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—No sabía que te gustaba la poesía.

Seungmin se giró aturdido, chocando sus almendrados ojos con los de Hyunjin. El más alto retrocedió hasta apoyarse en un mesón, frente a Seungmin.

—Es... interesante—murmuró tímido, sino hubieran estado cerca Hyunjin no habría podido escuchar. La tensión la sentía vibrar en cada extremidad, una mezcla de vergüenza y cobardía—¿Qué haces aquí?

—Resulta que también me gusta un poco la poesía—mentira. Seungmin levantó la ceja incrédulo, obviamente él tampoco le creía. Hyunjin quiso decir otra cosa, pero Seungmin se adelantó.

—Deberías irte, tengo que dar clases a un niño—volteó con gracia, recuperando la postura de misterio y grandeza en su rostro.

Hyunjin mordió el interior de su mejilla perdiendo la paciencia. De nuevo lo ignoraba, sacaba la peor lo de él.

Hwang se interpuso en el camino cuando Seungmin se devolvió a dejar el libro en el estante, chocando con el pecho del más alto. Ahora entendía un poco por qué a Kim le gustaba molestarlo; sus mejillas se inflaban irritado, arrugaba la frente y hacía un pequeño mohín en los labios.

—La carne de burro no es transparente, hazte a un lado.

—¿Entonces sí es incómodo que alguien esté sobre ti todo el tiempo? Pues bienvenido a mi mundo—lo estás haciendo mal.

Seungmin empujó con el libro el cuerpo de Hyunjin, tratando de golpearlo, aunque las manos de Hwang sostuvieron sus muñecas a tiempo, pero no le resultó esquivar los pies del rubio (que por cierto, también quería patearlo)

—¡No seas violento, Seungmin!

—¡¿Recuerdas mi nombre?!—los movimientos del rubio se hacían cada vez más débiles, Hyunjin hizo una mueca confundido ¿a qué venía?

—¿Por qué no iría a recordar tu nombre?—Entonces Hyunjin se iluminó, todas esas veces en que tenía que referirse a él solo decía "tonto, molestoso Kim, Idiota, el fastidioso de mi compañero, no lo conozco" cayó en la cuenta de que nunca había dicho su nombre en voz alta. Seungmin ya había bajado los brazos, agotado—Siempre supe tu nombre

—Ya no importa—Hyunjin no soltó sus manos, sino que las apretó con fuerza, inevitablemente a había comenzado a sentir culpable por la expresión de tristeza en el más bajo, existía una fuerte presión en su estómago por haber causado todo eso.

—No te dejaré ir, tengo que preguntarte un par de cosas.

Hyunjin por fin lo soltó, sabía que el rubio se iba a alejar corriendo, así que se interpuso en medio del pasillo, moviéndose a cada lado al que Seungmin se dirigía. Sonrió divertido cuando el más bajo se agachó estirando sus piernas, calentado. Hyunjin hizo lo mismo, sin despegar sus ojos de la atractiva figura de su supuesto enemigo.

—Soy más rápido—Seungmin habló, rompiendo el tenso silencio, su voz era suave pero astuta.

—Soy más atlético—Ahora estiraba sus brazos, caminando de izquierda a derecha para distraerlo.

—Soy más inteligente.

—Yo más alto.

—Pero yo soy más lindo—Sin pensarlo mucho Seungmin corrió con todas sus fuerzas hacia la izquierda, o lo intentó porque Hyunjin saltó en su dirección, atrapando con sus brazos la espalda del rubio.

—Es cierto—susurró contra su cabello, temblando de emoción. Tenía el bonito cuerpo de Seungmin pegado al suyo, olía tan bien como lo recordaba, hasta emanaba la misma calidez.

𝐜𝐡𝐨𝐜𝐨𝐥𝐚𝐭𝐞/ʰʸᵘⁿᵐⁱⁿDonde viven las historias. Descúbrelo ahora