【PUEDES VER... PERO NO TOCAR】

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【PUEDES VER... PERO NO TOCAR】

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RESIDENCIA SUPPASIT

BANGKOK

09:32 AM

Sali de la ducha con un dolor punzante en mi cabeza, la boca seca y las jodidas rodillas adoloridas por todo el tiempo hincado ante la tasa del inodoro. Lo más seguro es que saque todo el alcohol que había tomado en mi vida.

Con movimientos algo temblorosos ajuste el nudo en mi bata de baño y trate de secarme el pelo con la pequeña toalla que tome de la silla de mi escritorio. Estaba pensando en sentarme en la cama cuando escuche que tocaban la puerta de mi habitación.

-Adelante.- dije algo molesto por el ruido. Mas le valía a Lily que trajera mis aspirinas y el suero para la resaca.

-Señor, buenos días.- mire con confusión a Max, la mano derecha de Krum. Mi garganta se secó cuando vi el sobre que sostenía entre sus manos.

-¿Son los resultados?- me apresure a cuestionarle, mientras aventaba a la cama la toalla.

Él asintió, mientras entraba a la pieza.

-Si señor, y tengo algo importante que decirle.-

Su rostro era totalmente serio como siempre, pero no perdí desapercibido el leve sudor en su frente. ¡Mierda! Algo realmente malo estaba pasando.

-Habla de una vez.- le dijo tratando de no reflejar mis nervios.

El se apresuro a entregarme el sobre en sus manos, era tamaño oficio y estaba algo pesado. Un dolor en mi estomago me hizo temer que pudiera desmayarme ahí. Camine a la cama y tome asiento, Max no dijo nada. Así que él esperaría a que yo mismo mirara todos esos documentos.

No pude evitar que mis manos temblaran, al sacar las hojas lo primero que vi eran las pruebas de laboratorio. Leí con premura, pero el resultado fue algo que yo esperaba... Paithoon era nuestro hermano.

Mi corazón volvió a doler, saber que no éramos lo único que mi padre amaba... yo siempre pensé que él y yo teníamos una conexión especial. Mi padre y yo siempre habíamos sido demasiado unidos, y él siempre nos decía lo orgulloso que se sentía de nosotros dos.

Khalan Suppassit, siempre había sido un hombre amoroso. Nunca fui testigo de algún maltrato hacia mi madre o hacia nosotros. Al contrario, el siempre nos dijo cuanto nos amaba... ¿entonces su amor siempre fue una mentira?

No pude contener las lagrimas o el sollozo en mi garganta. Dolía como jamás algo me había dolido en la vida... yo en verdad ya no se si en verdad conocía a mi padre o si realmente nos amaba a nosotros.

Reconocí en mi, cierto odio y envidia por aquel pequeño, él... tal vez él se robo el amor de nuestro padre.

¡Los odio!

Aprete en mi puño el papel de los resultados médicos y lo tire al suelo con desprecio. Para mi esto no significaba nada, ese pequeño bastardo no era nada mío, nunca lo seria.

Limpie mis lagrimas con brusquedad, y continúe leyendo la siguiente hoja. Era todo sobre el amante de mi padre, ni siquiera pude mencionar su nombre en mi mente... eso era demasiado. Pero vi su rostro, por fin mi odio podía ser canalizado a una imagen. Aprete mi puño, sintiendo como mis uñas se hundían en mi piel. Pero ese dolor calmaba mi alma.

Tenía quince años menos que mi padre, había sido un empleado de nuestra empresa. Obviamente el típico cazafortunas, nunca imagine que mi padre fuera tan estúpido.