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Jimin miraba con disimulo al pálido el cual comía tranquilo, él miró luego a la chica la cual estaba a su lado era idéntica a él solo que su cabello era rubio como el de su padre.

—¿Y Jimin cuántos años tienes? —preguntó la mujer.

—Diecisiete. —contestó. —señora.

—Supongo que eres un omega. —sonrió.

—Así es. —asintió. —soy un omega de zorro albino.

—Los zorros albinos son muy pocos comunes. —dijo Yoongi.

—Así es príncipe Min. —sonrió el menor.

—¿Jimin ya tiene alfa? —dijo la chica.

—Yoonji no sea imprudente. —habló el hombre.

—Papá, si no tiene alfa Yoongi podría cortejarlo. —dijo la chica. —¡Au Yoongi!

Jimin río ante la pelea de los dos chicos frente a él, admitía que esa pregunta le era curiosa, él aún no se comprometía porque esperaba la llegada de su destinado. Yoongi miró al chico de cabellos blancos el cual también lo miraba, él se levantó y se fue de ahí, Jimin no entendió el motivo, pero él también se levantó.

—¿Por qué me sigues? —se detuvo el pálido.

—Yo no sé. —se acercó.

Yoongi captó el suave aroma del chico y lo tomó de la cintura para acorralarlo en la pared y ponerse a oler su cuello. Jimin cerró los ojos mientras disfrutaba de las caricias que la nariz del chico le proporcionaba.

—Acompañame a un lugar. —hablo Yoongi.

Jimin asintió y tomó la mano del pálido el cual lo llevó a un antiguo templo, Jimin miró el lugar asombrado. Yoongi siguió caminando hasta llegar a una chimenea donde encendió fuego y todo el lugar se iluminó.

—Wow es hermoso. —sonrió Jimin.

Yoongi miraba al omega el cual no se había dado cuenta de que brillaba, el pálido se acercó lentamente al menor y tomó sus mejillas para besarlo. Jimin no comprendió nada, pero decidió obedecer a su animal interior y seguirle el beso al pálido alfa.

—Dude que fueras tú. —susurro Yoongi.

—¿Yo? —dijo Jimin.

—Busque en todos los reinos a mi omega. —le acarició la mejilla. —cuando llegué a una pradera un lindo zorro blanco apareció y me miró con fascinación.

Jimin recordó el momento y se separó del pálido él siempre quería conocer y ver los dragones, puesto que había escuchado cuan grandes eran, pero los alfas dragones eran malos, ellos se comían a sus omegas.

—Eres malo. —lo señaló. —yo no puedo estar con un alfa dragón.

El pálido vio como el omega se iba dejándolo en el templo el cual poco a poco fue perdiendo el brillo, el suspiro y salió de ahí tomando otro rumbo. Jimin caminó hasta que se encontró con la rubia la cual estaba leyendo un libro.

—Supongo que ya lo sabes. —habló la chica mientras seguía leyendo el libro. —ya sabes que estás atado a un dragón.

El omega del dragón [Y.M] [✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora