Capítulo 8 | Un buen chico

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Madison

¿Han escuchado el dicho que dice "no juzgues un libro por su portada"?

Pues yo lo he hecho muchas veces y no solo con los libros, eh. También con las personas. Soy de esas que, tan solo por cómo actúa una persona ya define como realmente es.

Y así pensé lo mismo de Declan. Creí que era igual que los demás chicos, uno más del montón; rompecorazones, fanfarrón y egocéntrico. Pero es lo contrario, es diferente, es amable y aunque a veces un poco tarado e idiota, es buena persona. No lo conozco completamente pero en unas cuantas horas me he dado cuenta de que él no es como yo pensaba.

Miro cuando el auto del chico se pierde entre las calles y entro a mi casa. Todo está a oscuras.

¿No había dejado las luces encendidas?

Trasteo el interruptor en la pared pero antes de encontrarla una voz detrás de mí hace que pegue un brinco.

—¿Donde estabas? —cuestiona mi madre.

Enciendo la luz de la sala y la veo sentada en el sofá con su mirada interrogativa. Entrecierra sus ojos.

—¡Mamá me asustaste! —exclamo con una de mis manos en mi pecho. Siempre de exagerada, claro —. ¿No estabas de turno hoy? — le pregunto porque es raro verla tan temprano en la casa.

—Me reemplazaron — ¿Otra vez? —. Y vengo a casa para estar con mi hija porque la he dejado durmiendo sola y cuando llego me encuentro con la casa vacía. ¿Dónde estabas? —pregunta nuevamente señalandome con su dedo.

Como si no estuviera acostumbrada a quedarme sola en casa. Aquí hay gato encerrado, y no hablo de uno literal. No me gustan los gatos.

—Fui a cenar con un amigo. Y no exageres — le digo cuando abre sus ojos en grande. Porque para exagerar está bien hecha.

—¿Y cuando conoceré yo a ese amigo tuyo? — pregunta con interés.

—Nunca mamá —es lo que respondo porque la conozco bien. Camino hacia la cocina para buscar algo de beber y mi madre me sigue.

—Tu madre necesita conocer a tus amigos, Henrietta —responde y agrega: — Es mi deber.

—Claro —ironizo —. Para que lo espantes como lo hiciste con Arthur.

Ella se ríe y se encoge de hombros.

—Solo fué una broma, hija — recuerda y ríe nuevamente.

Enarco mis cejas y niego. Arthur era un chico tímido y callado que conocí cuando empecé la preparatoria. Teníamos unos doce años cuando vino a casa a cenar con mi madre y conmigo. Recuerdo que Blake también estaba con nosotros.

Mamá había hecho para cenar huevos con tocino y como a mí me encanta el Capuccini le pedí a mi madre que nos hiciera; ella lo hizo y nos sirvió. Cuando le dimos un sorbo o mejor dicho cuando Arthur bebió de él, comenzó a toser muy fuerte y a decir "pica, pica" mientras se abanicaba la cara. Mi madre empezó a reír y Blake y yo no entendíamos porqué hasta que entendimos. La señora Lee, osea mi madre, le había echado picante al Capuccini de Arthur.

El chico avergonzado y rojo como un tomate, se fue de la casa. Al día siguiente, no me dirigió la palabra y a Blake tampoco. Tal vez fue porque estaba apenado por lo que sucedió. Pero desde ese momento nunca más le presenté un amigo a mi madre, bueno los que eran compañeros de Blake.

—Las madres no hacen eso con los amigos de sus hijos, mamá.

—Bien, bien —dice, resignada.

—Ahora, iré a dormir — camino fuera de la cocina y antes de cruzar la puerta mi madre me llama. Volteo a verla.

—Si hay algo entre tú y tu amigo, quiero que me digas —alzo mis cejas —. Puedes confiar en mí.

—Solo es un amigo, mamá. Un compañero de clases. Solo eso — le digo con una mueca en mi rostro.

—Okey —asiente —. Pero si ha ocurrido algo, solo quiero que me lo cuentes. ¿Bien? Necesito saber de los amores de mi hija.

—Ay mamá, no empieces — giro mis ojos, suspirando —. Estoy cansada, iré a dormir.

No tiene remedio. Me giro y subo las escaleras pero la escucho gritar.

—¡Te amo! — Como no escucha respuesta de mi parte vuelve a gritar —. ¡Madison, te amo hija!

—También te amo, mamá —respondo riendo.

***

Nunca, nunca pero nunca de los nunca había llegado tarde a clases en toda mi vida. Hoy, es mi primer día.

¡Felicidades, Madison mereces una estrella!

Éstas son las consecuencias de levantarse tarde. Voy por los pasillos y acelero el paso para llegar a mi taquilla y tomar los libros que corresponden hoy. Hay pocos alumnos, algunos porque les gusta llegar tarde para que no los dejen entrar y otros porque aún su profesor no llega. Tomo lo que necesito cuando llego a mi casillero, vuelvo a cerrarla y giro. Cuando lo hago tropiezo con una chica haciendo que mis libros caigan al suelo.

—¡Oh, lo siento! —se disculpa la chica. Es de estatura baja, pelinegra y de facciones coreanas. La mejor amiga de Declan.

—La torpe fui yo, lo siento —le digo. La coreana niega y me ayuda a levantar lo que cayó al suelo —. Gracias.

—De nada — sonríe. Su cara parece la de un bebé, sin manchas ni rastros de acné. ¡Y no olvidemos que es de un blanco papel! Ojalá tuviera ese rostro, tengo muchas marcas de los acné que han salido en mi cara.

Ya entiendo porqué Declan está loco por ella.

La chica me mira y su mirada me pone incómoda. Aclaro mi garganta.

—Bueno, ya me voy —le digo, dándole una sonrisa de boca cerrada.

Doy unos pasos cuando vuelve a hablar haciendo que la mire.

—¿Vas a clases conmigo? —pregunta.

—Si — asiento. Me da una pequeña sonrisa. Una que no entiendo.

—He visto que has estado mucho con Declan, mi mejor amigo —dice —. ¿Estás saliendo con él?

Abro mis ojos ante la pregunta. No me la esperaba. Niego de inmediato.

—No, claro que no.

—Es un buen chico —dice, asintiendo. Lo cual tampoco entiendo porque lo dice. ¿A mí nada más me parece rara la chica o a ustedes también? La coreana mira por detrás de mí y sonríe —. Ya debo irme —avisa.

Volteo a donde ella mira y veo en la entrada a un chico alto sonriéndole. La miro nuevamente y pregunto:

—¿No irás a clases? — ella sonríe mientras niega.

—No —me guiña un ojo y luego sale corriendo hacia los brazos extendidos del chico. Me doy cuenta que es su novio cuando esté la besa y luego huyen tomados de la mano.

Ésto, definitivamente ha sido muy raro. Primero, ¿desde cuándo deja de asistir a clases para estar con su novio? Y segundo, ¿porqué me ha dicho eso sobre Declan, que es un buen chico? ¿Que quiso decir con eso?

No lo sé. Pero lo que si sé es que no me dejaran entrar a clases por haber llegado tarde.

30 días para ser un Novio "perfecto" | En ProcesoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora