Madison
¿Te gusta el romance?
Hay muchos libros que hablan sobre el romance. Puedo decir con franqueza que yo soy amante de los libros que hablan sobre el romance. De hecho, es mi género favorito. Claro, todos los géneros literarios me gustan pero ese es exclusivo.
Algún día quisiera encontrar un amor como el de los libros, siempre he querido ser la protagonista de una de las historias que leo. Quiero conocer un chico que sea excesivamente romántico, que me ame tal y como soy, con mis imperfecciones.
Que si estoy hundiéndome en un hoyo negro me ayude a salir de él. Y sobre todo, que no me juzgue.
«Puras cursilerías»
Nada mas escucho la voz de mi mejor amiga diciéndome eso. Entre ella y yo, yo soy la romántica empedernida y ella... pues es ella, la antiromántica.
Siempre me dice que deje de leer sobre libros románticos.
Tengo diecisiete años y en todo este tiempo no he conocido a alguien que llene mis altas expectativas.
Todos los chicos de mi instituto son unos machistas, egocéntricos, rompecorazones. Su ego les llega más allá de las nubes. Y ninguno me caen bien.
Claro que eso no es para sorprenderse. A mi todo el que respire me cae mal.
¿Espero encontrar a alguien como el de los libros?
Sí, si lo espero.
¿Probablemente me quede sola esperando encontrarlo?
Tal vez.
Pero no me rendiré. Algún día lo encontraré.
La esperanza es lo último que se pierde, ¿no? Pues bien, aún tengo esperanzas.
Es lunes y toca ir al instituto. Como todas las mañanas me levanto para echarme una ducha fría y tener los ojos bien abiertos cuando esté en clases. Odio los lunes porque a primera hora tengo matemáticas y yo odio las matemáticas, no soy buena en esa materia. Y odio al profesor. En conclusión, odio a todo el mundo. Y bueno, eso no es todo.
Tengo que soportar a mi insoportable compañero de asiento en clases.Declan Jones.
Jugador de fútbol y capitán del equipo. El típico chico popular del instituto. Alguien importante y conocido por todos allí. No es más que un egocéntrico.
Todos tenemos nuestros propios asientos en clases y cada año nos toca estar con uno, ¿y se imaginan quien es mi compañero?
Sí, acertaste. Mereces un premio.
Nunca pensé que odiaría tanto a una persona como a él. El idiota ha estado enamorado de su mejor amiga la coreana, una chica baja, como de mi estatura, su cabello negro y corto a la altura de su cuello, con flequillo. Es realmente linda. No entiendo como esa chica no se ha dado cuenta de ello. Es decir, yo me di cuenta al instante. Es notorio. O bueno tal vez la chica si se ha dado cuenta y no quiere decirle nada para no herirlo o para no arruinar su amistad. Así como suceden en los libros cuando el chico le cuenta de sus sentimientos a su amiga y no es correspondido o viceversa, es triste.
La cosa es que ya me tiene harta, todos los días pasa lo mismo. Declan entra al salón de clases antes que ella, pienso que es para poder mirarla mejor; luego entra la chica y el chico la mira como si fuera la cosa mas impresionante y bella que haya visto en toda su vida, esto sucede hasta que su amiga se sienta en uno de los asientos de adelante.
Todos los días durante todo este año he tenido que soportar eso. Es frustrante. Lo bueno es que éste es nuestro último año de preparatoria y solo falta poco para la graduación. Eso significa que ya no veré más esa escena que se repite todos los días como si fuera una película a la que reproduces a cada momento.
—Cariño, ya llegamos —avisa mamá. Todos los días me trae al instituto y luego sigue hacia su trabajo. Es enfermera.
—Gracias —le doy un beso de despedida y bajo del auto.
Voy directamente hacia mi taquilla para tomar los libros que corresponde hoy. Esquivo a varios alumnos; un chico se tropieza conmigo haciendo que mi libro caiga al suelo, recibo un "fíjate por donde caminas" de su parte y yo lo llamo Idiota. Entro al salón, hay pocos alumnos, los demás llegan detrás del profesor. Me dirijo a mi asiento ubicado al final de la fila de atrás. No me importa estar atrás, así estoy lejos de esas arpías que se hacen llamar compañeras.
El profesor entra seguido de los demás chicos de la clase, y por supuesto, entre ellos viene Declan. El chico se sienta a mi lado mirando hacia la puerta esperando que su amada entre por ella.
Y esta es la parte que mas detesto.
La coreana entra y automáticamente Declan sonríe —si mi amiga viera ésta escena los llamaría patéticos —, no deja de mirarla hasta que la chica se sienta y nos da la espalda.
¿Estará bien lo que haré?
«No lo hagas» me dice mi subconsciente.
No puedo aguantarlo más. Y entonces hablo:
—¿Cuando le dirás lo que sientes por ella? —Uff lo dije.
Declan me mira confuso por la pregunta que acabo de hacer.
—Me he dado cuenta que la chica te gusta —le aclaro. El levanta sus cejas como sorprendido.
No estés tan sorprendido Romeo. Es evidente lo que sientes por ella.
El abre sus labios para hablar pero la voz del profesor lo hace callar.
—¡Buenos días, mis queridos alumnos! —comienza a hablar el profesor juntando sus manos —. Espero que hayan tenido un buen fin de semana. Hoy es un buen día para hacer ejercicios matemáticos, ¿no creen? Comencemos por...
Los minutos pasan. Trato de concentrarme en las explicaciones del profesor, cosa que es imposible porque soy lenta para entender. No entiendo como he llegado hasta aquí.
¡Milagros de la vida!
Apunto lo que dice el profesor para no olvidarlo. Dato curioso sobre mi: parezco a Dory, esa pecesita amiga de Nemo, a la que se le olvida todo. Alguien sisea y escucho que susurran mi nombre.
—Pss, Madison —llama alguien a mi lado. No le presto atención. Debo seguir enfocada en la clase si quiero entender todo. No quiero aplazar la materia.
—Hey, Madison —siguen insistiendo.
—Agh —llena de frustración suelto un suspiro amargo y miro al dueño de la voz que no deja concentrarme en la clase —. ¿Te puedes callar y poner atención a la clase? —mascullo en voz baja, no quiero que el profesor me reste puntos por hablar en clases.
Declan me mira con su mirada inocente y una sonrisa que quisiera arrancar de su rostro. Es que es insoportable a nivel cien.
—Necesito tu ayuda —me pide. ¿Ayuda? ¿Sobre qué? ¿Matemáticas? Porque ahí sí que se fregó. No soy buena en esto. Más bien soy yo la que necesita la ayuda.
—Estamos en clases y no, no puedo ayudarte —le digo volviendo mi mirada hacia mi cuaderno. Intento escuchar de nuevo la explicación del profesor. Pero lo que me pide Declan hace que voltee mi cuello hacia él tan rápido que siento como mi hueso suena.
—Necesito que me ayudes a ser un novio perfecto.
Lo miro incrédula.
—¡¿Que te enseñe qué?!
Doble actualización »
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30 días para ser un Novio "perfecto" | En Proceso
Teen FictionMadison siempre ha dado la impresión de ser gruñona y detestar al mundo, pero en realidad es una apasionada romántica amante de la literatura, especialmente del género romántico. Influenciada por los numerosos libros que ha leído sobre chicos románt...