CAPÍTULO 6

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El agua corriendo por mi cuerpo era templada, se sentía renovante después de tanto tiempo sin poder bañarme, no tarde mucho quería darle su buen tiempo a Lira, para que no se tuviera que apurar bañándose.

La ducha de la pelirroja se hizo insoportable, se pasó al menos hora y media metida en el baño que nos proporciaba el hotel.

—¡Pelirroja llevas como una hora ahí dentro! ¿Estás bien?

—¡Siiii! ¡Ahora salgo que me estoy poniendo la peluca!

El ahora salgo se demoro casi un cuarto de hora, al menos cuando salió estaba completamente lista para partir, llevaba se peluca y capucha puestas.

—¿Qué te ha tardado tanto?

—La peluca cada vez que me la intentaba poner se me veía un poco de pelo rojo por algún sitio.

—Si me hubieses avisado te hubiera ayudado.

—Lo tendré en cuenta para que me la pongas mañana.

—Vale mañana te la pongo, ahora vamonos ya vamos muy tarde.

Durante el camino tuve la duda de si preguntarle algo que estaba pensando desde el día anterior pero ya sabía su respuesta, me mandaría a la mierda por preguntar algo de su vida privada. Aún así me quise arriesgar.

—Lira te voy a preguntar algo pero no te enfades ¿vale?

—Depende lo que me preguntes —soltó una pequeña risita— si no me gusta todavía te puedes llevar un puñetazo en la cara.

—Espero que esta pregunta no me haga recibir uno. ¿Qué tan importante es tu familia para que toda la guardia te quiera meter en una jaula?

—¿Otra vez con las preguntas personales? mi familia solo es muy rica y nada más, el que venga toda la guardia a meterme en una jaula es primero por el hecho de que soy un híbrido y no tengo los papeles que dicen que soy uno de los que tiene permiso para nacer y segundo porque pagarán mucho al que me atrape. ¿Feliz por sacarme algo personal?

—¿Se tiene que tener papeles para eso?

—Pues claro, el problema es que yo no los poseo sino que los tiene mi familia.

Un poco después de la hora de comer encontramos un pequeño pueblito, no era grande pero se sentía animado, la gente estaba por todos lados paseando y haciendo cosas.

—¿Y su vamos a comprar algo de comer? Tenemos que comprar provisiones, vamos a alguna plaza ahí habrá un mercado.

—Vale pero nada de separarnos.

—Lo del otro día fue por error, no te ralles.

—Por muy por error que fuera siempre nos lanzamos, no podemos ir así por la vida.

—¿Y por qué no? Yo lo veo un plan perfecto.

—Porque acabas en una jaula, Lira.

—Podríamos hacer un plan para evitar eso, ¿pero sabes una cosa muy pequeña que se te ha escapado? que solo me sé el camino, no sé como son por dentro ni una sola ciudad o pueblo.

La dama de hieloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora