Una figura androgina, de silueta sinuosa, sexy y enfundada completamente en cuero negro con detalles de estoperoles al frente y los hombros, con un casco de motociclista se abre paso segura entre los policías del callejón.
Uno de ellos lo mira con sospecha, el mismo policía que se distrajo frente al escenario.
- Hey, tú - se apresura y de un par de zancadas está al lado de la figura - descubrete, identifícate - le exige el oficial, por lo que retira el casco dejando caer una oscura melena que juega con el movimiento y el viento haciéndoles un pequeño evento erotico, los policías embobados ven a la sexy morena de actitud rebelde sin poder despegar la vista, está lo sabe, lleva un cigarrillo de su bolsillo trasero hasta sus rojos labios y lo enciende.
Acto seguido sube a su moto, dejando el casco colgado de su brazo, suena el motor de la moto y grita - ¡Minnie! - entonces, de entre los oficiales cerca de la puerta, se hace paso una rubia travesti, despampanante, con su cabello hasta la barbilla alborotado, ojos largos ahumados, un lunar que descansa de modo descarado sobre unos labios que invitan al pecado, lleva un collar de sumisión, que cae hasta sus clavículas descubiertas, sobre un crop que deja bastante piel a la vista, ligeramente bronceada, lleva cubiertos sus hombros con una torera blanca peluda que deja también otra porción de piel descubierta debajo hasta una microfalda en cuero negro, que apenas cubre lo necesario, medias en red que visten unas piernas ligeramente musculosas y torneadas para terminar en unas botas arriba de la rodilla con tacón, toda una visión.
Los policías no pueden quitar la vista de ambas, y uno se atreve a poner su mano encima de la rubia - hey, nena, ¿necesitan ayuda? - le insinúa la intención de modo lascivo.
La rubia ni siquiera lo mira, grita - ¡Gigie! - la morena se gira y le bufa al oficial - hey, polizónte, ¡quita tus sucias manos de mi propiedad! - amenazante - Vámonos, pequeña - se dirige a la rubia.
Minnie sacude su hombro para quitarse la mano del oficial de encima y camina contoneando descaradamente sus caderas hasta la moto, donde se sube a la parte trasera, se coloca un cigarrillo en la boca, que Gigie le enciende y se dirigen una mirada llena de deseo, los oficiales vitorean y uno se atreve a gritar - vamos nenas, podemos ayudarlas - tocandose con morbo entre las piernas, ambas gritan arrogantes y los miran con desprecio, y avientan sus cigarrillos al piso, simulando hastío, la morena se coloca el casco y se dispone a dar marcha mientras la rubia les avienta un beso volado con descaro.
Ambas risas resuenan en el camino de la motocicleta, en cuanto pierden de vista el antro.
Al bajar, cuando llegan a su destino, la rubia de queja de su espalda baja, la morena rodea su cintura y la atrae hacia sí - sé como ayudarte, pequeña - canturrea, y la rubia le reta de modo juguetón - ah, ¿sí? Muéstrame "Minnie".
Ambas entran a la casa y se dirigen de la mano al sofá, retirándose las molestas prendas, la morena se coloca una batita de satén sobre su ropa interior, la misma decorada de lentejuelas plateadas que llevaba en su show, le ordena recostarse en el sillón.
La rubia se quita la torera, desabrocha la ajustada faldita y retira sus botas.
Cuando Yoongi llega a la casa, más tarde, se topa con la visión de la morena moviéndose lentamente sobre el sillón que cubre su compañía, pero puede perfectamente escuchar los jadeos de satisfacción de una suave voz quizá masculina.
Cierra los ojos y suspira molesto, lleva su mano derecha al puente de su nariz y masajea, en un acto desesperado de calmarse y no matar al tipo.
- ¿Cómo te hiciste esto? Mira este morete... -susurra la morena mientras ejerce presión.
- Ish, por actos de locura como saltar bardas, nena, aaah~, ahí, dale - responde su compañía entre jadeos.
Yoongi ya no lo soporta, esta a punto de estallar, cuando en la puerta de vidrio, detrás del sillón, puede ver una figura masculina, deslizándose de modo sospechoso, se sabe buscado así que reacciona, salta por encima del sillón hasta atravesar la puerta del patio, causando que el tipo quede bajo el mosquitero de la puerta, pues para su suerte, estaba abierta.
Está por golpearlo cuando reconoce el traje y el cabello, lo mira detenidamente y se da cuenta
- ¿Sargento? ¡Namjoon! - se retira de encima de él mientras quita el mosquitero y lo ayuda a incorporarse.
- Yoongi, ¡loco! ¿Así recibes a todas tus visitas? - le bufa molesto Kim mientras acepta su mano para levantarse y sacude su ropa.
- Mis visitas, no suelen rondar por mi patio como acechadores, Yoon. - contesta sarcástico, Min.
Jimin y YoonJi salen aprisa a ver que pasa, y alcanzan a ser testigos de la confusión, YoonJi se acomoda la bata, cubriéndose más y un bonito sonrojo cubre su rostro, Jimin puede intuir que hay o hubo historia ahí.
- Meli, ¿Puedo saber que te traes con la princesa por un día? - bufa totalmente fuera de sus casillas - ¿Qué diablos pasa por tu cabeza? ¡Es un policía y es un prófugo! ¡¿Sabes cuanta gente le busca?! ¡Ni siquiera lo conoces!
La morena gira sus ojos en blanco, cruza sus manos y le mira con molestia - ¿Qué esperas que haga? ¡Fue a buscarte! ¿Quieres que lo ignore? Además también eres policía y prófugo y no veo que me cuides de ti, si traen tanto peligro ¡¿porqué rayos vienes a mi casa?!
- TAMBIÉN ES MI CASA - grita Min - ¿quién la paga? ¿Quién paga los servicios y el mantenimiento? Si con tu sueldo de "bailarina exótica" apenas pagas tus gustos y tus viajes - agrega irritado.
- ¿Y qué quieres? Si tú no me pagas mis gastos debo hacerlo yo, no esperes que también pague la casa, y ya te dije, que te importe poco lo que yo haga, ¡es mi vida!
- ¿Ahora no sólo debo pagar la casa y los gastos sino mantenerte mimada?, claro que me importa, te amo, carajo, no sé porque no quieres una profesión seria, puedo ayudarte con una carrera.
Kim y Park suspiraban, la discusión parecía seguir y seguir, fuman un cigarrillo, Jimin observa entretenido la discusión, secretamente disfruta ser la manzana de la discordia y descolocar al siempre rígido y medido Min, hay algo en sus expresiones, cuando pierde la paciencia, que le causa fascinación al rubio.
- Siempre es igual, esos dos siempre juntos y siempre discutiendo. - dijo el Sargento.
Por fin se dan un respiro, la chica se dirige a la cocina y Min se sienta con ambos oficiales, bufando irritado, dirige una mirada a Park, que esté no supo leer, Min en su estado cotidiano no era sencillo de leer, su mirada oscura era fulminante y sus facciones bonitas se tensaban de modo que parecía siempre estar estoico y con aura oscura.
Jimin no sabía si Min lo golpearía en ese instante, pero por un segundo, por un leve momento creyó ver deseo, cuando Min lo miró de arriba abajo, pasó su lengua de modo inconciente sobre sus labios humedeciendolos y luego como si nada, llevo su mirada, ya sin brillo, al Sargento.
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Min y Park
FanfictionDos policías condecorados, tan diferentes como el día y la noche, con un enemigo en común. ¿Qué pasará si caen en la trampa que les tienen planeada? ¿Lograran siquiera llevarse lo suficientemente bien para poder salir juntos de esta? Inspirada en Ta...