9. Al amor

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Al amor

"Y llegado el momento, perdido en ti."

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La llovizna empezó a caer en el campo donde la mayoría ya se encontraba durmiendo a excepción de la tienda de Harry.
Estaba cubierto hasta la cabeza con la manta que le había dado Liam y sujeto por sus broches, según el Alfa para que no se enfermase.

Sujeto la cubeta llena de comida para el cerdito y la regó en su plato, grillo chillo con alegría mientras empezaba a comer sin cuidado de regar nada, después Harry lo limpiaría.
Sus hombros dolían y mientras le sonreía a grillo al verlo comer su mente viajó al hombre de rojos azules, era tan desesperante pero al mismo tiempo tan misterioso.

El sonido del plato vacío saco a Harry de sus pensamientos y mientras acariciaba su cabecita se miró los pies, llenos de fango.

Hizo una mueca y decidió ir a tomar un baño, era una situación de riesgo claro, cualquier Alfa podría despertar o simplemente podría haberle pasado la misma idea en tomar un baño después del asqueroso entrenamiento que tuvieron.
Aun así, se estaba encaminando al lago cuando sintió el aroma a sulfuro de alguien más.

—Iug Niño! Apestas al trasero de tu cerdo. — Moshou ladeó la cabeza con fuerza y se sentó en la mesa del comedor balanceando sus pies juguetonamente.

El omega sonrío al verlo, si bien era alguien que podía ser desesperante también era agradable y le hacía reír de vez en cuando.
Se detuvo un momento mientras la lluvia dejaba de caer.

—Que haces aquí? Pensé que volverías en la mañana.

El Alfa asintió mientras se volvía a poner de pie y caminar juntos al Omega.

— Supuse que estarías cansado y te traje esto!— le mostró un pequeño frasco sellado, sin marca ni nada.
Harry arrugó las cejas al mirar el frasco, pero pudo percibir cierto olor que no descifraba.

—Qué es eso? — pregunto tomándolo en sus manos.

El Alfa sonrío con gracia y soltando una carcajada tomo la tapa y la abrió de golpe dejando salir su fuerte aroma.
Era alcohol, el más fuerte que había y precisamente el más cotizado.

Era hecho con las más finas hierbas y la más deliciosa fruta y saqué de las regiones del norte, solo el rey y algunos Alfas comandantes de alto Rango podían beberlo.

—Wow!— dijo abriendo sus ojos y formando una o con sus labios, ese alcohol nunca antes lo había visto, porque bebido, en realidad jamás lo había hecho. —De donde lo sacaste?.

Harry regresos su vista al Alfa dragón, pero este se había esfumado, el aire a azufre aún se podía sentir en el aire, un toque ameno pero suave. Lo busco con la mirada por todos lados, pero no lo vio más, se dio cuenta de las pequeñas piedrecitas que estaban entre sus dedos que ya había llegado al lago.

Dejo la botellita en medio de su camisa y se aproximó hasta tocar con su pie el agua fría, no estaba en realidad tan fría aunque hubiera preferido agua caliente. Se adentró hasta que la mitad de su cuerpo estuvo dentro de la apacible agua y apenas tocaba sus rizos cortos, así sentía menos frío.

Estaba tan cómodo que empezó a tararear la canción que Anne le había enseñado de pequeño. — Linda estrellita.. Dime donde estás... — relajo su cuerpo hasta tirarse un poco contra el agua del río, sus ojos se pusieron rojos al recordar a su madre y sintió una punzada en su corazón.

El silencio se vio apagado por las fuertes pisadas del hombre que había llegado, el idiota de ojos azules.

Harry abrió sus ojos con fuerza mientras que por inercia se cubría el pecho de vergüenza, sus mejillas se ponían rojas y su boca cerrada con cara de susto cuando Louis empezó a desvestirse frente a él sin ningún recato. — S-Señor! — Harry chillo girándose evitando ver al alfa que se quitaba la ropa con desespero.

HAZZA Ω / L.SDonde viven las historias. Descúbrelo ahora