Una doncella y Un dragón (Terminada)

I: Encuentro

ʊռǟ ɖօռƈɛʟʟǟ ʏ ʊռ ɖʀǟɢօռ
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Una joven castaña caminaba, trantado de encontrar el camino hacia el pueblo, Debia salir del reino para ir en busca de una medicina para su madre enferma, pero tomó un atajo y ahora estaba perdida. Era apenas medio día, había suficiente luz y el bosque no se veía amenazador, sin embargo el peligro estaba cerca.

──El bosque no es lugar para una muchacha tan bonita ──.La chica se tenso y lentamente se giró encontrandose con dos tipos.

──Porfavor, no tengo nada de valor──. Trató de frenar el paso de aquellos hombres, la apariencia de los tipos no le daba buena espina.

──Vaya pero que suerte la nuestra, ¿no crees? ──.Habló a su compañero, ignorando lo dicho por la chica.

──Vaya que sí, hoy nos divertiremos──. ¿divertirse? ¿qué es lo que pensaban hacer con ella?.

──No se atrevan──. Advirtió ella, pero sus palabras fueron en vano.

Uno de aquellos tipos se acercó a ella hasta tomarla del brazo. Ochako reaccionó y logró empujar al hombre, sin embargo este volvió a tomarla aun con mas fuerza llegando a lastimarla.

──Vamos preciosa dejame verte──. Susurró el hombre, muy cerca de su oreja.

Trató de empujarlo pero no funcionó, el movimiento solo provocó que cayera al suelo. De esta manera ambos hombres se acercaron mas a ella, uno de ellos tocaba sus piernas mientras el otro trataba de romper su vestido.

Ochako gritaba por ayuda y se retorcia para sacarse de encima a aquellos asquerosos tipos, pero le resultaba inutil. Estaba muy asustada y sus fuerzas no le ayudaban.

──Por favor...ayuda...alguien──. Decía en sus pensamientos, mientras pequeñas lagrimas comenzaba a salir de sus ojos.

Y cuando pensó que todo estaba perdido; escuchó su voz.

──Apartense, estorban──. Ambos tipos voltearon al portador de aquella voz.

Un chico de cabello rubio y ojos cual carmin, con una capa roja que destacaba en su espalda; había aparecido tras ellos.

──No te metas en lo que no te importa──. Exclamó uno de ellos acercandose al chico con una navaja que sacó de quien sabe donde.

Se escuchó un grito seguido de un golpe seco. Aquel hombre había caido aparentemente insconciente.

Ochako levantó su vista encontrandose con uno de aquellos hombres tirado en un charco de sangre y tras él un joven con rastros de sangre en su mano.

──¡¡Como te atreves!!──. El otro hombre se acercó al chico con la intención de golpearlo, pero no le dio ni tiempo de formar su puño.

Esta vez Uraraka lo vio bien; los dedos de aquel chico se transformaron en garras y con rápidez atravesaron el cuerpo del tipo que hace un momento intentó abusar de ella.