taeyong vive en un cuento de hadas, con el esposo perfecto y la vida perfecta, pero todo se viene abajo y la realidad le da una cachetada para hacerlo poner los pies en la tierra; cuando, mientras celebraba el aniversario de una década de casado, u...
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Yuta fue invadido por los reporteros apenas salió de su coche, se hizo espacio entre ellos respondiendo el mínimo de preguntas, sólo aquellas limitadas a la empresa y no a la vida personal de él o de Taeyong.
─Señor Nakamoto, su padre ha convocado una junta de emergencia.─ le informó su secretaria.
─Gracias.─ le dijo, entro a su oficina y después de tomar una suave respiración salió hacia la sala de juntas.
Dentro era todo un desastre, todos hablaban y gritaban, lo fulminaron con su mirada.
─Tú y Taeyong,─ le dijo su madre. ─se puede saber qué hicimos para que nos hagan esto.
─Supongo que un compromiso desde los cinco años pego en nosotros.─ le respondió indiferente. ─Es un desastre lo sé, pero pasará después de un mes.
─Llegué.─ Taeyong entró rápidamente y cerró la puerta. ─Es un desastre allá afuera.
─Sí, gracias a ustedes.─ le dijo el tailandés.
─Pues a mí me encanta el drama.─ se burló Soojin.
─He decidido─ el señor Nakamoto tomó la palabra. ─dar una conferencia, explicando cada punto, a partir de ahora Johnny tomara la presidencia.
Yoona acribilló a Taeyong con la mirada y sólo él atinó a bajar el rostro.
─A mí me parece perfecto si no hay nada más que decir yo me retiró, tengo que cambiar mi oficina.─ Yuta se levantó y salió rápidamente Taeyong salió detrás de él.
─¿No vas a decir nada?─ le preguntó.
El japonés se encogió de hombro. ─¿Qué quieres que diga?, Johnny lo hará bien.
Taeyong bajo la mirada porque su pregunta no se refería a eso. ─Sólo te preocupan las acciones ¿no?─ le dijo dolido.
─Tú lo dijiste Taeyong, cuando estábamos con Doyoung, eso es lo único que importa.
El mayor apretó los puños y caminó pasando de largo.
¿Qué esperaba?, ¿A un Yuta celoso de aquel hombre? Tal parecía que él único sufriendo era él.
Yuta entró de nuevo a su oficina, Doyoung estaba ahí, esperándolo con dos tazas de café. ─¿Cómo te sientes?─ le preguntó ofreciéndole una taza.
─Como la mierda, no sólo me mando a volar, se consiguió otro hombre rápidamente.
─Si te sirve de consuelo no creo que lo de ese hombre sea algo serio.
─Da igual, tarde o temprano será otro, va a rehacer su vida.
─En todo caso está en su derecho.
─¡Lo sé, pero igual me molesta!─ gritó pateando la silla frente a él y pasando sus manos por el cabello.
─Yuta, no crees que sería bueno que dejaras a Jaemin vivir contigo, eso te tendrá distraído y será lo mejor, yo sé cómo te pierdes del mundo cuando estas con el niño.
Yuta negó. ─No creo que Mark acepte, él tiene la custodia.
─Pues llévalo contigo, ¿cuál es el problema?
─Es la casa en la que viví con Hoseok no puedo simplemente llevarlo.
─Entonces en el departamento de Mark, sirve que te alejas de la casa y todos los recuerdos de Taeyong que está ahí, el departamento de Mark no es precisamente pequeño y no creo que él te impida pasar tiempo con tu hijo.
─Lo pensaré.─ le dijo Yuta. ─Tienes razón, esa casa que ahora está terriblemente vacía la siento como veneno.
Taeyong guardo sus cosas y espero que la prensa se retirara, no dudaba que hubiera algún reportero por ahí esperando cazarlo, se despidió de su secretaria y de algunos empleados que se encontraba en su camino y salió, su chofer ya lo esperaba afuera de la empresa.
Algo golpeo su cara y lo hizo irse para atrás sorprendido.
Una mujer y dos niños empezaron a aventarle huevos. Taeyong quería llorar.
─¡Zorra!─ le gritó la mujer. ─¡Esto es para que aprendas a no meterte con hombres casados!
Se cubrió la cara y corrió hasta el coche donde subió lo más rápido que pudo y cerró la puerta.
─¡Arranca ya!─ le gritó al chofer.
"Maldita sea."
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