Capítulo 6

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6-𝗕𝘂𝗲𝗻 𝗽𝗿𝗼𝗳𝗲𝘀𝗼𝗿

NUEVAMENTE LAS PESADILLAS INTERRUMPIERON los sueños de Aisuru, nada fuera de lo normal en aquella dimensión

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NUEVAMENTE LAS PESADILLAS INTERRUMPIERON los sueños de Aisuru, nada fuera de lo normal en aquella dimensión. Diariamente se despertaba por culpa de sus pesadillas, aunque podía estar agradecida de que ya no eran tan frecuentes. Aún así, eso no implicaba el hecho de que en esta ocasión hubo un cambio en sus pesadillas.

Usualmente solían tratarse todas de lo mismo, de aquél fatídico día donde todo se arruinó. Sin embargo, esta vez no había sido eso, sino un recuerdo que creía ya haber superado. El recuerdo del día en que su padre decidió irse y no volver, olvidandola, como si nunca la hubiera conocido.

━Ah...━ un suspiro salió de sus manos, llevando una de sus manos a su cabeza, agitada por ese amargo recuerdo. Al cabo de unos segundos consiguió relajarse levemente, decidiendo echar un vistazo a su oscuro cuarto.

Todo estaba en orden, o eso pensaba hasta que se fijó en su estantería; la cual había rellenado con mangas que iba comprando con el dinero que le daba el gobierno para mantenerse. Aunque en esos momentos, no es que se encontrara llena, faltaban varios mangas. Aquello le hizo fruncir el ceño, haciendo el intento de levantarse de su cama pues solamente consiguió caerse al suelo. Sus piernas se habían enredado en las sábanas y de alguna manera la fuerza se había esfumado.

Fue en ese momento donde se dio cuenta de algo. Llevaba la ropa para salir a la calle y sentía un intenso dolor en su cabeza, el cual creyó que se trataba por la pesadilla. Estaba equivocada y tan pronto puso una mano en su frente lo supo. Estaba ardiendo al igual que el resto de su cuerpo, a pesar de que solamente sentía frío.

¿Cuando había pasado esto? Aisuru no estaba segura, pero probablemente se debía a su mala alimentación y horas de sueño. Porque no comía a penas la comida que le preparaba la señora que le mandaba el gobierno a hacerle las tareas del hogar, y aunque a veces dormía más diez horas seguidas, al día siguiente llegaba con suerte a una.

Realmente no sé estaba cuidando.

Aunque estaba segura que estar enferma no explicaba el hecho de que varios mangas hubieran desaparecido de su estante, o que llevara la ropa para salir a la calle.

Es más. ¿Qué hacía en casa? Poniéndose a recordar, había pasado por una tienda de mangas hasta que...oh.

Pudo recordarlo. La llegada de su pulpo profesor y el viaje al cine, al final no duró más de una hora despierta; probablemente por el cansancio. Aisuru quiso emitir un quejido mientras se recostaba en su cama nuevamente, porque de alguna forma su profesor la había traído a su cuarto. Lo que significaba que sabía dónde vivía.

Genial, seguro habían sido alguna de sus compañeras del trabajo grupal, o tal vez el pulpo era un acosador que sabía donde vivían todos sus alumnos.

Fantástico, pensó con ironía, dándose una nota mental que cuando fuera a clases pedirle los mangas a su profesor. Eso era un robo y a Aisuru Sunpo nadie le roba.

AISURU NO TARDÓ EN quedarse dormida, aunque esta vez no estaba sumergida en un sueño profundo

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AISURU NO TARDÓ EN quedarse dormida, aunque esta vez no estaba sumergida en un sueño profundo. Ya que, tan pronto como escucho abrirse una puerta se despertó; mas no abrió sus ojos. Se encontraba bastante cansada para siquiera moverse a decir verdad, por eso, cuando sintió un paño sobre su cabeza no huyó como hubiera hecho en otras circunstancias. Podía haberse tratado de un intruso con intenciones negativas y hubiera estado pérdida, pero para su sorpresa solamente era alguien cuidándola.

Y ni siquiera necesitaba abrir sus ojos para saber quién era.

No había abierto sus ojos, pero sabía todavía debía ser tarde, así que era muy improbable que fuera la señora que el Gobierne le mandaba, o una de sus compañeras de clase. Además, debía tratarse de alguien que hubiera estado con ella para saber que estaba mala, ¿Y quien más podría saberlo que el profesor que llevó a su alumna a casa porque se quedó dormida?

Exacto, nadie. Por lo tanto, se encontraba bajo los cuidados de un monstruo. Qué locura.

Cuando despertó y se dio cuenta de que Koro-sensei la había traído de vuelta a casa pensó que se había ido, llevándose sus mangas porque, que ella estuviera enferma no era su problema. Pero ahí estaba él. A su lado, cuidándola en silencio, con ternura como si se tratase de una hija.

De esa forma mientras la pequeña Aisuru volvía a caer sobre los brazos de Morfeo, se olvidó por unos instantes de que supuestamente tenía que matar a ese monstruo y pensó, que tal vez era un buen profesor.

Tengo una muy buena excusa por la que he tardado 1 mes y el capítulo sea tan corto.

Y es que soy inútil y ando con un bloqueo últimamente. Jaja.

Mantenme.

O alguien me eche agua, muero de una insolación. Mi ventilador da una verg∆ de aire.

Weno, de todas formas espero que os haya gustado el capítulo. Y bye.

P.d. Seven Supremacy 🛐

𝗗𝗜𝗠𝗘𝗡𝗦𝗜𝗢𝗡 | 𝗔𝘀𝘀𝗮𝘀𝗶𝗻𝗮𝘁𝗶𝗼𝗻 𝗖𝗹𝗮𝘀𝘀𝗿𝗼𝗼𝗺Donde viven las historias. Descúbrelo ahora