salió corriendo con el sudor recorriéndole la espalda. Joen, que hasta entonces no había experimentado la maldad de Samuel, estaba jadeando y caminando de forma lenta debido a la manipulación que estaba recibiendo de su chip, qué sin querer, había sido activado por una mano ajena.
Con su poder logró ubicar un cuarto lleno de productos de limpieza, y sorprendiéndose internamente por encontrar uno igual en cada rincón de esa escuela, se encerró en él y comenzó a masajearse las sienes. Nadie podía entrar a su mente, y si eso pasaba, él estaba dispuesto a luchar con todas sus fuerzas para que eso no volviera a suceder.
—Ríndete.
—A los guerreros nos enseñan a resistir, Conquistador— protestó el chico cerrando los ojos.
—Heredaste eso de tu madre: ella siempre estuvo dispuesta a pelear.
—¿Qué sabe de ella?
—A veces, las personas dicen ser alguien, pero al final resultan ser muy diferentes a lo que dijeron.
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Las Cinco Lunas [Saga Moons #1] {✔}
Fiksi Ilmiah"¿Te atreverías a dejar el mundo conocido para adentrarte en uno que está a millones de años luz?" Con un guerrero entre dimensiones seleccionado para llevar un secuestro a cabo, una joven inusual de cabello blanco destinada a ser poderosa, y...