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Se suponía que era una simple poción para ayudarlos, se suponía que debía ayudar con su magia, porque.. ¿Para que más estaría haciendo una poción y entregársela a su mejor amigo? No debería ocurrir nada malo.
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Llamada.
Los ruiseñores empezaron con deleiten a cantar y perseguirse entre ellos con jugueteo dejando que sus silbidos se combinen con el refrescante aire mañanero y con sutileza lograr entrar por la ventana, de esta manera despertando a un joven chico de mechones castaños.
Se talla sus ojos con cuidado tratando de despertar por completo, suelta un bostezo largo por fin abriendo los ojos e intentar relacionarse en el espacio donde se encontraba.
¿Era una habitación..?
¿Como llegó allí en primer lugar?
No era su habitación, no era la habitación de duxo, y ciertamente en su memoria no hay un recuerdo del día anterior pagando un hotel..
Su cabeza empezó a doler y palpitar tratando de recordar como acabó allí, se siente totalmente perdido y desorientado.
"Hey, al fin despiertas." Fue como un susurro minucioso, apenas y pudo percibirlo cuando el escalofrío lo recorre y en un movimiento rápido gira su cuerpo hacia la dirección donde provenía la voz, suspirando con alivio al ver al trigueño de traje azul mirándolo.
Sus mejillas se sonrojan avergonzado, "¿Qué ocurrió?" preguntó, notando como Adrián esquivaba su mirada.
"No lo se con certeza, cuando regresé estabas hiperventilando, y solo fue cuestión de segundos para que te desmayaras.." Murmura tranquilo Adrián, a pesar de su tono, todavía no quería verlo, solo se disponía a prestarle atención al libro del castaño.
"Des-¿Desmayarme?" murmura desorientado sin tomar todavía una explicación ante el hecho, deseaba salir de esa habitación y tomar un poco de aire, hasta que la idea se pulveriza al escuchar un golpe fuerte provenir de la puerta de la habitación.
