Luciano "Luck" C - El Infante

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Yo lloré con esto, es lo único que voy a decir.

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El ambiente era horroroso, demasiado para ser un funeral. La misa estaba llevándose a cabo a pesar de la lluvia que golpeaba la iglesia y sus ventanales, junto a él estaba su hermano mayor vestido de traje, como nunca antes había visto su cabello desordenado que ahora estaba peinado hacia un lado y su cuerpo olía a una deliciosa colonia fuerte que jamás le gustó.

Justo a su lado contrario se encontraba alguna otra hermana mayor –o incluso algo más íntimo– con un vestido corto y entallado de color negro y un pañuelo en su mano, fingiendo usarlo para no arruinar su maquillaje dramático con lágrimas de tristeza.

Estaban en la tercera fila, algo aislados por deseos de Jhonny, y sus padres sentados en el frente de todos en un solo asiento detrás de la caja que cuidaba a la fallecida.

La mirada del niño era baja, no tenía coraje para mirar hacia el padre, en cambio las flores que le dieron desde la salida de su hogar. Era un ramo pequeño con muchas flores que le gustaban a su hermana, no lo suficientemente pesado para que le canse cargarlo, pero era lindo y estaba bien arreglado haciendo juego con el pañuelo que él tenía en el bolsillo del saco.

Un sollozo se hizo más estruendoso por el eco. Una de sus familiares había empezado a llorar y sostenerse como podrá del asiento de enfrente, usando un pañuelo para limpiar su nariz y quitar la tema que cubría por un lado su rostro, y la niña que cuidaba la abrazó por las piernas.

Recordó entonces su primer día de clases; el uniforme aburrido, los libros molestos, y el delicioso desayuno que su hermana había hecho para él. Un desayuno normal, nutritivo y completo que le daría energía para sobrevivir el horario de estudio hasta que llegara a casa a recibir un almuerzo igual de apetitoso. Sus ojos lloraron ese día cuando lo obligaron a bajar para entrar a esa cárcel, no porque no deseara aprender, sino porque la falda de su hermana era tan cómoda que no la quería soltar. Entre él y otros niños llorones intentaron volver con sus cuidadoras pero no lograron su cometido y fueron ingresados a la mala, con empujones y jalones.

— Hagamos un trato — habló la cansada voz de su hermana tomando las manitos del infante — si entras y te diviertes en clases, haré que el tiempo pase más rápido. Y cuando venga a buscarte puedo darte galletas.

No lo pensó mucho, estaba tan convencido en que la magia de su hermana era tan poderosa que tenía que ser cierto, y así pasó el portón para empezar sus estudios. Y dicho y hecho, consiguió hacer amigos, jugó en los columpios y guardó bien el listado de sus materiales hasta que llegó la chica que lo cuidaba para felicitarlo y darle su premio.

Abrazó sus piernas solamente al no tener una gran altura y agarró con fuerza la tela que cubría esa zona con alegría de volver a verla. Y en medio de ese hermoso recuerdo su garganta empezó a hacer ese molesto sonido, empezó a notar que el ruido de niños, gritos de vendedores ambulantes y el aroma de ____ había sido reemplazado por una fría iglesia y la lluvia golpeaba el templo con enfado.

Todas las miradas fueron a el pequeño que se había hecho bolita en su asiento. Su estómago dolía y su cabeza daba vueltas recordando momentos bonitos junto a lo que él consideraba su familia. Sus músculos fallaron empezando a templar y enloquecer al escuchar su nombre. Por accidente había alzado la mirada y pudo ver a su hermana mayor, a su madre, en una caja de madera con un velo blanco cubriendo su rostro desfigurado, guantes, medias y un hermoso vestido inocente. Apartó la cabeza sin querer aceptar que su hermana no volvería a abrazarlo, a consolar sus pesadillas o cocinar para él.

— Vamos, ven — Jhonny lo sacó, dejando el adorno floral en su puesto y saliendo de la iglesia hasta el parque que tenía junto a ella. Tomó la mano del niño para acercarlo a la fuente y limpiarle la cara — Debemos ser fuertes, Luck.

El infante bebió para saciar su dolida garganta y dejó que el aire saliera de sus pulmones luego.

— Nuestra familia es mala, niño — confesó el adulto sentado — Comen gente, asesinan personas, tienen más hijos que moral. Estamos jodidos.

— ¿Y qué hacemos?

Jhonny gruñó moviendo su pierna rápidamente, sin saber qué decir exactamente.

Estaban quedándose en la casa de una hermana hasta que encontraban un lugar nuevo donde vivir. Los reportes policiales seguían buscándolos para testificar la causa del incendio que se llevó el edificio y la vida de muchas personas. Y la compañía de una vieja loca junto a sus niños malcriados que casi los obligan a comer apropiadamente todos los días le estaba hartando más con cada hora que pasaba en esa pocilga.

— ¿Y el señor viejo no nos puede ayudar?... ¿O va a llorar?

El hombre se había quedado como piedra pensando en cosas ajenas, casi inimaginables para él, y suspiró con enfado antes de volver a hablar viendo su reloj.

— Algo me dice que no veremos a ese tipo en un largo tiempo.

A esas horas de la mañana, un domingo, a nadie se le ocurriría salir de casa por lo que el parque estaba abandonado de no ser por esa familia de lunáticos que cumplía el luto público. Habían pasado a verlo en el hogar provisional, como lo había llamado Jhonny, sin embargo parecían tan enfurecidos con su mera presencia que no pudo despegarse del lado de su cuidador.

Estaban en luto por su hija más querida, Luciano tenía que entender que un padre siempre tendría favoritismo como el suyo. Y a pesar de eso también le dolía no ser amado, aunque tuviera a su hermano, nada sería igual.

— Tengo un plan, pequeño, pero debes seguirme el juego y socializar con algunos otros hermanos pequeños — Luck asintió un poco más tranquilo tomando un poco más de agua — Luego de aclarar algunas cosas nos iremos lejos, y aprenderemos cosas mejores.

Soltó un "" mucho más confiado, secando sus manos lo más que podía con el pañuelo que le habían dado con un lindo bordado con hilo verde: Luciano Zeleno C. Y después tomó la mano de Jhonny para entrar a la misa nuevamente, ahora sin mirar hacia el frente, siempre a sus pulcros zapatos negros. Y la voz del padre terminaba de dar sus palabras esperanzadoras acerca de que la mujer ahora descansaba con el padre, que estaba bajo su voluntad y su trabajo en el mundo acabó pues Dios lo deseaba así.

Cuando fue la hora de salir de la iglesia nuevamente, Luck fue colocado en frente junto a otros niños, hermanos y primos, cargando flores coloridas para adornar el camino del ataúd hacia el cementerio.

Sentí que caería en cualquier momento, quería tener sus brazos otra vez. Y que me ayuden, que me pongan recto sobre la grava, que sostenga mi mano nuevamente, pero ahora no está conmigo.
Y si debo decir unas últimas palabras, desearía que pudiera verte en otro momento, en mejores lugares, y que sonrías para mí otra vez.
Verte cocinar para mi, o regañándome por no limpiar mi cuarto.

Podría hacer limpieza un domingo en la mañana, podría levantarme junto al sol y descansar cuando se vaya, si hago eso.
¿Podría estar contigo más tiempo?
¿Hermana?
...
¿Mami?

Blitzo Is The Type Of Boyfriend [Helluva Boss]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora