Yoongi se queda en blanco observando la carta, su boca, sutilmente entreabierta, se quedará así por un rato en el que él duda de qué hacer a continuación. Decide que necesita la opinión de alguien más y es por ese motivo que no tarda en llamar a su novio.
—Yoonie —contestan del otro lado, luego de un par de tonos—. ¿Qué ocurre?
—Taehyung, creo que acabo de cometer un gran error.
—¿Ah? ¿Qué pasó?
—¿Te acuerdas del monto de cartas abandonado del que te hablé?
—Sí, ¿qué ocurre con eso? ¿Decidiste tirarlo a la basura?
—Peor que eso... Puede que haya leído una de las cartas...
—Ay, Yoonie... —se compadece la persona al otro lado del teléfono—. ¿Por qué te importan tanto esas cartas? No es algo que tú normalmente harías. Además, es la vida de alguien que ni siquiera conoces...
—Lo sé, ni yo logro entenderme, pero...
—No querrás perder el trabajo, ¿o sí...? ¿Y si te descubren?
—No pasará... No tienen forma de saberlo... Además...
—¿Quieres leer el resto, cierto?
—Bueno... Sí —confiesa. Del otro lado tardan en responder.
—Yoonie, no creo que esté nada bien lo que estás haciendo, pero has lo que tú quieras... Al final del día, yo tendré la consciencia limpia por haber tratado de detenerte.
—De acuerdo, prometo que si no es nada interesante, me detendré.
Yoongi escucha cómo su novio suelta una risa irónica antes de cortar la llamada. No le tiene fe, y no lo culpa. Él tampoco tiene fe en que puede retenerse. De hecho, ni siquiera duda un segundo más antes de abrir la próxima carta.
01 de octubre de 2018
Querido Hobi:
Estoy realmente sorprendido de encontrarme una vez más sentado en el escritorio con lapicera en mano dispuesto a comenzar esta carta que, por pensar en lo que escribiría, más de una noche me quitó el sueño.
Pero heme aquí, finalmente, aún dudando sobre retrotraer el pasado sabiendo que dolerá —porque siempre duele—, pero con un corazón incitándome a comenzar de una vez por todas.
He dicho que arrancaría desde el principio, desde aquella primer mirada, y así lo haré:
La realidad es que yo me consideraba alguien tranquilo, serio y educado. Siempre en la regla, siguiendo las órdenes de mis padres respecto de mi futuro, maravillándome con cosas que en verdad no me maravillaban en lo absoluto, absorto en una realidad completamente ajena a la que yo vivía en verdad.
Nos cruzamos por primera vez aquella noche de abril en Hongdae, los dos saliendo de discotecas diferentes. Me encontraba esperando un taxi, mientras que tú, un autobús que te llevara a tu casa. Recuerdo que hiciste un comentario tonto, respecto a "cuánto dinero podía tener yo como para acceder a un pagar un taxi, viviendo en la realidad en la que se encontraba el país".
Me acuerdo haberte mirado de mala forma, pero haberme retractado y al segundo haberte sonreído para tapar mi malestar. Expresé que agradecía tu preocupación respecto a mi economía, pero que por el momento tenía lo suficiente como para permitirme tomarme un taxi.
Tú no parecías estar del todo en aquella conversación. Lo noté porque tu mirada no me miraba en verdad, porque tu sonrisa no sonreía honestamente. Me dijiste que estabas esperando el autobús hace más de una hora y que deseabas tener dinero suficiente como para poder irte en taxi, como yo.
Habrá sido ese comentario que hizo que me compadeciera de ti, y recuerdo preguntarte a dónde te dirigías. Respondiste que seguramente sería el lado opuesto al que yo tenía que ir (y no te equivocaste), sin embargo yo me despreocupé del asunto y accedí a llevarte hasta tu casa.
Fue una locura. Yo no era el tipo de persona que accedería a llevar a un completo desconocido hasta su casa. Hasta el día de hoy me cuesta entender el haber hecho algo así. Tú, al parecer, tampoco, porque expresaste cierta preocupación ante el asunto y me pediste que no volviera a hacer algo como eso.
Pero yo tampoco estaba del todo en mis cabales, y lo entendí cuando bajé de ese auto junto a ti, procurando que el taxista me esperara mientras te dejaba en tu casa. Honestamente, no sé por qué sentí la necesidad de verte llegar bien, de verte recostado en tu cama y así marcharme ya satisfecho. Así fue que lo hice, pero para cuando me asomé por la ventana, el taxista —obviamente—, se había marchado.
No lo culpé. Yo ya había pagado el viaje hasta ahí y el probablemente quería continuar haciendo dinero en lo que quedaba de la madrugada. Y por eso fue que de pronto me quedé a solas contigo, viéndote acariciarte la panza y el cuerpo, lo que ciertamente llamó bastante mi atención pero más aún lo hizo tu habitación.
Sin embargo no pude mirar demasiado, porque tú rápidamente empezaste a murmurar incoherencias como que me recostara contigo, que muy probablemente ya no pasarían taxis, que no sería seguro que estuviera solo en la calle a esas horas y que simplemente pasara la noche en tu casa.
En un principio lo pensé como una idea loca, delirante. No habíamos tenido más que una charla en la parada del autobús, luego dormiste con la boca abierta mirando por la ventana del taxi y media hora más tarde te tuve enfrente esperando que me quedara allí con un gesto de preocupación. Realmente no entendí por qué te preocupaste por mí aquella noche, pero fuiste tan, pero tan insistente, que accedí a quedarme contigo.
Aunque no te mentiré, ciertamente me diste un poco de asco en un principio, porque tu cuerpo estaba totalmente transpirado, con la remera mojada de sudor y el pelo completamente despeinado, por el olor a marihuana que salía de todo tu cuerpo y habitación, por tus sonoros ronquidos que babeaban mi hombro cuando te recostaste sobre él.
Pero me quedé. Y no fue sólo esa noche, me quedé. Vi todos tus problemas con sólo verte una vez, el desastre que eras como ser humano, y sin embargo, me quedé. ¿Y honestamente? Por mucho que lo quisiera, no estoy seguro de estar arrepentido de haberme quedado.
En fin... Esta vez la carta ha quedado un poco más larga, pido disculpas. Sé, por lo que te conozco, que te aburre leer cosas tan largas... Y aún más te aburre cuando me voy por las ramas expresándome...
Nos vemos en la próxima carta, mi no tan mío Hobi.
Te quiere,
Jimin.
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Y hasta acá el primer capítulo! <3 Le tengo muchas ganas a esta historia y espero que a ustedes también les guste♥
Nos vemos en el próximo!!
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12 cartas para decirte que te amo [JIMSU]
FanfictionYoongi trabaja en el correo, donde jamás cometió la infracción de leer una carta ajena; pero hay doce cartas para un mismo destinatario que jamás fueron recibidas que llaman su atención y no podrá evitar romper las reglas. Historia en formato corto...