Maratón 2/3
DeclanJamás había asistido a una boda sin invitación. Esta será la primera vez y todo porque en la lista de Mad decía que debía ser así.
¿Cual es el afán de ir a una boda sin invitación?
Ojalá no nos saquen a patadas de allí. Sería vergonzoso aunque no estaré solo pasando vergüenza. Es un alivio.
Ahora voy camino a recoger a Mad a su casa. Llevo puesto un traje negro con camisa blanca y corbata negra. Perfecto para la ocasión.
Lo único que espero de esta boda es que si hay guardias de seguridad en la entrada nos dejen pasar.
Estaciono el auto frente a la casa y bajo para llamar a la puerta. Toco el timbre y espero. Arreglo mi corbata y aliso mi traje más de lo que está. Paso mi mano por mi cabello para que algunos mechones vuelvan a su lugar.
Escucho pasos acercándose a la puerta y me pongo nervioso. ¿Porqué? Trago saliva y respiro hondo.
Espero que sea Mad quien abra la puerta pero no es ella sino su madre o así parece ser. Tiene el mismo color de cabello que su hija, parece de unos treinta y algo. Es alta casi de mi altura. Si es así tan alta ¿porqué su hija parece Minion? Mad es pequeña, no debe llegar al metro sesenta. ¿Acaso su padre es pequeño?
Le doy una pequeña sonrisa a la señora que me mira con desconcierto y me presento.
—Buenas noches — saludo —. Estoy buscando a su hija. Bueno, imagino que es su hija. Se parece mucho a usted así que por eso...
—¿Eres su novio? — su pregunta me hace callarme. Niego repetidamente.
—No, no — respondo. Pienso decir otra cosa cuando me interrumpe.
—Bien, si Mad tiene un novio y éste quiere llevarla a algún sitio, antes debería conocerlo.
¿Es que acaso no escuchó cuando dije que no soy el novio de su hija? Abro mi boca para decir algo pero vuelvo a cerrarla cuando la mujer grita hacia las escaleras
—Hija, un chico guapo está esperándote aquí abajo. Es mejor que no lo hagas esperar mucho.
La mujer posa sus ojos sobre mi y me sonríe. Me hace una seña para que pase y le hago caso. Desde arriba se escuchan pasos y al mirar hacia las escaleras me encuentro con la mirada azul de la chica.
Y lo que veo me deja boquiabierto.
Lleva puesto un vestido largo de tirantes color rosa con lentejuelas en la parte superior. Ajustado a su cintura y suelto hacia abajo. Un collar en su cuello y su cabello cayendo en perfectas ondas a los lados de sus hombros. Sus labios pintados del mismo color que su vestido y tacones altos. Realmente se ve hermosa. Jamás pensé verla vestida así.
Al llegar frente a mi levanta una de sus perfectas cejas.
—¿Porqué sonríes así? — pregunta. Y yo no me había fijado que lo hacía hasta que lo dice.
—E-es solo que estás preciosa.
Se sonroja y baja su rostro mostrando una pequeña sonrisa. Un carraspeo se escucha y la chica levanta su cara de inmediato y mira a su madre. Ésta la mira con cejas levantadas y brazos cruzados.
—¿Se puede saber adónde va usted señorita y porque no estaba enterada de esto? —
—Fue de imprevisto — responde nerviosa —. Olvidé avisarte. Declan irá a la boda de su prima y necesitaba ir acompañado así que me invitó a mi porque no conocía a más nadie. Es un chico un poco solitario. Yo le dije que sí porque me daba un poco de lastima que fuera solo, ya sabes, todos con parejas y el solito. Solo de imaginarselo da tristeza. ¿No crees?
Una perfecta mentirosa. ¿Pasó todo el día planeando su mentira o solo se le ocurrió en este momento?
Toma mi mano y me lleva consigo hacia la salida. Su mano es suave y está un poco fría, pequeña comparada con la mía.
—Avisame para la próxima — le dice su madre que por cierto no sé cómo es su nombre y que tampoco preguntaré ahora —. Así sea cinco minutos antes.
La castaña asiente repetidas veces mientras salimos de la casa y cierra la puerta tras de sí dejando a su madre detrás de ésta.
Nos grita un "cuidense".
Miro nuestras manos entrelazadas y ella me imita. Cuando se da cuenta de ello me suelta como si yo quemara. Cuando lo hace siento algo dentro de mi que no se qué es.
—Lo siento — dice sonrojándose un poco. Es la segunda vez que la veo sonrojada.
—¿Cuánto tiempo te tomó practicar aquella mentira? —bromeo, dejando atrás ese pequeño momento incómodo. Ella voltea sus ojos.
—¡Ay, cállate! — río.
Nos subimos al auto y arranco. En el camino miro de reojo a la chica; juega con sus dedos y toca su collar constantemente como si estuviera nerviosa. ¿Acaso lo está?
Viajamos en completo silencio. No uno incómodo pero que si da sueño y yo necesito tener mis ojos bien abiertos. Le sugiero a Mad que encienda la radio y ella lo hace poniendo una música de Imagine Dragon's. Comienzo a tararear la canción y a mover mi cabeza al ritmo de ésta.
Así los minutos pasan. El viaje es un poco largo.
—¿Cómo supiste que alguien se casaría? — pregunta. Le echo un vistazo rápido, ella me mira con interés y yo sonrío.
—Mi madre es organizadora de bodas — le explico —. Y, bueno, no es la única. Vi en unos papeles que tenía sobre su escritorio que hoy habría una boda...
—Pero, ¿ella estará allí? — me interrumpe—. Porque te sacará la cabeza.
—No — respondo riendo —. Una compañera, creo, es la que organiza la boda hoy.
—¿No crees que sea riesgoso asistir a una boda sin invitación?
Enarco mis cejas.
—Tu lista decía eso — aclaro.
—Oh, cierto — asiente, recordando.
El tiempo pasa y ya hemos llegado a nuestro destino, la boda. Hay personas con trajes muy elegantes y notablemente caros. Estaciono el auto en un lugar libre y bajamos. Ahora nos toca disfrutar de esta boda.
Solo espero que no nos echen.
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30 días para ser un Novio "perfecto" | En Proceso
Teen FictionMadison siempre ha dado la impresión de ser gruñona y detestar al mundo, pero en realidad es una apasionada romántica amante de la literatura, especialmente del género romántico. Influenciada por los numerosos libros que ha leído sobre chicos románt...