Young Royals

NO MÁS CONTACTO

Terminada la clase, Wilhelm se levantó de su lugar para poder interrumpir a Simón y hablar con el, sin embargo Simón se adelantó y guardó sus cosas lo más  rápido posible  y salió casi corriendo del salón de clases. Wilhelm sabría que las siguientes dos clases, no  se verían , pero sin duda se encontrarían en el comedor. Wilhelm tomó las clases que le faltaban para después ir al comedor por la hora del almuerzo, entró al comedor, todos se le quedaron viendo, pero lo único que le importaba, era ver si Simón había asistido a comer, y así fue, Simón estaba hasta el ultimo lugar de la mesa.Wilhelm tomó un plato y se sirvió la comida, se dirigió a sentarse al lugar enfrente de donde estaba Simón, llegó y ambos se miraron, volvió a ocurrir, se perdieron en sus miradas, sin embargo, Simón al ver que Wilhelm se había sentado, solo tomó su plató y se levantó, pero antes...
—Simón, oye, pero no haz terminado tu comida—replicó Wilhelm
—Lo se— contestó Simón.
Wilhelm se quedó observando cómo Simón se iba del comedor, pensó en ir detrás de él, pero se retractó y pensó que lo mejor sería hablar con el a la hora del entrenamiento, terminó su comida y se levantó de su lugar, para después ir a cambiarse y tomar el entrenamiento.
Wilhelm entró a su cuarto y se cambió lo más rápido posible, para que así tuviera tiempo de hablar con Simón. Se dirigió al gimnasio, fue el primero en llegar, y se mantuvo inquieto, esperando que Simón en algún momento cruzara la puerta y así poder hablar con el.
Sin embargo, Simón no fue el que entró, si no que fue August el que entró con un par de pesas al gimnasio, Wilhelm mejor volteó la mirada, era claro que no quería saber nada de él, sin embargo August le dirigió la palabra y...
—Wilhelm, se que no me quieres hablar, pero solo quería decirte que tendremos que entrenar más, Simón abandonó el equipo, así que es más trabajo para nosotros y por eso entrenaremos más—.
Wilhelm se sorprendió con lo que August le dijo, y su única reacción fue salir corriendo del gimnasio, sabría donde encontrar a Simón, pero August lo interrumpió...
—Oye Wilhelm, no puedes irte, es parte de las clases y así no podrás ser titular—
Wilhelm volteó los ojos y solo replicó...
—Me importa una mierda eso, tengo que irme—.
Wilhelm se dirigió a la parada del autobús, fue lo más rápido posible, de hecho sus guardaespaldas se quedaron atrás, pues estaban almorzando, pero sin duda lo siguieron.
Wilhelm llegó a la parada y observó a Simón sentado escuchando música, esperando a que el autobús llegara, se acercó a él y tomó asiento. Simón estaba sentado, y sintió cómo alguien quería sostener su mano, volteó la mirada y vio que era Wilhelm, en ese momento quito sus manos de las de Wilhelm y dijo....
—Wilhelm, que rayos etas haciendo, no debes de estar aquí—.
—Lo se, pero he querido hablar contigo todo el día, y solo me ignoras, se que tienes derecho a estar enojado, pero...—
Simón se levantó rápidamente del lugar donde estaba, y se quedó parado.Wilhelm sin pensarlo, solo dijo...
—Quiero estar contigo, de verdad que no he podido dejar de pensar en ti, ya no quiero que nadie me diga que hacer o a quien no amar, se que lo prometí una vez, y te fallé, pero esta vez, creé en mi, ya no dejaré que seas un secreto, porque de verdad quiero estar contigo—.
Después de que Wilhelm dijera eso, el camión había llegado, al igual que los guardaespaldas, los cuales se dirigieron a Wilhelm, rápidamente. Simon se quedó en silencio  y pensó en que hacer, pero no le tomó más de un par de segundos y se subió al autobús sin decir o comentar nada.
A Wilhelm se le inundaron los ojos de lágrimas, y lo único que hizo, fue salir de ese lugar y dirigirse a su cuarto, al llegar a la habitación, los guardaespaldas le preguntaron...
—Alteza, ¿está bien?—
—¡estoy bien! Solo déjenme en paz— replicó Wilhelm furioso.
Al entrar a su habitación, solo tiro su teléfono en alguna parte y se tumbó en la cama.