Capítulo veinticinco

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    Los dedos de Joen se aferraron al volante, y siendo víctima del terrible silencio que embargaba la camioneta, suspiro. Tenía que admitir que gracias a Julia y a su sorprendente habilidad de borrar recuerdos por sí sola, estaban a salvo, pero eso no significaba que todo estuviera bien. Thomas y Alex, ambos dispersos y distraídos en sus pensamientos, seguían con los nudillos lacerados y la sorpresa impregnada en la mente.

—Tenemos que hacer informes y tareas de geografía, así que por favor, antes de que toda esta situación me mate, necesito escuchar sus versiones.

    Sus dos amigos no responden de inmediato, y a medida que los segundos pasan, la impaciencia del guerrero morado crece y crece.

—Vimos a nuestros padres— resumió Thomas desde los asientos traseros.

Joen se impactó ante esa noticia, y experimentando una tristeza desgarradora por los eventos del pasado, se dedicó a escuchar la versión de cada uno.

—Creí que eran reales. Por un instante lo desee: desee que nunca se hubieran ido, que estuvieran con vida y que me llamaran por teléfono para preguntar como iba esta misión. El espejo se interpuso, y no pudo evitar golpearlo.

—¿El espejo?

—Sí, hermano. A mi también me sucedió lo mismo. Caminaban hacia mí, como si quisieran atravesar esa cosa para poder abrazarme. Pero a comparación de Alex, sabía que eso no era real. Y Samuel...

—Aguarden un minuto. ¿Están diciendo que "El Conquistador" hizo todo este alboroto?

—Si— le contestaron sus compañeros al unísono.

    Sin poder contener su rabia, Joen dio un codazo contra la puerta. Repitió la misma acción una, dos y hasta tres veces: era frustrante tener esa sensación de vigilancia extrema, y era aún más doloroso saber que alguien, tarde o temprano, iba a sufrir las consecuencias al no cumplir con el mandato. No sería Lara, claro que no, porque ya él estaba dispuesto a sacrificarse en su lugar.

    Unsemáforo rojo lo hizo parar, y aprovechando el momento para pensar en esachica, se quedó en silencio y se dejó llevar por las preocupaciones queembargaban su cerebro.

    Los recuerdos del incidente en la escuela la ponían paranoica, y tratando de completar los deberes escolares, se perdió entre el miedo y el terror que la escena de los extraterrestres llegó a causarle

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    Los recuerdos del incidente en la escuela la ponían paranoica, y tratando de completar los deberes escolares, se perdió entre el miedo y el terror que la escena de los extraterrestres llegó a causarle. La punta de lápiz se rompió, y lanzando un suspiro lleno de enojo, se dedicó a volver a afilarla.

Lara.

    Una voz se hizo paso en su cabeza, e ignorándola luego de unos segundos de estupefacción, volvió a sus andanzas. No tenía muchas cosas que hacer en cuanto a la institución, pero conociéndose a sí misma y a su facilidad para enredarse en faenas que eran muy fáciles, comenzó a hacer las que se entregaban esa semana.

¿No vas a saludarme, Lara?

    Su corazón empezó a latir rápidamente. Otra vez intento no prestarle atención a esa voz grave y masculina, y tarareando la letra del himno nacional, la ignoro.

Las Cinco Lunas [Saga Moons #1] {✔}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora