Hilo Carmesí [✔️]

⚜ CAPÍTULO XXXII ⚜

Parte 32

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✙Victoria✙

Victoria sentía que el tiempo no se apiedaba de ella. Después de una larga semana recuperándose del todo de sus heridas, descansaba en su cama sin hacer otra cosa que dormir, comer y sentirse inútil, pudo ponerse de pie pero no podía ocuparse de las situaciones de su reino por el momento. Dorian fue su escolta personal durante todo este tiempo y por órdenes de su reina, mandó a enlistar a los mejores hombres del reino por si se aproximana una guerra. Aunque ella quería evitar llegar a una, estaba segura que William ya estaba preparando su plan para evadir el territorio Khanduriano y poseer a la fuerza el reino y su vida. La idea misma de hacer que otros hombres pierdan la vida por una venganza que le pertenecía a ella no era justa.

En la noche, estaba sola en sus suaves camas tratando de conciliar el sueño, pero el rostro de William hacia presencia en sus pesadillas. Debia dejar de pensar en él por su salud mental, debía impedir que su rostro siga atormentandola.

Recordó los libros que hace años le gustaba leer. Su padre una vez le dijo que la venganza no era un sentimiento noble, sin embargo, ella pensaba que se afirmaba que era un sentimiento, y los sentimientos eran propios de los humanos.

Ella era humana, y la venganza a veces era justamente justificada.

Buscó tinta y papel en los cajones de la gran mesa que decoraba su habitacion. Con la poca iluminación que le brindaba una vela blanca empezó a escribir:

Quiero la venganza, lanzar más allá del quinto cielo, para evitar recordar el mal hecho: por ti, por ella, por otros y por mí, porque ella acecha aumentando el dolor, la tristeza, la tortura, ya que su triunfo durará menos que un segundo... El daño quedará por el tiempo de vida que el vengador tenga.

⚜Reina Victoria

Aquélla nota, era sin duda una advertencia de muerte. Desafiaba sin ningún plan a su peor enemigo a una lucha dónde sólo uno logrará salir con vida.

Apretando sus puños, sus uñas se enterraban en la carne de sus manos gracias a la ira que le causaba recordar sus palabras el día en que casi acababa con su vida, ni siquiera se percató de que alguien entró a sus aposentos.

Dorian tomó la carta de la mesa y leyó mentalmente. No decía nada, solo negaba con la cabeza una y otra vez y miraba a Victoria.

-Ponéis en fuego vuestra vida de nuevo.

-Si no me arriesgo, perderé más que mi orgullo.

-¿No le da miedo perderlo todo por una venganza?

Victoria negó con la cabeza.

-¿Sabe usted, Dorian, cuántas cosas perdemos gracias al miedo? Al igual que la venganza es un sentimiento humano. Después de exponerse a su miedo más profundo, éste ya no tiene poder, y el miedo a la libertad se reduce y desaparece, y al final eres libre.

-¿Libre del miedo?

Victoria asintió.

-Con el debido respeto, majestad, sigo pensando que es una mala idea... Podría perder la batalla.

Victoria tragó saliva y se puso de pié, le arrebató la carta que Dorian tenía en sus manos y la dejó nuevamente en su escritorio. Se acercó a él a una distancia considerable y habló: