3. Asedio Marítimo

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Nos situamos ahora mientras Ron y Braixen están pensando si decirle la verdad a Cintia o no.

Una aeronave de color negro, sobrevuela el ferry con un camuflaje activado.

En el interior, está una división de ataque del Sindicato Obsidiana.

Una figura está sentada en la sala de mando. Es un hombre, de más de 40 años aproximadamente. Es alto, y fuerte. Se le marcan los abdominales. Tiene la piel color castaño, y viste el uniforme del Sindicato.

Es el comandante Hex, al que se le ha asignado una misión de máxima importancia.

-Escuchad todos. En este ferry viaja la famosa campeona de Sinnoh Cintia. Sus pokémon son extremadamente fuertes, así que serían una gran incorporación a nuestro equipo.- decía Hex, con una voz muy masculina, y tosca. -El plan es el siguiente: Franz y Gómez, vosotros conmigo a buscar a la campeona. El resto, ir entrando a las habitaciones, y robar los Pokémon de los pasajeros. Quizás incluso hay alguna joyita. Entonces, la raptaremos, y nos llevaremos sus pokémon-

-Señor, ¿Y que haremos con ella cuándo tengamos sus pokémon?- preguntó uno de los reclutas.

-Jeje, a ella la podemos atar con una cuerda, y tirarla por la borda.- dijo Hex, con una risita perversa.

-¡Señor, sí señor!- dijeron todos los soldados a la vez, mientras saludaba con la mano en la frente.

En cuánto llegaron a una posición óptima, de la aeronave salieron unas cuerdas que bajaron a los soldados hasta el barco.

Hex, y sus 2 reclutas llegaron hasta dónde estaba Cintia esperando, delante de la habitación de Ron.

-¿Tú eres Cintia, la campeona?- preguntó Hex.

-Esto... Sí ¿Porqué?-

-Porque vas a venir con nosotros, señorita- dijo Franz, mientras le apuntaba con una pistola.

Cintia se sorprendió, pero no pudo hacer nada más que fastidiarse y seguirles.

-¡Sucios bastardos! ¿Que queréis de mí?- preguntó enfurismada Cintia.

-¿No es obvio? Vas a darnos tus pokémon, quieras o no. Ahora síguenos hasta la proa del barco.-

Entonces, un recluta se acercó a la habitación de Ron, cuándo escuchó lo siguiente:

-¡Cintia, ya puede pasar!-

El recluta entró amenazando con su pistola.

-¡Muy bien niño, entrégame todos tus pokémon y... ¿Eso es un Mew?-

El recluta no podía creer lo que veía. Si se lo entregaba a su jefe, podría ascender hasta lo más alto.

-¡Ni en sueños!, ¡Braixen, usa lanzallamas!- dijo Ron.

-Yo no haría eso Braixen- dijo el recluta, apuntándole a ella con la pistola.

Braixen levantó las manos, y se agachó en señal de rendición.

-Chica lista. Y ahora, entrégame tú Mew- dijo el recluta, acercándose a Ron con la pistola.

Ron le dirigió una mirada a Braixen, diciendo que se preparara. Supuso que tenía un plan.

-Esta bien. Tú ganas, pero no dispares por favor- dijo Ron, mientras se giraba, y le decía algo a Mew. Entonces, se escuchó un ruido de pokéball, y Mew desapareció.

-Aquí lo tienes- dijo Ron, dándole al recluta la pokéball.

-Muchas gracias, me ascienden fijo-

Arceus y el Usurpador de Luz (Pausada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora