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Pensó demorarse algunos meses en generar sentimientos por Seungmin, veía muy lejano el hecho de olvidarse de todas las bromas que le hizo, pero con tan solo unas citas con Seungmin colgando de sus hombros, ya estaba dentro del juego del rubio.

Llevaba unos días suplicando, rogando, pidiendo al cielo a que Seungmin le dijera de nuevo que le gustaba, porque se moría por besarlo, y para besarlo debía ser el novio del rubio, y para llegar a eso, Seungmin debía admitir que los métodos de conquista de Hyunjin fueron efectivos, ¿O era el revés? Lo que sea, Hyunjin necesitaba que tales cosas sucedieran en orden.

—¿Vendrás a celebrar?

—¿A dónde irán?—habían bajado de las gradas, Seungmin le había enviado un mensaje diciéndole que se iría a duchar antes de ir a saludarlo.

—¡Karaoke!—Jisung estaba sobre la espalda de Minho, alzando los brazos eufórico.

—¿Esperarás a Min?—Hyunjin afirmó, respondiéndole a Felix—Uy, qué romántico—el más alto se sonrojó ligeramente, hasta el pecoso lo molestaba.

—Bien, bien, ya nos vamos—ChangBin le tocó el brazo, llamando su atención—No seas estúpido.

—Gran consejo.

—Soy sincero—Hyunjin se cruzó de piernas, apoyándose en el metal de las gradas. Changbin se acercó susurrando—Por eso mismo te digo que debes dejarte querer, porque Seungmin se muere por hacerlo, y creo que tú igual con él.

—Lo sé—Seo parpadeó, sin creerlo.

—¿Lo sabes?—sonaba desconcertado.

—Sí, lo venía sabiendo desde que le dio la reacción alérgica—por poco no se le cayó la mandíbula—No me pongas esa expresión, es cierto.

—¿Y no hiciste nada? Quiero decir, si te gustaba pudiste ser más rápido—Hyunjin se rió, no había razón para adelantar los sentimientos.

—Hice varias cosas—enumeró mentalmente, deteniéndose en la más importante—Estuve junto a él.

—¿Eso es todo?—Hyunjin lo golpeó en el estómago—¡Mierda, Hyunjin!

—¡Eso es mucho para mí!—pero quería más, y lo iba a conseguir esa noche—Ahora vete, tengo planes.

—Eres tan cariñoso—mientras se iba le sacó el dedo de en medio, sobándose adolorido el abdomen. Ah, ni le pegué fuerte.

Hyunjin se contrajo, de los camarines venían saliendo los jugadores, incluído Seungmin. El de la piel de brillante color miel se acercó sonriendo, algunas gotas caían en la sudadera por culpa del húmedo cabello, haciéndolo ver más varonil para la mala suerte de Hyunjin.

—¿Ningún abrazo para el mejor arquero?—Hyunjin lo atrajo, envolviendo el delgado torso de Seungmin con sus manos. Le hizo cosquillas la risa del rubio en su cuello, estremeciéndose como respuesta.

—Felicidades—murmuró bajo, perdido en el perfume de Seungmin impregnado en la ropa.

—Gracias—Hyunjin escuchó unas risitas mezcladas con silbidos, eran los compañeros de Seungmin que se reían inocentemente—¡Idiotas, están celosos porque nadie los vino a buscar!

—¡No seas tan cruel!

—¡Me siento pobre al verte!—Hyunjin se escondió, bajando la cabeza para evitar que los muchachos vieran el característico tono rosado en sus orejas. Seungmin era increíble, tan sonriente y confiado, como si la persona que se retorcía encima de su cuerpo no fuese un tomate andante.

—Vamos a otro lado—El pelinegro no negó, era mejor así. Enlazaron los dedos para caminar lejos, balanceando sus manos en sintonía—Mi padre vino a verme.

𝐜𝐡𝐨𝐜𝐨𝐥𝐚𝐭𝐞/ʰʸᵘⁿᵐⁱⁿDonde viven las historias. Descúbrelo ahora