Una doncella y Un dragón (Terminada)

XVIII: Final

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Habian pasado 6 años desde aquello…..

Gracias a que sus amigos actuaron a tiempo y le brindaron primeros auxilios, Katsuki pudo salvarse. Le llevo mas de una semana pero logro sanar completamente. Sin embargo no toda la ayuda vino solo de los ex caballeros del reino, al ser Katsuki un dragón cambiante requería de medicina mas efectivas para que sus heridas sanaran por lo que, fue llevado de regreso  hacia su hogar: el clan del Este.

Mientras Bakugou estaba en reposo, Ochako fue al castillo, su antiguo hogar, tenia pensado hablar con su padre y llegar a algún acuerdo pero, las palabras no fueron necesarias. Al verla sus padres se lanzaron a ella para abrazarla y su padre entre lagrimas le pidió perdón por no haberla comprendido y por haberla privado de su libertad encerrándola en una torre.

Luego de disculpas entre y lagrimas de alegría, Ochako propuso a su padre una alianza con los dragones, diciéndole que los miembros de ese clan poseían grandes conocimientos en medicina y eso podría traer gran beneficio al reino.

Al rey no le importaban aquello después de todo si su hija y aquel joven rubio seguían enamorados, el clan y el reino terminarían uniéndose en un solo pueblo.

Días después que el rubio sanara,  se dio la noticia del matrimonio de la princesa y joven dragón, claro que no todo el reino sabia que la joven se casaría con un dragón, esto para evitar escándalos.

Katsuki y Ochako se unieron en matrimonio sin que sus padres se enteraran que la chica ya estaba por el tercer mes de embarazo y 6 meses después nació la primogénita de la feliz pareja: Mitsuhi, una hermosa niña que de cabello castaña claro y ojos idénticos a los de su padre.

Dos años mas tarde nació su segundo hijo: un niño con cabello rubio y ojos de un tono marrón-rojizo, al cual llamaron Masaru en honor al padre de Katsuki.

Seis años había pasado….años llenos de dicha para aquella pareja y para su gente.

A la orilla del mas grande de los ríos se veía correr a un gran dragón escarlata seguido por otros dos  dragones mas pequeños.

El mas grande se detenía de golpe y cuando los mas pequeños estaban por alcanzarlo, comenzaba de nuevo a correr para evitar ser atrapado por sus dos crías.

Ochako solo sonreía al verlos jugar.

Unos minutos después llegaron a una cueva, un lugar que la castaña recordaba muy bien. Luego que su amado y sus crias tomaran su forma humana, entraron a la cueva.

Los dos pequeños quedaron maravillados al ver el interior de la cueva. Iluminada por aquellas extrañas piedras brillantes.

 Al llegar al fondo Katsuki dejo que sus retoños vieran los dibujos mientras que él se sentaba junto a la chica sobre una piedra.

El chico la veía pensativa y quiso saber el porque:

──¿Estas bien? ──. Le pregunto.

──Kirishima me dijo el significado de esta piedra──. Dijo ella, mientras le mostraba la escama.

──¿A si?, y ¿qué fue lo que te dijo? ──. Pregunto curioso.

──Dijo que: Cuando a un joven de tu tribu le gusta alguien, le da la mas bellas de sus escamas a ese alguien…──. Dijo mientras veía la joya.

──…Si somos correspondidos, entonces esa persona también nos debe dar la mas bella de sus escamas──. Continuo Katsuki

──Eso también me lo dijo──. El chico volteo a verla y dijo:

──Pero, si no están destinados a estar juntos, las escamas se tornan oscuras y se rompen; y los dueños de esas escamas sufren de un horrible dolor por al menos tres días──. La chica le veía de manera confundida y al ver su expresión él sonrió. ──¿Lo entiendes? ──. Ella negó.

──Eres mi destinada cara de ángel──. Concluyo tomándola del mentón. Ella dejo ver un rojizo en sus mejillas.

──¿Estas loca?, eso no se parece a mamá──. La voz del menor de sus hijos interrumpió su romántico momento.

──¡Claro que si! ──. Decía la pequeña.

──Los hermanos no deben pelear──. Dijo la castaña acercándose a los dos menores.

──Mitsuhi dice que eres tú──. Dijo el niño señalando uno de los  dibujos en la pared; uno donde se mostraba a lo que parecía ser una joven a lado de chico, ambos tomados de la mano.

Ochako observo la imagen con detenimiento, era nada mas y nada menos que el dibujo que Katsuki había hecho el ultima día que ella estuvo en la aldea, pensándolo bien no recordaba haber visto el resultado final, hasta ahora.

──Pero es verdad──. Se defendió la pequeña castaña. ──Es idéntica a mamá──.

──Lo ves, ella si aprecia mi hermoso arte──. Soltó Katsuki con orgullo.

──¿Tú hiciste ese dibujo papi? ──. Pregunto la castaña menor.

──Sí──. Contesto con orgullo, mientras levantaba a la pequeña en sus brazos.

──Esta horrible──. Soltó como si nada el rubio menor. Aquellas palabras fueron puñales que destruyeron el orgullo de Katsuki.

Ochako noto la batalla de miradas que había comenzado entre su hijo y su esposo por lo que, para apaciguar el ambiente dijo:

──Porque no dejan que su padre les cuente la historia que narra ese dibujo ──.

──¡Si! ──. Gritaron al unísono los niños  entusiasmados.

──No──. Soltó el rubio.

──¡Por favor papi! ──. Decían mientras hacían ojitos de cachorros, y como negarse a tales ojos.

Katsuki no era bueno contando historias, pero si de sus cachorros se trataba, podría intentarlo.

──Esta bien──. Dijo bajando a la menor para luego agacharse y quedar a la altura de los dos menores.

 ──Ese dibujo…──. Decía mientras señalaba la pared.

 ──…Cuenta la historia de una doncella y un dragón….──. Dijo viendo a Ochako.

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ʊռǟ ɖօռƈɛʟʟǟ ʏ ʊռ ɖʀǟɢօռ