“Entonces entre, estabas tirado en el suelo con lágrimas en los ojos. Y con una sonrisa dijiste que todo estaría bien”
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Ha pasado un mes desde que Sakura fue dada de alta del hospital, ambos solíamos ir al menos dos veces a la semana para un chequeo de rutina, pues dentro de poco Sakura tendría una operación, en la cual estábamos en cincuenta por ciento de ganar y perder.
Alguien tocó la puerta y fue Sakura quién recibió a nuestros invitados, eran Neji, Tenten, Ino, Sai, Karin, Suigetsu, Hinata, Kiba y Shino. Todos nuestros amigos partirían el día de mañana, pues nochebuena estaba por llegar, así que era como nuestra despedida de año viejo y navidad.
Era algo tranquilo, habíamos comido un poco de todo lo que preparamos y demasiado pastel de fruta. Todos estaban acomodados en sus lugares, algunos en el sofá grande, otros en futones y Sakura y yo estábamos en el sofá pequeño.
En el televisor vimos algunas películas navideñas y cuando eso nos aburrió pusimos películas de terror. —¡Ah!— Exclamó Ino aterrada al ver cómo el asesino aparecía de repente tras la víctima.
Sakura soltó una gran carcajada, mientras que Ino maldecía por lo bajo. —No debí comer tanto pastel.—Exclamo Karin, quién corría en dirección al baño seguido de Suigetsu.
—A mi no me engañan, esos dos van a hacer sus cochinadas.— Murmuro Ino.
—¡En mi baño no!.— Exclamó Naruto quién iba corriendo tras de ellos.
El reloj marco las tres de la mañana y decidimos que era hora de dormir. Tente y Neji decidieron dormir ambos en el sofá grande, mientras que Hinata y Naruto dormían el habitación de este último. Suigetsu y Karin junto con Kiba y Shino durmieron en futones cerca de la sala de estar.
Sakura se acomodo a mi lado y se cubrió totalmente mientras me abrazaba, acaricie su cabellos y pronto escuche pequeños suspiros que significaba que estaba dormida. —Te amo.— Murmuré.
—Yo también, pero deberías decirlo cuando esté despierta.
Me había tomado por sorpresa, creí que ella estaba durmiendo. La abracé fuertemente y en cuestión de minutos, ambos caímos profundamente dormidos. [. . .]
Nos encontravamos en la orilla del mar, sobre aquellas grandes rocas, justo como aquel día en que nos conocimos. Ella me abraza fuertemente, como si fuera la última vez que lo haría.
La operación sería en dos días, pero Sakura deberá estar en observación desde el día de mañana. Ella está por cumplir su mayoría de edad en pocos meses, ambos planeamos una sola cosa, nos iríamos a New york, pues el deseo de Sakura era estudiar en la universidad de este mismo lugar y yo no quería detener su sueño, en cambio la seguí. —Eh recibido la aceptación para entrar a la NYU. —Murmuro con una sonrisa.
—Me alegra saber eso, aún sigo esperando mis resultados.
Durante el resto del día, nos quedamos en mi casa, acostados mirando películas y jugando juegos de mesa en donde ella siempre sale ganadora, ¿Cómo lo hace?.
Cuando la mañana llega solo significa una cosa, el día ah llegado. Soy consciente de que no la podré ver hasta el tercer día y no quiero pensar que será la última vez. Siento una gran punzada en mi pecho al verla en el pasillo con una bata.
Se acerca a mi y me abraza fuertemente. —Me alegra verte aquí.— Exclama ella con una sonrisa.
—Vine para desearte suerte, pero no la necesitarás.
—¡Estás en lo correcto! Soy muy fuerte, no lo olvides.
La escucho reír con los demás, solo puedo verla, sin decir nada. Cuando el doctor sale indicando que ella debe entrar, de despide de todos y por último de mi.
Me abraza fuertemente. —Sakura, tu promete que regresaras bien.— Hago una pequeña pausa, intentado calmar el llanto que quiere salir. —No puedo imaginar una vida sin ti.
Siento que mi corazón se va a romper al decir eso. Ella no me suelta, puedo escucharla sollozar, ¿Tienes miedo? Sakura. —Lo prometo, regresaré. — Musita entre lágrimas.
—Esta bien tener miedo, se que eres fuerte y lo lograrás.
—Me hace feliz el saber que estás aquí. Sabes, estoy mi agradecida por todo.— Aquello suena como una despedida. —Pero promete que serás fuerte si algo sale mal.
—No digas eso, tu estarás bien.— Beso su frente.
—¡Es hora, Sakura!— Exclama el doctor.
—Te amo.
—Y yo a ti.
La beso una última vez y la veo alejarse, sus cabellos han crecido, pero su clásico color aún no regresa. Suelto un largo suspiro al ya no verla.
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Nota: Se que esté capitulo fue más corto, pero la razón es que ya no supe que escribir y no me gusta meterle tanto relleno a la historia, solo quedan dos capítulos para finalizar está historia. En fin, espero les haya gustado el capítulo.
