Chapter One

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”Cuando creí que mi vida era aburrida y sin sentido, llegó ella.”

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Desperté al sentir los tenues rayos del sol entrar por la ventana de la sala de estar, pero no eran para nada incómodos. Una mañana más de otoño. Me levanté del sofá verde, al escuchar el ruido que ocasionaba el viejo televisor. Talle mis ojos con pereza y recordé la noche anterior. Oh claro, había sido un maratón de series ochenteras y me llamarán anticuado pero me encantan.

El sonido de la tetera en su punto máximo me saco de mis pensamientos. Caminé en dirección a la cocina y vi a mi hermano mayor, Itachi. Cabellos largos y oscuros, con unos ojos del mismo color, es muy parecido a mi y yo a él. ”Como dos gotas de agua” o es lo que dice mi madre.
Mi padre y conocidos lo describen como prodigio, ¡Solo por pasar la universidad con las notas más altas en todo el continente y claramente terminar la misma antes de tiempo!. Pero eso hasta yo podría hacerlo, claro, si quisiera.

Me acerque a el gran ventanal que se encontraba en la cocina. La abrí y aspiré el dulce olor del mar. Comencé a comer de la tostada que mi hermano me había dado, mientras miraba lo que las personas hacían afuera, niños jugando a la pelota, jóvenes caminando con sus novias y vecinos regando las plantas.

Di un mordisco, un auto se había aparcado frente la vieja casa de los Hamada, que por cierto, estaba en venta.
Mis ojos siguieron a las personas que bajaban del auto, dos enfermeras y una pelirosa. Con una piel blanca y seguramente lisa, su cabello extrañamente rosado y ojos verdes.
Era el tipo de chica que era extrañamente linda y seguramente cabeza hueca, como el idiota de Naruto.

No soy esa clase de chicos que van por ahí, diciendo o pensando que tan lindas se ven las chicas, pero ella parecía ser diferente. Podía decir con claridad que parecía un ángel caído del cielo, ¡La misma afrodita tendría envidia de ella!.

No me doy cuenta de cuánto tiempo llevo mirándola, hasta que Itachi me saca de mis pensamientos. —Sakura Uzumaki— Suelta mientras toma una taza de café humeante. —Es hermana Naruto, tu viejo amigo.

Claro, el cabeza hueca. ¿Una hermana?

Después de desayunar algo ligero, me dispuse a pintar algo nuevo, coloque el disco en el viejo tocadiscos. La melodía comenzó, me senté frente el lienzo, juego con la pintura azul cielo y la azul oscura, haciéndolas una misma.
Logro hacer algunas estrellas, pero mi inspiración llega hasta ahí, mis ojos se dirigen a los otros cuadros.

Suelto un largo suspiro al darme cuenta de que todos mis cuadros son malditamente idénticos.

La música deja de sonar, y sin darme cuenta ya son más de las cuatro de la tarde, me colocó una sudadera azul de la universidad y salgo de la casa sin despedirme.
Jamás lo había notado, ocho años en esto y por mi mente jamás cruzó que siempre dibujaba lo mismo, una mujer en una luna, con cabellos largos y plateados.
Quizás esa sea la razón por la cual saco el segundo lugar, en los concursos de la galería.

Me encamine al mar, que cubría gran parte de la zona. Me senté sin pensarlo en las grandes rocas que descansaban a las orilla.
Veo a Tayuya acercarse a mi en cuanto me vio, maldigo por lo bajo. Se sienta a mi lado y comienza a hablar y hablar, ¿Tiene algún botón para callarla?.

—¡Sasuke-kun!— Chillo. La mire atentamente con el seño fruncido —¿Me estás escuchando?— Suspiré con pesadez.

Esta chica si que es una pesada.

—Te decía, ayer fuimos a comprar algunos vestidos muy lindos Shion y yo. Podrías modelarlos para ti. . .

Mi mirada se dirige a otra parte para poder olvidar a la mujer que está a mi lado. Sus cabellos largos y rosados se mueven por la corriente del viento, se encuentra leyendo. Me olvidó por completo de Tayuya y si importar más o pensar lo que estoy por hacer, me acerco a ella.
Cualquier cosa es mejor que estar con Tayuya, escuchándola hablar sobre vestidos y que los puede modelar para mí.—Hola— Le digo. Me siento a su lado y ella me mirá —Soy Sasuke, somos vecinos.

—¡Hola, yo soy Sakura!— Musita de forma alegre. —Seguro buscas a mi hermano, pero a salido— Niego y ella me mirá sin entender.

—No, ¿Que haces tu aquí?— Cuestiono y dirijo mi vista a el mar.

—Estoy leyendo— Me muestra su libro —Ademas es un lugar bonito, ¿No crees?— Añade y yo me limito a sentir.

El silencio se genera, pero no es incómodo, ella sigue leyendo mientras yo me recuesto en las rocas y cierro mis ojos. La tarde pasa rápidamente y sin más ya son las siete de la noche. El sol se esconde.—¿Entonces no vives con tus papás?— Pregunta y yo niego.

—Este es un lugar tranquilo, a diferencia de la ciudad— Ella asiente —Conozco a Naruto desde niños, puedo decir con seguridad que desde bebés. Pero a ti no te había visto.

—Oh eso, yo vivo con Naruto desde que tengo cinco años— Mira el mar con nostalgia y presto atención a cada gesto que hace —Naci muy débil, la mayor parte de mi vida la pase en el hospital.

Un silencio se forma entre nosotros.

—¡Sakura-chan!— Exclama el tonto de Naruto. —¡Es hora, hay que irnos!— ella se levanta y yo imito su acción.

—Adios Sasuke-kun, fue bueno hablar contigo— Dice con una sonrisa. Menea la mano y una vez que se sube al auto desaparece de mi vista.

Aquel día llegué a casa feliz, lo cual era raro, pero su presencia me ocasionaba un sentimiento totalmente extrañó, el cual era difícil de controlar.

—Parece que Romeo conoció a Julieta— Dijo con burla mi hermano.

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Nota: Espero y le haya gustado el inicio de está historia, que seguramente no será larga, constará de al menos diez capítulos, si no es, que menos. En fin, no olviden dejar su voto para más.

Kotaru💮

El día que la conocí ||SasuSaku||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora